Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 30 de enero de 2016

Romper con el pasado, con cuidado.



BISTRE.

Me encontré a mi discípula Diana y me recordó que le había hablado en clase del bistre.

Es que hace años, cuando era profesor en bellas artes daba clase, entre otras cosas, de procedimientos del dibujo. Cuando me encargaron en junio impartir estas clases a partir de septiembre, no sabía gran cosa del tema pero durante aquel verano me versé suficientemente. Hice algunos "descubrimientos" entre los que cabe destacar el dibujo con "punta de plata" y el "bistre".

En un pis pas hablaré primero de la punta de plata. Se pueden hacer unos dibujos preciosos con una punta de plata. Que se busca uno en una tienda de materiales de pintura artística, que si tiene suerte, como yo, la encuentra. Y si no ¡no pasa nada! porque se la fabrica uno mismo con dos o tres centímetros de alambre de plata y de poco más de un milímetro de espesor que se busca uno en un platero, cuesta muy poco si el platero no es además pirata. Lo monta en un porta-minas, se afila ¡y a correr!

Es como un lapicero ¿Y qué le pasa a los lapiceros? Que se restriegan sobre un papel, que es más duro que el grafito, y deja trazos. Ergo la punta de plata hay que restregarla sobre algo más duro ¿sobre qué? sobre una superficie de papel, cartón o tabla que esté pintada con la pintura blanca más común hoy por hoy que es la que tiene como pigmento el óxido de titanio. Perece lápiz, pero no es lápiz, porque este se dispersa enseguida y se emborrona un poco, aunque perceptiblemente, mientras que el trazo negro de la plata pulverizada queda más firmemente adherida a la pintura de titanio y el trazado resulta mucho más contundente.

Ahora vamos con el bistre.
El bistre es una tinta que se puede fabricar uno mismo mezclando hollín producido por la combustión de madera en una chimenea o en una estufa, finamente molido y mezclado con goma arábiga y agua.

Se puede dibujar, o escribir, con plumilla o hacer aguadas que van desde una especie de ocre claro a un marrón bastante oscuro. Lo peculiar de estos tonos es que no son rojizos y que tienen un inevitable moteado negro muy característico.

Es una tinta gloriosa, porque el geómetra Poncelet, cuando reinventó la geometría proyectiva de modo totalmente independiente de Desargues, que la había inventado un par de siglos antes, estaba prisionero en Rusia, tras el fracaso de la invasión napoleónica, y con sus exiguos recursos económicos conseguía papel, pero no le llegaban para la tinta, que fabricaba con el hollín de la estufa.

Digo esto porque hasta bien entrado el siglo XX, seguramente hasta la Guerra Civil, las pinturas y otros materiales se fabricaban en los propios talleres de los pintores. Pero poco a poco los artistas han ido abdicando de estas funciones de las que se ha hecho cargo la industria. Y lo que pasa es que cuando un artista fabrica sus materiales está pensando en el uso que piensa darle. Hace igual el industrial, pensar en el uso que le va a dar, pero es que los usos son distintos, el del artista es la propia obra de arte, el del industrial es un producto que sea muy demandado. Tanto por artistas como, principalmente, por aficionados que son más numerosos y que no suelen estar tan versados.

Pues eso, que el progreso consiste, en buena medida, en zafarse de lastres atávico ¡pero ojo! que hay que cuidar de no tirar al niño con el agua sucia del baño!


sábado, 23 de enero de 2016

Bibliofilia infantil.

