Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 28 de septiembre de 2012

En la variedad consiste el gusto.

 
CATALUÑA INDEPENDIENTE.

¿Que si Cataluña podría ser independiente?

¡Pues claro que podría ser!

Pero como dijo Jordi Pujol, no es fácil.

No basta con una manifestación gigantesca, pero eso ya es algo. Algo que los contrarios a la secesión deberían tener muy en cuenta porque puede formarse una bola de nieve que se haga pelota...

Lo que vino a decir Rajoy, en la famosa entrevista en la tele, es que con problemas económicos tan graves no es el momento. Pues es un error, porque momentos así son los momentos, los pocos momentos en los que el soberanismo puede prender y puede arrancar.

Para mí tan solo hay una cosa del soberanismo que me jode y es que a muchos patriotas soberanistas les joda ser paisanos míos. Oye, pues si es así ¡te vas al carojo! Eso y que los líderes malmetan.

A mí que hablen catalán en Cataluña o donde quieran no me molesta, porque yo parto del principio fundamental de que cada uno habla como le sale del extremo inferior de su tronco.

España es un país antiguo. Formada en el siglo XVI por la unión de dos países principales: el Reino de Castilla y el Reino de Aragón y otro país de menor tamaño: el Reino de Navarra. También unieron los territorios del Reino musulmán de Granada. Eso en la península y en los archipiélagos que hoy forman España, que la Corona Española se extendía por Italia, América y por otros lugares del mundo.

A lo largo de la historia de España han pasado muchas cosas, pero la configuración territorial anterior al Estado de la Autonomías, "la de toda la vida" no es de toda la vida. Es de "anteayer", de 1833 y la promovió un tal Javier de Burgos, un señor al que casi nadie conoce, que siguiendo un modelo napoleónico diseñó un estado centralista en la primera parte del reinado de Isabel II durante la regencia de Mª Cristina de Borbón. Tal configuración prevaleció hasta el final del franquismo.

Pero hasta el invento de Javier de Burgos el modelo de estado en España sería principalmente confederal. Por lo tanto no es raro que los catalanes perciban tales ecos. Lo raro, después de todo, es que el centralismo haya calado tan hondo.

Hace unos días oí en la radio que un comentarista hablaba del Estados de las Autonomías como una gran ley transitoria, y me pareció una brillante idea, porque ese sistema de gobierno fue modelado, entre otras cosas, por el temor, por el miedo a molestar. Y se hicieron invenciones tan estúpidas como las "comunidades históricas" ¿Es que las otras no tienen historia? ¡Qué memez!

Con tanto miedo no se va a ningún sitio. En resumidas cuentas el Centralismo ha pasado a mejor vida y no va a resucitar por mucho tiempo, si es que resucita alguna vez, a pesar de la querencia de la derecha.

Pero el caso es que las Autonomías no se tienen de pie. Porque tienen un diseño circunstancial y de compromiso. Tienen que derivar a un modelo más universal,  Federación o a Confederación.

 Un ejemplo de estado federal es el de los Estados Unidos, con un fuerte aparato del estado común a todos los ciudadanos del país y gobiernos estatales común a los ciudadanos de cada estado.

Y un ejemplo de estado confederal es la Unión Europea, con un aparato del estado común muy débil, en el que los miembros más fuertes mangonean y chulean a los más débiles.

Y ¿tú qué piensas? me diréis.

A mí lo que me parece razonable para este país es un estado federal, porque un estado así lo que persigue es el igualitarismo en el fondo y las singularidades en las formas.

Pero me temo que no caerá esa breva. 

Porque unos son centralistas y clasistas, enemigos de la igualdad y defensores de sus privilegios. Y otros son egocéntricos y se creen, no sé por qué, mejores que los demás y prefieren, pusilánimemente, ser cabeza de ratón a cabeza de león.

Como sigamos así de cazurros la vamos a cagar. Una vez más.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Los reinos de la Naturaleza




EL ÁRBOL DE LA VIDA.


Según una evidente concepción monárquica de la realidad en la Naturaleza se establecieron Reinos desde muy antiguo. Ya Aristóteles propuso dos: el animal y el vegetal Mucho más tarde Linneo propuso un tercero, el mineral. Más recientemente se volvió a dejar de lado el mineral, centrándose el interés en la vida y Haeckel en 1866 propuso 3 reinos: animalia, plantae y protistas. Estas últimas comprenden el resto de los eucariotas, es decir de las células con núcleo.

