Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 28 de abril de 2008

La realidad siempre está camuflada.

Este post precedido por este dibujo del Salterio se lo dedico a Eli y a Mercedes.
EL JUEGO ESPECULAR.


A la casa que en Ceceda tienen la novia de Reverte y sus hermanos, fuimos estos días invitados. Y por eso llego un pelín tarde a la cita en este blog.

Es una hermosa casa construida por un abuelo indiano. En uno de los cuartos de baño tiene un espejo que es como un tríptico. Si las hojas laterales se orientan debidamente, a 45 grados respecto a la central, se pueden ver de entrada tres imágenes, una frontal y dos perfiles. Que al ser especulares están invertidas, como es de sobra conocido.

Ya sabéis qué pasa cuando alguien se afeita o se maquilla ante un espejo: que a la vista de una imagen distorsionada se puede, no obstante, operar sobre la cara con increíble precisión. Con brochas, borlas, lápices, pinceles, pinzas y tijeras se funciona a la perfección. Con cuchillas o con navajas el riesgo es mayor, pero por lo general el peligro es mínimo.

Mirando con más atención las imágenes que se forman se pueden ver perfectamente que entre la frontal y los perfiles hay otras. Que a diferencia de las anteriores no están invertidas, sino que son directas. Es decir que se ve uno en el espejo como lo ven a uno, o como se ve a otro directamente, casi como en el cuadro de Magritte.

Y si uno quisiera acicalarse guiándose de esas imágenes más verdaderas, se llevaría un gran chasco. Porque lejos de ser preferibles resultan totalmente inadecuadas. Ya que si se guía uno de una de ellas para afeitarse, con la brocha se hacen las más torpes maniobras. Y con la cuchilla es mejor ni intentarlo siquiera, porque podría resultar herido.

Esto me hace pensar que rara vez se dan respuestas espontáneas a estímulos externos. Sino que más bien se responde a todo con costumbres largamente ensayadas. Habría que salir de uno mismo alguna vez a respirar un poco y ver las cosas algo más parecidas a como son realmente. Aunque, eso sí, corre uno el riesgo de darse un batacazo.

sábado, 19 de abril de 2008

1ª Misión cumplida: rodeamos el Sol.

Tras esta secuencia del Salterio, este post conmemorativo que brindo al público. Hoy Salerio On Line cumple un añito.

En este tiempo en que S.O.L. ha rodeado completamente al Sol nunca ha faltado a su cita semanal. Casi siempre en domingo, a veces un poco antes, otras un poco después y en ocasiones ha comparecido más de una vez. Pero no es necesaria tanta insistencia.

Sabemos que este blog lo sigue mucha gente (entre 15 y 45 personas cada día) ya con menos estaría justificado.

¡Pero es gente silenciosa! sigilosa y discreta ¡que no comenta! ¿Por qué no lo hace? ¡Yo qué sé! Bueno, supongo que sea porque no quiere ¿Y por qué no quiere? Porque –supongo- es reservada. No le gusta sacar la cabeza ni levantar la voz, no sea que los demás se rían…¡la vida es así! Yo creo que no hay que evitar que se rían, sino más bien provocarles la risa. Sin hacer el payasete. No es necesario.

LAS FUENTES DEL EDEN.



Cuando os hablé de la fuente de Escher*, que consta de una bola azul y una pileta cuadrada, os dije que no era esa la única fuente que teníamos, ni la única bola azul. Porque tenemos otra bola azul ultramar de unos diez centímetros de diámetro, que es mágica. Nos la trajo Marisa de Aquisgran y tiene la cualidad de atraer los buenos espíritus. Y hasta ahora se ha portado. Y también tenemos otra fuente, que es la fuente de Shiva.



No es que nuestro jardín sea como el de La Granja todo lleno de fuentes monumentales. Es sólo “unifamiliar” y un poco caótico. Nunca está tan cuidado como el de un hotel. Generalmente se le nota que está un poco sediento, porque en Madrid llueve poco cuando no se pela uno de frío. Pero tiene mucho FENG SUÍ.

Y todo jardín es una imagen del Edén. Y todo Edén es un lugar divino, cuyo centro lo ocupa Dios. No hay jardines ateos, eso es un absurdo. Ni agnósticos con una divinidad perdida o irreconocible. Dios ha de estar en el centro del jardín, en el cogollo mismo, en un lugar bien visible.

No pudimos poner a Dios Padre, ni a Jehová, ni a Alá, ni a Brahman porque no tienen representación. A Jesús no quisimos porque tiene generalmente representaciones demasiado dramáticas y violentas, o -si no- melifluas. Optamos por representar a Shiva, cuya representación más habitual es el Lingam.

¿Qué es el Lingam? Digámoslo sin rodeos ni eufemismos. Es la representación de la polla de Shiva. Colocada sobre lo que parece la lámpara de Aladino pero que representa el chichi de Parvati, su legítima, o el de Ganga, el río Ganges. Es el signo inequívoco de la fertilidad divina, es decir, de la Creación.

Para la parte correspondiente a Parvati o a Ganga tallé un hermoso canto rodado que tenía de caliza entre naranja y rosa. La primera versión resultó demasiado porno, porque había resultado un chumino “king sice”. Me dijo Ana:”papá te has pasado”. No era por moralina, es que cantaba cantidubi. Lo suavicé un poco y bueno, ahora está mejor. Y la parte correspondiente a Shiva la resolví divinamente con un cristal de cuarzo ahumado que tenía en mi colección de minerales.

Del soporte del Lingam mana agua, impulsada por un motor eléctrico oculto, que cae dentro de una pila de mármol que también me regaló Marisa que anteriormente fue fregadero en su casa de Burgos ¡Es la redención por el arte!