LA LETRA CON GUSTO ENTRA.
Tengo la costumbre de hacerle libros a mis nietos. Son, entre otras cosas, cápsulas de supervivencia.
Son libros de dibujos hechos con acuarelas que también tienen letras. En unos casos son libros de letras ilustrados. El primero de ellos fue un abecedario que le hice a Nico. A Jorge, su hermano, no le hice abecedario porque tenía el de su hermano. Le hice otro abecedario a Alberto. Y en estos días acabo de terminar un abecedario que le hice a Elia, del que voy a dar detalles en este post.
Elia tiene tres meses y ya se le ve afición por los libros. Le han prestado uno de colorido contundente y configuración muy concreta que mira con atención. Lo que me llevó a la convicción de que su abcedario no podía demorarse más. Y a matacaballo se lo hice en el transcurso de una semana.
Este abecedario está a la última, porque no tiene che, ni elle, que han sido desahuciadas por la autoridad competente. También carece de uve doble que verdaderamente no es española. No es que esté en plan rancio, pero no!
Lo primero es hacer la lista de palabras que correspondan a imágenes contundentes y atractivas para ella. Lista que consensué con sus primos, Nico de 11 años y Jorge de 8.
Lo segundo es comprar el papel, en Cartulinas la Riva. Papel de acuarela de 500 gramos por metro cuadrado y de grano fino, cortarlo y doblarlo. Resultando dobles hojas, que simples miden, más o menos, 18 X18 cm.
Lo tercero es dibujar en la página de la derecha la ilustración y en la de la izquierda la palabra ilustrada. Escrita con tinta azul y pluma estilográfica en letra cursiva.
Lo cuarto es encuadernarlo. Según un método que me he inventado que está muy bien. Es una versión de la encuadernación española. Que consiste en coser los cuadernillos, en este caso las gruesas dobles hojas, a cintas, dos en este caso. La novedad ha consistido en que entre las cintas y el lomo está la tarlatana. De modo que los cartones de las pastas tienen pegados por la parte interior la tarlatana y por la exterior las cintas, con lo que quedan firmemente adheridos, pero con la apertura muy flexible. Por supuesto el lomo está rematado por las cabezadas correspondientes. Por último fui a comprar en Amadillo un papel-tela amarillo precioso y unas guardas, que parecen de Polloc, preciosas, con lo que rematé la faena.


Puede parecer que esté vacilando, pero da la impresión que a Elia le ha gustado, porque lo mira con mucho interés. Y también mira interesada el grafismo de las palabras escritas.

Recuerdo con toda nitidez las primeras letras que vi, creo que ya lo dije en otro post, me la enseñó doña Ana cuando yo tenía cuatro años y ella, supongo rondaría mi edad actual. Era mi vecina, maestra jubilada. Y bajaba las escaleras del primero izquierda al bajo derecha, donde vivía ella. Y en esas mañanas inolvidables me enseñaba esos mágicos dibujos que son las letras ¡Lástima que no fuéramos chinos en la China! Porque si hay algo que me mata es no conocer la escritura oriental. Ya lo creo que se puede, pero es que por más que lo intento ¡no se me quedan esos signos maravillosos!

Verdaderamente cuando hago abecedarios para mis nietos, de quien primero me acuerdo es de doña Ana. Bueno, no nos engañemos, antes que de doña Ana me acuerdo de ellos, en este caso de Elia. He tratado de adoptar su punto de vista para conseguir que cada dibujo sea el más adecuado.
A continuación muestro las ilustraciones de este abecedario.

Y esto es todo por el momento. Que estoy en deuda con Jorge que tengo que urdir un libro del que ya tengo el prota, CELÉNTERMAN.


miércoles, 20 de enero de 2016

La pinta.