Chatton en 1925 propuso 2 reinos: eukaryota y prokariota. Desde mi modesto punto de vista ¡chapeau! El reino de las células con núcleo y el de las que carecen de núcleo.

Coperland entre 1938 y 1956 propuso 4 reinos: animalie, plantae, proctista y monera. El reino Proctista comprende a los eucariotas que no son animales o plantas. Y el reino  monera  comprende a los procariotas.

Wittaker en 1969 propone 5 reinos: añadiendo fungi a los anteriores.

La clasificación más en boga actualmente es la aparecida últimamente después de la anterior, la de Woese entre 1977 y 1990. 

Propone distribuir a todo ser vivo en 3 dominios (con lo que retira la monarquía de la cúspide): Eukaria, archea y bacteria. 

El 1º comprende todos los eucariotas, grandes y pequeños, incluyendo animales, plantas, hongos y los unicelulares. Mientras que a los procariotas, que casi todos son unicelulares, dedica dos dominios: arqueas y bacterias. Porque, a pesar de que para un profano resultan indistinguibles, para los biólogos son muy distintas debido a que se separaron muy pronto del ancestro común, nada menos que hace 3.500 millones de años, que ya es decir, dado que la Tierra tiene una edad de 4.000 ó 4.500 m. de a. Por otra parte se cree que lo eukariotas, a los que pertenecemos, tienen su origen en  la fusión, o lo que sea, de individuos de los otros dos dominios de procariotas.

Excuso decir que nuestro punto de vista suele ser claramente antropocéntrico, o sea, egocéntrico, por lo que si ya fue un trago aceptar que descendemos de los monos ¡aceptar que descendemos de unos microbios es aún más duro! Son seres tan minúsculos que resultan invisibles. Miden, más o menos, algunas milésimas de milímetro, y además son peligrosos ya que pueden producir terribles enfermedades, como la tuberculosis, la rabia o el tétanos. 

Aunque no todos los microbios son así de malos, los hay que ni fu ni fa y otros son buenísimos ya que parece que ninguna arquea sea dañina. Hay muchas, se supone que suman el 20% de la biomasa de nuestro planeta, muchas viven instaladas en nuestro interior facilitándonos la vida, y son las que generan, lo digo como curiosidad, el metano de los pedos.

Mientras que hay bacterias de toda laya. Unas son peligrosísimos enemigos, mientras que otras son buenos amigos, huéspedes y aliados. Si no fuera por esos minúsculos cooperadores careceríamos de pan y de vino, de queso y de muchas cosas más. Para hacernos una idea de lo implicadas que están en nuestras vidas, las decenas de billones de células componen nuestro cuerpo ¡es un número 10 veces menor del de las bacterias que lo habitan!

 ¡Qué asco! Bueno pues si consiguiéramos -cosa que es imposible- desalojar a todos esos microbios de nuestro organismo ¡las íbamos a pasar muy putas! Somos como una especie de continente de células coordinadas habitado por numerosísimas colonias de invasores, de huéspedes y de socios a los que ni siquiera podemos ver.

Pero, aparte de esto, diréis ¿qué tienen que ver esos enanos conmigo? 

Pues sí que tiene que ver. Porque cuando nuestros papis echaron aquel polvo fundacional el gameto paterno era lo más parecido a un puñetero flagelado. Y del gameto materno lo esencial era de escala muy semejante, pero estaba residiendo en una enorme despensa alimenticia que es el óvulo. Lo que pasa es que en vez de separarse también en dos habiendo hecho un intercambio de cromos cromosomáticos, valga la redundancia, se pusieron a dividirse de nuevo, y las divisiones a dividirse y así muchísimas veces hasta constituir un ser gigantesco, como tenían previsto en sus cromosomas.

¡Es que no somos nada!



lunes, 17 de septiembre de 2012

Vivir, opíparamente, del cuento.









PRODUCTIVIDAD VERSUS EXTRACTIVIDAD.

Vivimos una situación dislocada: Un paro bestial y ascendente, un retroceso de los derechos de la población,  despidos y desahucios rutinarios, una clase política hipertrofiada que se dedica principalmente a la extractividad, como dice en su magnífico artículo César Molinas http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html

También muchos banqueros y  empresarios son extractistas a tope porque no están interesados en contribuir al progreso general y de paso forrarse. Sino a extraer ¡como sea! los recursos de la población, unos inversores que invierten en extorsionar a los estados y a quienes estén en apuros ¡un horror! Y mucha gente que no quiere dar golpe.

