Hay libros y libros. Porque algunos no son corrientes. “El origen de las especies” no lo es. Como tampoco lo es “La Termodinámica de la Vida” de Eric D. Schneider y Dorion Sagan. Que salió hace poco y que me termino de leer.
Darwin vino a repetir lo que Lamarck ya había dicho casi un siglo antes. Que el mundo tal como lo conocemos no lo inventó Dios hace mucho tiempo y lo conservó más o menos intacto hasta nuestros días. Sino que todo había ido evolucionando y transformándose por selección natural. Y que una de las transformaciones que más de cráneo nos trae es aquella por la que somos monos evolucionados. (Teoría de la que discrepo al creer que somos monos por evolucionar).
Creo que Darwin no se cuestiona el origen divino, tan sólo el proceso, pero eso ahora nos da lo mismo. Aunque hay devotos ateos que tienen canonizado a Darwin como santo de la religión atea.
Los autores de “La Termodinámica de la Vida” dicen que la vida es un fenómeno termodinámico. Os recuerdo que termodinámica es la parte de la física que estudia lo relativo al movimiento que se produce a expensas del calor. Y del calor que se produce por efecto del movimiento. Este segundo fenómeno es conocido como entropía.
Lo que entiendo que dicen nuestros amigos es que cuando hay un gradiente energético surge la vida o se producen fenómenos muy semejantes: Si en un mismo plano hay una zona que tiene acumula mucha energía que está separada por una barrera de otra con muy poca, la tendencia es superar la barrera y nivelarse. En tal caso se produce una corriente energética que se puede aprovechar para muchas cosas: Surfing, win-surfing, vuelo sin motor, etc. y también para desarrollar la vida.
Pero cuando se produce el equilibrio la cagamos, porque el equilibrio es la muerte. De modo que el asunto está en prolongar el orgasmo todo lo que se pueda. O sea: aprovechar al máximo la ola en el surfing, o la ráfaga de viento en el win-surfing, o la corriente ascendente en el vuelo sin motor, porque el que vuela acaba cayendo: El tema está en caer despacio recorriendo la mayor distancia en el máximo tiempo posible.
Eso es lo que hacen los seres vivos, y algunos que no se tienen por tales como los huracanes ¿Cuál es la diferencia, entonces, entre seres vivos y huracanes o fenómenos semejantes? ¿La intención? En tal caso, digo yo, habría que atribuirle intención a los árboles. Atribución que me parece perfecta. ¿Y por qué no a los huracanes?
Los huracanes se producen al final del verano. Cuando el agua del mar está muy recalentada por lo que se ha producido una gran evaporación y la tierra está mucho más fría. Almacenándose en las nubes una gran cantidad de agua, que tiende a caer. Y el aire recalentado sube dejando vacíos que se llenan con otro más frío y se producen vientos. Todo eso se anima y se forma un ente revolucionario que va girando y creciendo como bola de nieve. Llega a tierra, jodiéndolo todo y muriendo por fin por falta de alimento. Un huracán es una criatura que nace, crece y muere a expensas de un gradiente energético. Como nosotros.
Los huracanes de los que tenemos noticias duran poco, mientras que la vida mucho, calculan que un tercio del tiempo transcurrido desde que hay mundo. (Ergo somos eternos como componentes biológicos. O, de no ser así, como componentes geológicos) Pero hay por lo menos un huracán enorme y con una duración comparable a la de la vida. Es la famosa mancha roja de Júpiter.
Interesante ¿no? Pero no puedo comprimir aquí las cuatrocientas páginas del libro. Y como, además, los resúmenes no pueden sustituir lo resumido, si os queréis enterar bien de todo lo tendréis que leer ¡No hay más remedio!