ICONOS VIVIENTES.
Uno es un icono viviente. Porque dice cosas con su mera presencia. Como la canción "De España vengo" de la zarzuela "El niño judío":
               "De España vengo
               de España soy
               y mis ojos, serrana, lo van diciendo
               que he nacido en España, por donde voy."
Uno va diciendo si es hombre, mujer, o intermedio.
Si es bebé, joven, o viejo.
Si es flaco, gordo o mediano.
Si tira a sex-simbol o a sex-pestiño.
Si caucasiano, o negro, o tostado, o achinado o primitivo polinesio.
Si viste elegantemente, o guay, o va hecho unos zorros.
Si tiene pasta o carece.
Si dispone de abundante cabellera o es calvoreta. Por necesidad o por afición.
Si es fino u ordinario.
Si es vivaracho o muermo.
Todos estos, y algunos más, son rasgos que uno exhibe, queriendo o sin querer, para orientar o para despistar, y con los que se podría dibujar un retrato robot.
El caso es que va uno por la vida dando la nota, y es inevitable.
Dependiendo donde uno se encuentre predominan unos iconos o predominan otros. Hay sitios donde están muy mezclados, como en el metro, mientras que en otro predominan unos patrones, como en el barrio de Salamanca, donde abundan los pijoletos, o en Lavapiés los alternativos.
Lo que pasa es que uno se despista y se queda como ciego, porque si uno se fija, andar por la calle es un lujo
¡Ni hace falta ni cine ni tele ni ná!
 


jueves, 14 de enero de 2016

Ansiedad.

EL MONO DE ALGODÓN.

Sé lo que es entrar en una farmacia en estado de ansiedad para calmar una dependencia con el ánimo alterado.

Me pasaba hace unos cuarenta y cinco años cuando me operaron de un oído. Se me había soldado el estribo a la platina al final del oído medio y me lo apañaron.

Antes de la operación yo creía que oía bien, perfectamente no, pero si no hubiera sufrido reproches constantes al pedir que me repitieran algo ¡nunca me hubiera operado!

Vivía en un piso interior en Clara del Rey que daba a un enorme y luminoso patio. De aquel piso me encantaba, sobre todo, lo silencioso que era.

Salí de la Concha con mi alta un domingo por la mañana a eso de las once. Hace cuarenta y cinco años, y a lo mejor ahora también, en esa plaza un domingo por la mañana a las once el silencio era total ¡Eso me creía yo! Porque aquella mañana el ruido de los coches era estruendoso.

En el periodo postoperatorio tenía que seguir algún tratamiento como ponerme una inyección de vez en cuando. Salí una tarde de mi casa y me dirigí a la calle López de Hoyos, paralela a la mía, por una perpendicular a ambas. Cuando me iba acercando a dicha calle, que tiene un tráfico endemoniado, y estaba a punto de alcanzarla ¡era tal el estruendo que volvía a casa sin la inyección!

Mi casa no era tan silenciosa como creía, y el ruido en general era tan insoportable que cuando salía a la calle buscaba ansioso una farmacia para hacerme del remedio indispensable.

¿Qué sustancia poderosa buscaba ansiosamente?

Algodón.

De modo que llegaba a la farmacia desencajado y pedía un paquete de algodón. Con el que me atascaba bien la oreja para que me resultara llevadero el estruendo cotidiano.

Ya no lo necesito. No es que no haya ruido ¡hay más aún! pero, como todos, me he acostumbrado ¡menuda capacidad de adaptación! Pero la procesión irá por dentro. Aunque no vayamos a creer que no hace efecto ¡lo hace! Debemos tener el alma y el cuerpo machacados con tantas agresiones que ni notamos, pero que seguramente nos van consumiendo.

¿Por qué me he acordado ahora de esto? Porque estos días ando padeciendo una lesión en una muela en la que se me había instalado una colonia de bacterias que han tenido que desahuciar por la vía violenta ¡Cómo algo tan pequeño puede producir dolor tan grande! Claro que pequeño respecto a mí, no respecto a las bacterias que en el interior de mi muela disponían de una colonia inmensa que al ser descubierta desprendió hedor a metano, el gas de los pantanos. Y mientras que cicatriza tapa el hueco con bolitas de algodón.

Al rato de salir del dentista se me cayó una de esas bolitas ¡que agobio! De modo que impulsado por un viejo instinto corrí a una farmacia abrumado por mi mono de algodón.





martes, 5 de enero de 2016

¡Es lo que hay!

SISTEMA BINARIO.