Seguramente a este mal le pasa como a la gota, que duele mucho después de que el ataque se haya producido. De modo que los pacientes no notan la enfermedad cuando les ataca sino más tarde cuando el dolor les deja baldados.

¿Y por qué ocurre esto?

En mi opinión porque se confunden dos conceptos totalmente distintos: productividad y extractividad, y se opta por lo más cómodo, que es timar en vez de trabajar.

Y se confunden porque el efecto es el mismo: sacar pasta.

La diferencia es con la productividad la riqueza se crea y en la extractvidad simplemente cambia de mano.

La riqueza, diferencia de la materia y de la energía, se crea. Porque lo que es entropía, lo inútil a efectos prácticos, se convierte en algo útil gracias al trabajo. Por ejemplo, si un campo abandonado se labra y se siembra produce una cosecha. De ese modo se crean bienes ¡pero hay que currar!

La extractividad, en el sentido que aquí le estamos dando, consiste en que alguien se apropia de los recursos de otro. Por ejemplo: un banco obtiene pasta vendiendo "preferentes" con una alta rentabilidad muy visible y alto riesgo poco visible. Pero si vienen mal dadas el dueño de las "preferentes" es el último en resarcirse de su inversión.

Un ejemplo de actividad puramente extractiva es robar. El ladrón se apropia de los bienes de su víctima sin que esta reciba ningún beneficio, sino un gran perjuicio.

Y ¿qué diferencia hay entre un ladrón que le roba a uno su casa y un banquero que lo desahucia y  le quita la casa? Pues que con el ladrón se queda en paz, mientras que con el banco el que  ha perdido la casa se sigue empeñado, y también sus avalistas.

El timo ha rebasado el ámbito de los timadores, de los sinvergüenzas, de los sablistas. Noto que ahora está dispuesto a timarme todo el mundo. Los bancos, las compañías eléctricas, las compañías telefónicas ¡todos!

...siglo XX cambalache... ¡Pues anda que el XXI!


domingo, 9 de septiembre de 2012

¡Menuda es la vida!








LOS GIGANTES BURRICIEGOS.

Somos gigante burriciegos porque nadie puede ver células a simple vista, por lo que nadie cayó en la cuenta, hasta bien entrado el S. XVII, de que la vida es básicamente celular y que no somos más que gigantescas colonias de células.

Suponen los sabios que la Tierra tiene por lo menos 4.000 millones de años, y puede que 4.500.

La vida apareció pronto. Puede que tan solo 1000 m. de a. más tarde, o quizás menos. Y durante todo ese tiempo previo a la vida, la actividad en este planeta sería exclusivamente química.

La vida la ejercen inicialmente seres unicelulares sin núcleo. Inicio y mucho más ya que este fue el modo de vida exclusivo durante casi el 80% del tiempo transcurrido. No es que ya haya dejado de haber tales seres. Los hay en abundancia y puede que sean la base que sustenta cualquier clase de vida.

Tales organismos unicelulares habitaban en exclusividad los mares y puede que las aguas continentales. El tamaño aproximado es de 10 micras (un metro es igual a un millón de micras). Algunos tienen clorofila y otros no. De la actividad vital de los primeros se desprende un gas venenoso, el oxígeno, que supongo que produciría grandes estragos al principio, hasta que se desarrollaran organismo que hicieran uso de este desecho para sobrevivir.

La actividad de estos organismos tiene un efecto planetario, ya que -sin ir más lejos- la atmósfera tan oxigenada que tenemos se debe a dicha actividad. Hay autoridades que sospechan que los depósitos calcáreos de los fondos marinos está provocados por análogos organismos. La cosa no es menor, pensemos que los Picos de Europa están formados por esos depósitos elevados por plegamientos.

En el último cuarto del periodo vital de la Tierra se produce una importante novedad, alguien inventa la célula con núcleo ¡Menudo invento! Ya que trae aparejado el sexo y la muerte.

Para reproducirse las células sin núcleo simplemente se dividen ¡y lo hacen a toda velocidad! o se juntan dos en una que luego se divide. No hay sexo, ni machos ni hembras, y ¡nadie se muere! Es la eternidad y el igualitarismo absolutos.

Los organismos sin núcleo tienen una probada eficiencia ¡pero nunca trabajan en equipo en los que haya división de funciones! Mientras que las célula con núcleo son por naturaleza clasistas y tienen una gran habilidad para organizarse en seres pluricelulares. Inventaron el gigantismo. Un ser humano está compuesto por cientos de billones de células. De modo que no es que las células sean pequeñas ¡nos resultan pequeñas! Como diría Rafael el Gallo, las células son como tienen que ser. Y nosotros, y los que nos rodean, gigantescos.