Y ¡caracol, caracol…! La primavera se consolida y es tiempo de jardines.


*Para volver a este post hacer"clic" en la línea en rojo.

domingo, 13 de abril de 2008

El gusto de degustar.

Este post que es el último de este blog con menos de un año ¡porque en el siguiente cumplirá un añito!, precedido por esta secuencia del Salterio, se lo dedico a Claude y a Carmen.





PULPA DE BERENJENA ¡SABROSA!


Este blog no puede estar al margen de esa gran obsesión mundial que es tripear con caché. Así que os traigo dos delicias de berenjenas. Se trata del CAVIAR DE AUVERGINE y del HUMUS DE BERENJENA. He probado ambas, la primera la preparó Claude y la segunda Carmen Peire. Claude aprendió la receta en su Paris natal y Carmen en Damasco, que es el lugar de sus sueños y donde las berenjenas son objeto de adoración, por lo que las emplean para hacer humus. Además hacen el clásico humus de garbanzos.

Para las dos formulaciones se parte de la pulpa de berenjenas asadas. En el caso del caviar las berenjenas deben estar barnizadas previamente con aceite de oliva. Se pueden asar al horno, pero Carmen prefiere los rescoldos de leña (Claude a lo mejor también, pero no le pregunté).

No se eliminan las semillas. Tengo que decir que en mi ingenuidad y mi ignorancia un poco estúpida creí que lo del caviar era por las pipas, pero no, por lo demás no se ven porque quedan molidas. Pero si se elimina la dura piel, rebañando cuidadosamente la pulpa con una cuchara.

En ambos casos la pulpa se bate con aceite. El caviar con aceite de oliva de modo normal, y el humus, mucho más batido, como mayonesa, con aceite de sésamo, ¡no cunda el desaliento! porque el aceite de sésamo lo venden en cualquier súper-mercado chino.

El humus lleva medio diente de ajo ¡no más de medio! Porque el ajo es un potenciador del sabor del sésamo y la podemos fastidiar, un yogur y la sal correspondiente.

El caviar lleva una pizca de pimentón, otra de comino molido, la sal correspondiente y ya está. Al humus, cuando se sirve se le echa por encima un chorrito de aceite de oliva y un pelín de pimentón.

Ambos se toman de modo ligeramente distinto, ya que el caviar, supongo, se pondrá sobre tostaditas calentitas y para el humus se emplea pan de pita, también caliente, rellenándolo o con un trocillo, como si fuera una cuchara comestible, pillando un poco cada vez.

Este post está, evidentemente, incompleto. Lo tendréis que terminar vosotros llevando a buen fin las recetas ¡Ya me diréis!






domingo, 6 de abril de 2008

Pasiones peligrosas.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio está dedicado a Sol y a Rafa que forman una pareja que vale más que un póquer.

CRIMEN SIN CASTIGO.


Hay familias policiales. Aquellas en las que los familiares que trabajan lo hacen de policía. Ahora, seguramente, tienen poco o nada de particular. Pero en la época franquista era distinto. Tenían un sabor, un tufillo, un algo que los singularizaban. Eran sobrios, sombríos, moralistas y tajantes. Vestían de negro o de gris predominantemente. Yo he conocido algunas de esas familias. Y no es que no tengan su corazoncito, lo tienen, pero encapsulados en un rictus de seriedad.

Os contaré un caso relativo a una de esas familias, residentes en el barrio de Salamanca. Compuesta por un matrimonio y dos hijos. Él pertenecía a una estirpe policial aunque no al cuerpo, sino que trabajaba en una exquisita y exclusiva tienda de caviares y ahumados de tan aristocrático barrio. Ella atendía a su casa y a un par de huéspedes estudiantes que tenían para ayudarse. Llevaba esta señora más de treinta años en Madrid y nunca o casi nunca había ido al centro, es decir a la Puerta del Sol y sus inmediaciones.

Frecuentaba la casa una hermana de él, que esa sí que era policía. Cuarentona, pelo corto, terno oscuro, sonrisa ausente y con una feminidad, paradójicamente, muy masculina. Que, a juzgar por lo que os voy a contar, ocultaba un alma romántica y apasionada, ya que tenía un secreto idilio con un compañero suyo de la comisaría en la que trabajaban.

Resulta que esta dama había sido presa de una gravísima enfermedad que por poco le cuesta la vida. Un atentado. Un homicidio en grado de tentativa. Un auténtico intento de asesinato. O si se quiere, una agresión que pudo terminar con su vida. Algo muy serio.

Después de arduas pesquisas se pudo saber lo ocurrido que os resumo a continuación:

La mujer de su amante parece que tenía sospechas de la infidelidad de su marido que se confirmaron al encontrar en un bolsillo de su chaqueta un preservativo, que a ella le constaba que tendría un uso que no compartiría. Podréis imaginar el ánimo de aquella mujer despechada. Y llena de ira sorda decidió vengarse de su rival, a la que seguramente no identificaba, pero eso no era un inconveniente para que fuera blanco cierto.

Tomó aquel condón y lo refregó por la erupción purulenta que su impedida madre tenía en la frente, dejándolo a continuación donde lo había encontrado sin decir ni una sola palabra a su marido del hallazgo.

Pasado un tiempo a la protagonista de esta historia se le declaró una gravísima infección, y costó un trabajo titánico curar al resultar imposible identificar su naturaleza y sobre todo su origen. Pero claro ¡eran policías! y consiguieron resolver el caso.
Dadas las delicadas circunstancias concurrentes, ese crimen quedó impune.