Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 28 de diciembre de 2008

Inocente,inocente.

Con este post, con dibujos que no son del Salterio, felicito el Año Nuevo a todos los seguidores del Salterio ¡Que 2008 se porte!INOCENTADAS.


Hoy es domingo, día habitual de nuestra cita y 28 D. Día, por lo tanto, de los Inocentes. No os voy a dar una inocentada sino contaros una historia verdadera, que si bien no es estrictamente una inocentada, se parece mucho.

Como estamos a tres días de Año Nuevo, os felicito ahora, porque no voy a encontrar una historia tan buena como la del año pasado. Que si la queréis ver de nuevo no tenéis más que cliquear AQUÍ.

Lo que os voy a contar es una de esas bromas tremendas que se daban en época de mis padres.

Había en Huelva un aspirante a torero que yo conocía, que no llegó a cuajar, como es lo más probable.

Todos los toreros, deportistas, artistas y gente notable o con aspiraciones tiene un ambiente familiar que le anima, le impulsa, le hace la pelota y da el coñazo a todo el que tiene alrededor con su entusiasmo.

Al torerillo del que hablo lo apadrinaba su hermano. Y daba en su oficina la brasa con la excelencia del diestro. Creo que estaba bien. Ya ponerse delante de un bovino de esos, además ante tanta gente, tiene su miga. Una vez que entró a matar vi, desde mi posición, como entraba la espada hasta el puño, y el puño, y el brazo entero ¡es que no había cogido toro! Pero el fotógrafo, que ese si que era un artista, le sacó unas fotos ¡que ni Manolete!

Bueno, su hermano decía que tenía un talento fuera de lo común, y un valor extraordinario ¡pero no tenía suerte! ¡No le daban una oportunidad! Si le daban porque yo lo vi torear. Pero no una oportunidad buenísima.

En la oficina, que tenían bastante mala leche, decidieron gastarle una broma de gran calibre.

Escribieron una falsa carta, supuestamente de Juan Belmonte, que entonces era el presidente, o lo que fuera, de la Real Maestranza de Sevilla, en la que decía que había llegado a sus oídos las excelencias del joven diestro. Que la Maestranza tenía un programa de promoción de jóvenes talentos. Y que si quería torear una novillada en la plaza de Sevilla debía presentarse en su despacho en la fecha y hora indicadas.

Para hacer más veraz la carta, en una imprenta -a la que tenía acceso uno de los que estaba en el ajo- estamparon en el papel y el sobre el membrete de la Maestranza. Y uno de los bromistas viajó hasta Sevilla, para echar allí la carta y de ese modo tener el debido matasellos.

La carta llegó al destinatario, y su hermano, más aterrado que contento llevó la carta a la oficina, y la estuvo enseñando. Pedía consejo, porque no sabía qué hacer.

¿Cómo? Pies ir a la Maestranza y acudir a la cita con Belmonte ¡Menudo honor! ¡Qué suerte! ¡En hora buena!

Todos le felicitaron efusivamente, como correspondía a la ocasión.

Días más tarde en diestro se fue a Sevilla. Tembloroso y emocionado se presentó en el despacho de Belmonte. Este lo recibió. Y le dijo que qué quería. Le respondió que venía por lo de la carta.

¿Qué carta?

Esta, y se la enseñó.

La miró Belmonte y dijo:Esta carta no la he escrito yo.

El hermano del diestro bramaba ante sus compañeros de trabajo. Insultaba a diestro y a siniestro, pero nadie se dio por aludido.
Y El caso es que en aquella oficina nunca más se volvió a hablar de aquel torero.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Feliz Navidad, de nuevo.

Este post, precedido por este dibujo que no es del Salterio, aunque contemporáneo, se lo dedico a todos los amigos que se asoman a este blog, a los que felicito en estas fiestas.EL BELÉN DE NICO Y DE JORGE.



Hoy es Navidad y a pesar de que durante la mayor parte del año la mayoría de la gente demuestra, más que tibieza, frialdad ante las vivencias religiosas, no deja de ser curioso cómo en estas fechas toda la sociedad resulta notablemente “sacralizada”.

Algunos progres con “conciencia de clase” se resisten, aunque vanamente. De todos modos los más motivados, que siguen los “servicios religiosos”, son minoría. Pero todos estamos más o menos influidos por ese “espíritu navideño”, ya que es muy raro que no se haga la cena y de la comida de Navidad el 24 y el 25. Luego viene Año nuevo que es más laico y se vuelve a remachar el clavo con los Reyes.

En casa hacemos todo esto y además ponemos el belén para nuestros nietos. Que como sabréis los seguidores de este blog son los hermanos Nico y Jorge.

Nico es un caballero que ya tiene cuatro años y Jorge está en vía de serlo, y tiene más de año y medio.

Como todos los años por estas fechas saco el Nacimiento del trastero donde está nadando* la mayor parte del año. En realidad lo que saco es una estructura de madera y una caja con las figuritas, que luego hay que armar y adobar con musgo, tierra, piedras, agua y luces. Este año he contado con la inestimable cooperación de Nico.