En astronomía un sistema solar binario es el que tiene dos soles. Se especula con que el nuestro sea binario. En tal caso ¿cuál sería el otro sol? Unos dicen que es Júpiter, que tiene un nutrido sistema planetario que gira a su alrededor, en el que alguno de esos satélites tienen tamaños comparables a los de la Tierra y otros piensan que la otra estrella es Némesis, aún por descubrir. En tal caso la Tierra y Némesis girarían en torno a un punto virtual promedio entre las masas de esas estrellas. Es verdad que Júpiter gira en torno al Sol ¡pero cuidado! que Júpiter es mucho Júpiter y condiciona la gravitación de todo el sistema.

¿A qué viene este empacho planetario?

Pues que seguramente España tiene un sistema político binario con dos capitales, Madrid y Barcelona.

No es lo mismo un sistema binario que dos sistemas, ni un huevo de dos yemas es un par de huevos.

El trajín que traen los independentistas catalanes con la independencia de Cataluña es fruto de ese género de confusiones. Como la miopía de los centralistas acérrimos cuando se empeñan en que España tiene un único centro ¡tiene dos! Como las elipses, que tienen dos centros, que se llaman focos, pero que son centros. A diferencia de las circunferencias ¿Cómo se traza una circunferencia con una cuerda? Se clava en el centro un vástago y con un trozo de cuerda estirada se va trazando ¿Y una elipse por el llamado método del jardinero? Se clavan dos estacas en los focos, los centros, en los que se ata un cuerda más larga que la distancia entre ellos. Luego se va trazando. La distancia entre la estaca que traza y los focos va cambiando y la elipse surge perfecta.

Pero hay que caer en la cuenta de que Madrid no es el único centro de toda España, sino que hay otro, Barcelona, también de toda España, y no solo de Cataluña.

Esto es algo que aún no lo ve claro todo el mundo.




domingo, 3 de enero de 2016

Arte premeditado.

BOCETOS.

Lo propio de un autor musical es escribir partituras. Que llegarán a interpretarse, o no, por el mismo autor o por otros músicos, que es lo más normal.

Análogamente, lo propio de un pintor es hacer bocetos. Que los realizarán, o no, el mismo pintor, como es habitual, y más raramente otros pintores.

Suele ocurrir que las partituras y los bocetos son más numerosos que las obras estrenadas o acabadas.
 
En mi caso se da la circunstancia de que soy el mayor coleccionista de mi propia obra, y poseo algo menos de 200 cuadros. En cuanto a mis bocetos tengo prácticamente todos los que he hecho. Son pequeños. El tamaño predominante es DIN A-5. Aunque también tengo hojas DIN A-4 con varios bocetos pequeños. ·Los he contado y tengo más de 500.

La novedad ha consistido en sacarlos del hermetismo de cajas y cuadernos olvidados y pegarlos en álbumes, con lo que los tengo presentes y con ello facilito la producción de nuevos bocetos y de nuevos cuadros.

Han salido dos álbumes, uno que es el más antiguo de 153 hojas, y el más moderno que tiene 100, aunque hay muchas de este sin rellenar todavía.

Al ponerlo todo a la vista me he percatado de que para mi pintura el tiempo, la edad, cuenta poco, porque cosas comenzadas hace 45 años podría continuarlas ahora perfectamente. Cuando he estado haciendo esta recolección he visto un vídeo en google de una entrevista a Manuela Carmena en el programa de Carmen Maura de hace 35 años, en el que se las ve tan jóvenes, con ese pelo tan negro ¡es de otra época! mientras que en mis bocetos se ha detenido el tiempo, no los veo antiguos, los veo intemporales. Lo cual no está ni bien ni mal ni regular. Es así. 

Pero al caer en la cuenta me resulta sorprendente. Con lo que una vez más me parece que se vive un solo día. Aunque muy largo, en el que se suceden una infinidad de amaneceres y ocasos.