PROVINCIA VERSUS
REGIÓN.
Está emergiendo estos días el
conflicto provincia versus región.
En realidad es el eterno conflicto
centralismo versus confederalismo.
Si dividimos la historia de
España en dos partes, las correspondientes a la dinastía de la Casa de Austria
y la de los Borbones veremos que la primera tiene un sistema confederal y la
segunda centralista.
En la época de los Austria de esta
corona dependían muchos virreinos o cuasi-Estados que tenían en común el soberano, a veces también
una cultura, y poco más. Mientras que en la época de los Borbones el monarca es
el centro de un reino centralizado tendiente a la homogeneidad.
El centralismo supuso una gran
simplificación y, naturalmente, una mejor organización y una modernización.
Porque ese universo de fueros particulares, señoríos inconexos suponían un
galimatías poco menos que ingobernable.
La moderna configuración política
y administrativa de España se debe a la división en provincias y regiones promovidas
por Javier de Burgos en 1833 por encargo de la Regente María Cristina de Borbón
de la entonces reina niña Isabel II para estructurar España de modo centralista.
Las regiones mantienen un eco
confederal, mientras que la provincias vienen a ser los átomos que forman una España
unificada.
En un régimen rigurosamente centralista,
como fue por ejemplo la Dictadura de Franco, la regiones carecían de función administrativa
alguna.
Con la restauración de la
democracia se orientó la configuración del país según un sistema menos
centralista y por ello más confederal, por decirlo de algún modo. Y se creó un
nuevo modelo España de la Autonomías.
Autonomía es una acepción de esa
palabra que la convierte en palabro. ¿Por qué no España federal?
Pues por miedo a los carcas. Y estos temerosos a su vez de los independentistas.
Y como el miedo es mal consejero
estamos como estamos.
Algunos nacionalismos como el
vasco preferirían el confederalismo y los nacionalistas catalanes directamente prefieren
el independismo. Con lo cual el miedo de los carcas al federalismo y el miedo
de los federalistas a los carcas ha traído como consecuencia no rematar la
jugada como es debido.
En una crisis tan grande como la
del coronavirus se reclamó el mando único para remediar esta situación extrema.
Y así ha sido. De modo que tirios y troyanos han aceptado de buen o de mal
grado el liderazgo impuesto. Pero cuando la crisis parece que va cediendo el
Gobierno persistiendo en la inercia quiere manejar centralistamente a todo el
país ejerciendo su autoridad sobre las provincias puenteando a las autoridades
autonómicas. Y como estas se quejan el "mando único" empieza a
resquebrajarse...
Una solución podría ser que el
mando único se aplicara directamente sobre las autoridades autonómicas e
indirectamente sobre las provincias y con ello sobre todo el mundo, por la
cuenta que nos tiene.
¿No os parece?
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