A continuación muestro una foto del belén, que mejor no la pusiera porque no da ni una remota idea de cómo es, ya que en la foto parece feo mientras que en la realidad es muy bonito.

Esas figuras son las del belén que me ponía mi madre hace más de sesenta años, salvo el “misterio” que se lo quedó mi hermana. Ahora tengo dos, y el que hemos puesto lo eligió Nico y a mí me parece el mejor.

Una mejora importante se debe a que estuve un poco antes de las Navidades antepasadas en Nápoles y me documenté del estilo napolitano de poner belenes.

No me refiero a los belenes palaciegos con esa imaginería maravillosa, sino a los populares, del fantástico mercado de belenes que ocupa en estas fechas una buena parte del centro de la ciudad. Y es que estos belenes no están en un plano horizontal, sino en una ladera.

El nuestro, en homenaje a Nápoles, está coronado con un volcán, al que le hemos metido unas lámparas parpadeantes para simular las erupciones. Lo malo es el humo que no he logrado dominar, porque el año antepasado le puse un mecanismo de los trenes eléctricos, pero no me funcionó. El pasado uno de las fuentes humeantes, pero lo pone todo perdido de agua. Y este año no hay humo. Salvo que alguien de vosotros me de la solución.

Nuestro belén tiene cinetismo, porque el molino se mueve. Por el río corre agua que mueve un molino y dentro del horno de la panadera hay una luz parpadeante, de modo que más que una panadería parece un taller de soldadura. También tiene luz parpadeante la hoguera de los pastores. Y tienen agua auténtica el laguito y el pozo.

Pero el nuestro tiene algo especial que los demás no tienen. Porque, a la vista del misterio sobrante, dijo Nico: “Ponle en la cuna al hermanito”.
Por lo que nuestro Pesebre tiene dos Niños.

*Cliqueando en "nadando" aparece el post en el que se explica la acepción de esta palabra que viene al caso.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Tengas pleitos...maldijo el gitano.

Con un dibujo que no es del Salterio, aunque contemporáneo, al principio y con la reposición de otro - que sí que lo es- al final, este post se lo dedico a Carmen y a Agapo. LA PIPA DE LA PAZ.


Ahora os voy a contar una historia preciosa ocurrida en un juzgado de Madrid.

Mi amigo Agapo, ilustre letrado, se ocupó de un asunto desagradable, como son los de ese género. Mi amiga Carmen que es empresaria de una agencia que representa artistas se vio en la obligación de despedir a una empleada incumplidora, y le encargó a mi amigo que le llevara el caso.

Dicho letrado aportó diversos testigos, que eran conocedores de los incumplimientos de la empleada que querían echar, a la que conocían, por la que sentían alguna simpatía ¡pero los hechos se imponen! ¡¡Qué le vamos a hacer!!

Reunidos todos en el hall de la Audiencia, uno de los testigos de la parte de mis amigos, que se llama Luis y que es un magnífico cantante, preguntó que si allí se podía fumar. A lo que le respondió mi amigo que sí, porque de esto hace algunos años y en esa época la sociedad era algo más liberal que ahora.

A la vista del tolerante ambiente, saca un cigarrillo que deshace, un papel de fumar, y se dispone a calentar una china con el mechero.

¡Pero ¿qué haces?!

Pues ¿no has dicho que se puede fumar?

¡Tabaco, pero no porros! ¡Que esto es un juzgado, joder!

Bueno, bueno ¿Y en el retrete?

¡Y yo que sé!

Bueno, pues me voy allí.

¡Que van a llamar enseguida!

Bueno, me avisas.

Se va al baño, prepara su peta lo enciende y entran unos que conoce, que son testigos de la parte contraria. Se saludan y uno le dice:

¿Pasas?

Y se estuvieron pasando el canuto, y hablando.

Que putada…Porque fulanita es buena tía…

Ya, pero Carmen lleva razón. No se ha portado…

Si, pero es una putada. Ahora se va a quedar…fíjate…

Si, a mí me da palo ¡pero que le vamos a hacer…!

Terminan de fumar. Vuelven al hall. Aún no les han llamado. Se acercan a mi amigo el abogado y le dicen:

Mira, pues hemos estado charlando. Y hemos pensado que si ponemos diez mil pelillas cada uno, esto se puede arreglar.

martes, 16 de diciembre de 2008

Los infinitos espacios.

Este post, precedido por esta imagen que no es del Salterio, pero es contemporánea, se lo dedico a Nico y a Jorge. LAS DIMENSIONES.

Está de moda el tema de las dimensiones. Que si las imágenes 2D o 3D. Que si la 4ª dimensión es el tiempo. Que si el tiempo es o no es una dimensión ¡Qué se yo!

Y ligado a las dimensiones está el espacio.

Veamos: ¿Qué es el espacio?

Se podría decir que el espacio es un sitio con dimensiones.

Y las dimensiones se suelen definir como “grados de libertad”.

