Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 30 de enero de 2015

Faunos.


MISOGINIA.

No soy feminista, y mucho menos machista.

No soy feminista porque no milito en el feminismo. Y mucho menos machista, porque estos defienden el predominio de los hombres sobre las mujeres y no encuentro eso ni justo ni razonable. Además tengo dos hijas, por lo que estoy en contra que se coarten los derechos de las mujeres.

Es evidente que los humanos somos masculinos, femeninos y también, más o menos, neutros. Rasgos muy influyentes en algunos aspectos de la vida. Y poco o nada en otros, diría que en ninguno de los de importancia general.

Es cierto que ser hombre, mujer o intermedio constituye culturas. Hay una cultura masculina, una cultura femenina y culturas neutras, depende de la variedad. Y eso, mientras no se haga daño a nadie, es respetable.

Se habla de igualdad. Así, a pelo, no hay tal, puesto que son grupos diferentes. Pero si se entiende por igualdad la igualdad de derechos básicos, entonces sí.

Lo que no estaría de acuerdo es en el derecho al despotismo femenino, dado que existe el despotismo masculino ¡Nadie tiene derecho a ser déspota!

La igualdad entre hombres y mujeres en los puestos de más alta dirección en las empresas y en el estado es algo que tendría que caer por su peso. En cuanto a privilegios ¡para nadie!

Creo que en esta sociedad hay que ocupar todos los cargos y desempeñar todos los papeles, desde los más altos a los más bajos, pasando por los intermedios. Pero creo que hay que ocuparlos calderonianamente: "Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando".

Creo firmemente que todos somos igual de corrientes, y, paradójicamente, es corriente que unos tengan habilidades que otros no tienen. Por lo que está al alcance de la gente corriente hacer todo lo necesario para organizarse eficazmente, incluidas proezas.

Se ven a tipos con chisteras y parecen más altos, o en pedestales ¡Pero no es así! veíamos a Rato rozándole la cabeza la más alta bóveda de nuestra sociedad. O a Blesa, cazando fieras en África. Pero luego ha resultado que no son tan guais. Todo lo contrario, son comparables al electricista de la catedral de Santiago, o a rateros que se apropian del dinero ajeno depositado en la caja o en el banco ¡No necesitaron palanquetas, ni ganzúas, ni pasamontañas, ni armas! Porque robaban desde dentro, Desde los despachos de dirección. Cuando estaban obligados a guardar y a proteger esos bienes ajenos y no apropiarse de ellos.

Que en el esperanzador gobierno griego no haya ninguna mujer no me parece algo indudablemente injusto. Si el presidente no encontró a ninguna mujer que le viniera bien como ministro ¡pues qué iba a hacer! 

Injusto no, lo encuentro extraño. Dado que para ser ministro no es indispensable la polla, ni tener chichi es un obstáculo insalvable¡¿Qué pasa en Grecia?! ¿Cómo se ha alejado tanto a las mujeres del entrenamiento necesario para ser ministro? ¿O es que son unos machistas?

Puestos a arreglar entuertos ese es fundamental. No se puede tener a la mitad de la flota en el dique seco.


¡Qué fue de Palas Atenea!


lunes, 26 de enero de 2015

Actividad versus pasividad.


JUBILATA.

Cuando iba por el pan me encontré con mi amiga Carmen que venía de vuelta con el suyo. Ella es jubilada vocacional ya que se jubiló antes de cumplir los 70, edad tras la que te mandan a la p. calle si trabajas para Leviatán, tal es mi caso.

Hizo alusión a mi condición de jubilado.

Pues yo no noto nada.

Pues lo eres.

Esa radicalidad metafísica me hizo fruncir el ceño y me quedé pensativo.

¿Jubilado yo? ¡No soy un jubilado! Estoy jubilado ¡que no es lo mismo!

La metafísica es relativa al verbo ser, no al verbo estar.