Y todo esto ocurrió subrepticiamente bajo el manto de las aguas, ya que durante el 90% del tiempo que media entre el día de hoy y el principio de la Tierra, los continente no contenían absolutamente nada. Eran desiertos absolutos. Se podría ver nuestro planeta tan pelado  como vemos Marte en las fotos del Curiosity y en las precedentes.

Claro que de haber observadores fuera de nuestro mundo se habrían dado cuenta que bajo las aguas ¡habría tela marinera! A la vista del oxígeno atmosférico, de las montañas calizas y de lo coloradito que baja el río Tinto.

Por eso andan escamados los científicos del Curiosity, y otros colegas, ante el férreo rubor y los misteriosos canales de Marte.

Son cosas que dice o inducen a pensar el libro "La historia más bella de las plantas. Las raíces de nuestra vida" del Pelt y sus compinches.




domingo, 2 de septiembre de 2012

Infvierno









EL PARAISO PERDIDO.

Con una británica puntualidad Septiembre anuncia la pérdida del Edén. 

¡Y le podemos dar las gracias porque esta vez se ha portado! Ya que normalmente irrumpe con lluvias y vientos y hoy los árboles tan solo se mecen suavemente. Pero esa fresquita luminosidad no deja de ser sospechosa.  Y anoche, en la que presumiblemente será la última sesión de cine de verano de este año, hacía un biruji respetable al final de la proyección. Y además resultaba muy bonito ver como la pantalla se elevaba en una emocionante escena de los vengadores, alzada por el viento.

Ya Agosto no es mucho de fiar, ya se sabe: "En Agosto frío en el rostro".

Mientras que Julio es la Gloria.

A mí, desde luego, el tópico del Infierno caliente, y -por ende- la Gloria fría no me cuadra. Para mí la Gloria es tórrida, luminosa y risueña. Mientras que  el Infierno es helado, oscuro y tenebroso.

No creo que haya que irse de este mundo para alcanzar el Paraíso. Yo ya estuve del 70 al 73 cuando vivía en Puerto Rico. Y mira que estábamos en la parte más seca de ese Paraíso, en Ponce. Está clarísimo para mí que el Árbol del Paraíso es el del café, aunque en Ponce mismo no había café, pero sí allí cerquita. 

A mí donde me gusta vivir es en Madrid. Aunque tiene el Paraíso solo en pleno verano. Ya sé que no es este un sentimiento compartido, porque todo el mundo se queja. Pero yo no. Me gusta pasar calor. Me gusta salir al porche, a la hora de la canícula, tirarme en el sofá con un libro en un alternativo leer, y dormitar, tratando de recuperar- inútilmente- un párrafo detrás de cada cabezada.

Con todo, Madrid es un lugar bastante paradisiaco todo el año. Con un clima incomparablemente más suave que todos los lugares que lo circundan: Guadalajara, Ávila, Segovia, Toledo, Cuenca, ya me diréis. 

Es que Madrid tiene mucho Feng Shui. Pero claro ¡todo es relativo! Por mucho feng shui que tenga, encaramado como esta en esta meseta y en estas latitudes... Pero está claro que su orografía al norte y al oeste le otorga una protección milagrosa, como mandan los cánones. Aunque el mar al sur, el mar u otra acumulación de agua, pues no se ve. Y no se ve porque no está, porque esas aguas nos las bebemos. Así está el pobre Manzanares, tan mermado.  

Para versarse en este asunto hay que recurrir al lenguaje de las flores. Si pintan agapantos ¡todo está en orden! Esa flor se abre en Julio. Pero cuando maduran sus frutos ¡malo, malo!

 
Pero es en la buganvilla donde concentro toda mi atención ¡soporta tan mal el invierno madrileño como yo! Creía que era imposible mantener vivas en Madrid estas plantas durante el invierno. Pero hace tres años que Elenita nos regaló una planta pequeña, pero florida, que creció bastante aquel verano. Pasó un invierno de perros ¡pero sobrevivió con sus dos ramas! y se hermoseó en el verano. Tras la dura prueba del segundo invierno parecía que se hubiera perdido, pero solo perdió una de sus ramas (ya sabéis que las plantas tienen la extraña cualidad de poderse morir en parte sobreviviendo el resto) y este verano se ha puesto estupenda. 

¡Dispuesta, como yo, a encarar la dura prueba del invierno!