El ser es esencial y el estar circunstancial, diferencia que no siempre está clara, tengo que reconocerlo.

Los jubilados al uso que conozco tienen una agenda apretadísima y unas actividades muy pautadas. Gimnasio, natación o aprender cosas: inglés, matemáticas, pintura, o manualidades varias y viajar. Cuando aún estaba en activo había la posibilidad de jubilarse antes de tiempo, y una compañera más joven me decía:

¿Por qué no te jubilas?

¿Para qué?

Para hacer lo que te dé la gana.

¡Si ya hago lo que me da la gana!

Como trabajaba para Leviatán al cumplir 70 me echaron a la p. calle ¡y a otra cosa!

Mi actividad dual es la que me salva.

También soy pintor, siempre lo he sido, aunque nunca he vivido de la pintura, ni tengo ni he tenido una galería donde cobijarme. Por lo que dudo mucho que sea un pintor verdaderamente.

El ser un artista  es una condición verdaderamente comercial, y esa dimensión no la he tenido más que al principio, cuando de estudiante iba los domingos a vender mis dibujos a la Calle de los Pintores del Rastro. Absolutamente debía sacar poca pasta, pero relativamente estaba bien, prácticamente vivía de eso. Y artísticamente era más valiosa esa situación de lo que a mí me parecía, adquirieron cosas mías prestigiosos coleccionistas, algún críticos y algún famoso pintor.

Pero no hay que negar que el arte tiene un algo cultural además del comercial, y en ese plano tengo una leve entidad ¡algo es algo!

De esa, tan ruinosa, condición de pintor se pueden extraer ventajas enormes. Como el ser el fundamento y el cimiento de la actividad pedagógica que me ha dado de comer, de vestir y de todo. Porque, claro, un profesor de arte que no sea un artista en activo, aunque sea un artista maldito, ni es profesor de arte ¡ni es nada!


Eso antes, y ahora, en la voz pasiva, como bromean pedantemente algunos compañeros universitarios, el ser pintor en activo, aunque sea maldito, me libra de la deleznable condición de jubilata.


miércoles, 14 de enero de 2015

Hay muchos mundos y todos están en este.


NO ES LO MISMO.

"No es lo mismo hacer el indio en la India que en España", dice un refrán muy verdadero. Y "Donde fueres haz lo que vieres" dice otro.

Veo en el periódico que los musulmanes españoles reconocen que en España se les trata bien. Y si las chicas hicieran lo que los chicos se les trataría aún mejor.

¿A qué viene ese velo? Ese pañuelo que en algunas las hace parecer a Doña Rogelia y a otras odaliscas. Hay que reconocer que otras lo llevan con mucha naturalidad. Cuando yo era niño muchísimas señoras iban con velo y manto, además negros. Por lo que las musulmanas de ahora van mucho más animadas que aquellas cristianas. Pero lo que no había entonces es jovencitas de ese modo ataviadas. Aunque en muchos casos parecían viejas siendo jóvenes.

¿Debe entenderse  que estoy en contra del velo? ¡Pues no! Lo que digo es que si alguien adopta un rasgo diferenciador ¿de qué se queja si le diferencian?

Yo cuando veo el velo entiendo modestia y modosura. Los musulmanes me parece que por lo general son muy éticos y piadosos. Pero, lo dicho, la exhibición de rasgos diferenciadores provoca automáticamente que se les diferencie ¡es de cajón! Ergo no tienen por qué quejarse. Si viven en España como una minoría ¡pues muy bien! Pero también podrían vivir como la mayoría.

Étnicamente muchos de ellos son indiferenciables de otros españoles, y por ello podrían vivir como la mayoría. Y los nacidos aquí son españoles y si no viven como tales será en muchos casos porque no quieren.

Está el tema de la religión. Pero, claro, si se hace bandera de ella ¡de cabeza a la minoría! Pero si se entiende como un rasgo íntimo correspondiente a la privacidad de cada uno ¡nadie tiene que meterse en ello! Y, por ejemplo, en el Ramadán ¡se tendrán que joder y pasar hambre y sed durante el día!

El haber nacido en un grupo religioso, y el que se sea practicante o no tiene que comportar discriminación necesariamente. Por ejemplo, tengo una amiga de familia judía y ella lo es aunque no practica, pero ese es un rasgo que paso por alto sin darme cuenta. Mientras que otra amiga que estuvo unos días en casa es americana y judía. La llevamos de tapas por el viejo Madrid. Pero como no bebía cerveza, ni vino, ni comía jamón, ni chorizo, ni gambas ¡pues cantaba muchísimo! Otro caso es el de unos vecinos y amigos malayos, y por ello musulmanes. Son majísimos, él es diplomático, y ni bebe ni le gusta el vino, pero cuando tiene que brindar en actos oficiales ¡se lo traga y a callar como un puta!

Lo que tiene de bueno las sociedades laicas (que no son las de "religión laica") es que cada uno, siempre que no moleste, hace lo que le da la gana. Lo cual no es tan fácil, porque a muchos les molesta cualquier cosa. Y esa libertad es resguardada por el laicismo.

Pero yo veo que no, que vamos para atrás como los cangrejos, sobretodo muchos del norte. que se muestran muy estrechos en materia de convivencia moruna. Y muchos de los que vienen del sur ¡no estaría de más que espabilaran un poco! Porque tanto ellos como nosotros tenemos mucho que enseñar y que aprender. Con un poco de humildad se cae en la cuenta que ni los ajenos son tan malos ni los propios tan buenos.


domingo, 11 de enero de 2015

La guerra secreta.


LA CUARTA BOLA.

Esto que parece obra de un par de criminales fanáticos, intransigentes y descarriados, puede que además sea una batalla dentro de una guerra. Una batalla increíble. Realizada tan solo por dos o tres individuos o poco más. Con efectos devastadores.

Parece como si una potencia extranjera aprovechara el desperdicio en que nuestra sociedad convierte a una parte sustancial de su juventud para reclutar un ejército de desafectados que por una ilusión, óptica, matando y muriendo salvajemente nos estuviera atacando.

Pero ¿qué potencia es la que nos habría declarado la guerra? ¿Estaríamos en guerra con una potencia, que nos infringe daños enormes sin saber cuál es?

Nos hacen creer que es el Islam ¡Pues no es el Islam! Puede que sea una potencia islámica. O a lo mejor esa religión no es más que una tapadera ¡todo puede ser!

Con esta miopía nos las van a dar todas en el mismo lado, porque culpando del desastre a todos los musulmanes en general no hacemos más que envolvernos en una masa de humo que nos ciega y nos perjudica ¡a nosotros!

No hay que culpabilizar a todos los musulmanes. Sino saber distinguir entre musulmanes amigos y musulmanes enemigos y pedir a los amigos que nos ayuden a defendernos de los enemigos. Es indispensable invocar  su ayuda, porque sin ella estamos a merced de nuestros enemigos.

Culpabilizando a todos nos haríamos un flaco favor. Estaríamos engrosando masivamente las tropas enemigas, y estaríamos impidiendo vigilar a los malvados.

En Madrid sabemos mucho de no culpar a inocentes. Tras el horrible atentado del 11M nadie persiguió injustamente a tanto marroquí de bien que vive con nosotros. Los incendios de mezquitas que se están llevando a cabo en el extranjero no hacen más que agravar el problema.

Porque el enemigo cuenta entre sus recursos con nuestros errores. Por lo menos sobre este factor deberíamos tener control,  aunque no parece.

Los musulmanes no son intrínsecamente enemigo de cristianos y judíos. Las cúpulas de las mezquitas están frecuentemente rematadas por tres bolas ¿Qué significan? Las tres Religiones de Libro. En todo caso habría que sumarle una cuarta bola. La correspondientes a los laicos.


Lo civilizado es la tolerancia.


domingo, 4 de enero de 2015

¡Ver para vivir!


INDICIOS Y SIGNOS.

Cuando yo era profe le daba el coñazo a mis alumnos con cosas que había aprendido, buscando en los libros. Sobre todo con las más luminosas. Porque pensaba, como el ladrón que cree que todos son de su misma condición, que si me interesaban a mí le interesarían a ellos. Y así resultaba muchas veces. Y otras no.

Uno de los libros, más bien librito, es de lo más provechoso, se llama "La semiologia" de François Guiraud.

Allí habla de que semiología es un concepto antiguo y poco usado, tan solo por los médicos, y se refiere indicios o síntomas que presentan los enfermos que posibilitan el diagnóstico de una enfermedad.

Más recientemente, en la nueva lingüística, esa palabra significó también ciencia de los signos. De todos los signos. De los que ha creado la gente para comunicarse, que son artificiales. Y los signos de la vieja semiología médica ya no se llaman signos, se llaman indicios.

De los signos, artificiales, propiamente dicho, se distinguen dos clases: Signos motivados y signos inmotivados. Signos inmotivados son los del lenguaje. P. e. el sonido león o el grafismo escrito león en nada se parece a un león, es un signo inmotivado, y no lo descifra nadie que no sepa español o una lengua parecida. Mientras que un dibujo que represente un león lo pueden descifrar chinos y japoneses estupendamente, y se llama signo motivado.

La pintura figurativa produce, obviamente, signos motivados. Lo que pasa es que uno son más motivados que otros.

Todo esto me ha venido a la memoria porque he visto por segunda vez la exposición "Sorolla y Estados Unidos" de Mapfre de Recoletos. Que si no habéis visto aún, mejor que pongáis remedio a ese desastre. De ese montón de cuadros quiero señalar cuatro o cinco, o más.

Uno es el titulado "Alhambra de Granada" ¡Es motivado con rabia! No tengo nada que decir, hay que verlo y punto. Sorolla plantaría su caballete en el Generalife, colocaría su lienzo, cargaría de pinturas su paleta, y pincel en ristre se pondría a traducir a brochazos lo que sus ojos estaban viendo. Donde viera una luz dorada pondría un brochazo de blanco amarillento y donde viera una sombra un brochazo de azulado oscuro. Así, como el que libra un combate de boxeo, a golpes de brochas empastadas hasta que diera por finalizada su obra.

Cuando uno ve ese cuadro no ve el Generalife, ve ese cuadro. Que le evocará el recuerdo del Generalife, si es que lo vio alguna vez. Y si no lo vio, pero si lo ve en el futuro, recordará el cuadro de Sorolla. Lo que ve es un cuadro que, entre otras cosas, evidencia que es un signo motivado. Ver todo eso da un gusto enorme ¿por qué? ¡Pues no lo sé!

Parecido efecto produce el retrato de "El pintor Ralph Elmer Clarkson" y aún más el de otro pintor que está al lado, del que no tengo ahora la referencia ni, incomprensiblemente, viene en la red.

Pero se aleja más de ese paradigma los retratos oficiales como el de Alfonso XIII o el de la reina Victoria Eugenia, que no está tan pendiente de lo que ve como de lo que quiere que los demás vean. Y que puede que medie en ellos la fotografía. Claro que el muchos de sus cuadros costumbristas tendrían el apoyo de las fotos de su suegro...

Y alejadísimos del todo están los cuadros conmemorativo de Cristóbal Colón saliendo del Puerto de Palos. En los que la motivación de esos signos sería de otro signo, valga la redundancia.


Bueno, que si no la habéis visto que la veáis. Y si la habéis visto ¡pues otra vez! que eso no hace daño, ni engorda más que el espíritu ¡y eso es bueno!