Se suele designar al espacio con la letra R y con un sufijo correspondiente al número de dimensiones. De modo que:


R0 es un espacio sin dimensiones. Carece por ello de libertad. Sus habitantes están encarcelados y no pueden moverse porque están como atados de pies y manos.

Un PUNTO inmóvil y congelado es la figura más simple de tal espacio.


R1 es un espacio con una dimensión. Con una dirección y dos sentidos: de derecha a izquierda y viceversa.

En tal espacio un punto puede moverse. Y si se congela el movimiento de un punto hasta alcanzar a otro punto resulta un segmento lineal. Un SEGMENTO rectilíneo es la figura más simple de ese espacio. Que está compuesta además por dos puntos, los de sus extremos.


R2 es un espacio bidimensional. Tiene dos grados de libertad: de derecha a izquierda y de adelante a atrás y todas las posiciones intermedias. Tiene, por lo tanto dos direcciones y cuatro sentidos. En ese espacio caben cómodamente los espacios R0 y R1.

La figura más simple de este espacio es el TRIÁNGULO. Que puede concebirse como la congelación del movimiento de los puntos de un segmento rectilíneo que fueran a unirse con un punto exterior.

Un triángulo está formado por 3 puntos, que son sus vértices, 3 segmentos rectilíneos que son sus lados, y un trozo de plano limitado por todo esto.

Pero ¡ojo! Que los triángulos como los conocemos, que son bidimensionales ¡están colocados en un espacio tridimensional! Porque un triángulo, bidimensional, visto desde dentro de un espacio también bidimensional, se ve totalmente de perfil. En forma de ángulo plano, o de un mero segmento. Y para poderlo distinguir de un segmento o de un polígono de más lados ¡hay que rodearlo! Y por ello gastar tiempo. Por lo que la dimensión “que falta” parece tiempo.


R3 es un espacio tridimensional o tridireccional. Con largo, ancho y alto. La figura más simple de este espacio es el TETRAEDRO. Que puede concebirse como la congelación del movimiento de los puntos de un triángulo que fueran a unirse con un punto exterior.

Un tetraedro está formado por: 4 vértices, 6 lados, 4 caras triangulares, y un trozo de espacio G3

Las personas, otros seres vivos, nosotros mismos y muchas cosas son tridimensionales Y una de dos: o el espacio en que estamos es también tridimensional ¡y en tal caso todo esto lo vemos deformado! O vivimos en un espacio tetradimensional ¡que no notamos!


R4 ¡es un espacio tetradimensional! Inimaginable pero perfectamente comprensible, del que podemos saber muchas cosas ¡tantas como sabemos de los anteriores! No podemos imaginar las cuatro direcciones y sus ocho sentidos.

La figura más simple de este espacio tiene un nombre conocido, se llama PENTACÉLULA y puede concebirse como la congelación del movimiento de los puntos de un tetraedro que fueran a unirse con un punto exterior. Y tiene 5 vértices, 10 lados, 10 caras, 5 cuerpos y es un trozo de espacio con cuatro dimensiones comprendido por todo lo anterior. Puede representarse perfectamente en 2D o en 3D a pesar de que tenga 4D, ya que es habitual que se represente en 2D lo que es 3D.


R5 es un espacio pentadimensional Tampoco podemos imaginar las cinco direcciones y sus diez sentidos.

La figura más simple de este espacio no tiene nombre que yo sepa, así que aprovecho la ocasión para llamarle NICOLIO que puede concebirse como la congelación del movimiento de los puntos de una pentacélula que fueran a unirse con un punto exterior. Tiene: 6 vértices, 15 lados, 20 caras, 15 cuerpos, 6 pentacélulas y un trozo de espacio pentadimensional comprendido por todo lo anterior.

También puede representarse sin dificultad en un espacio 3D o en uno 2D.


R6 es un espacio hexadimensional del que tampoco podemos imaginar sus seis dimensiones y doce sentidos.

La figura más simple de este espacio tampoco tiene nombre que yo sepa
por lo que la bautizo por mi cuenta y la llamo JORGELIO. Puede concebirse como la congelación del movimiento de los puntos de un nicolio que fueran a unirse con un punto exterior. Y tiene: 7 vértices, 21 lados, 35 caras, 35 cuerpos, 21 pentacélulas, 7 nicolios y un trozo de espacio hexadimensional comprendido por todo lo anterior. También puede representarse sin dificultad en un espacio 3D o en uno 2D.

Y esto es el cuento de nunca acabar, porque podemos concebir espacios de las dimensiones que queramos y podemos dibujar sus figuras más simples, de las que podemos conocer exactamente todos sus elementos, gracias al triángulo de Tartaglia o de Pascal que está reproducido a continuación y que se puede continuar indefinidamente.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Mazo de siglos.

VIVIR EN TRES SIGLOS.

Ya se que nadie puede vivir 300 años, y son raros los que pueden vivir un poco más de 100. Pero vivir en dos siglos es fácil ¡Nos viene pasando a todos!

Vivir en tres ya parece imposible. Pero los siglos se solapan. O ¿es que ahora que estamos en el XXI no queda nada reconocible del XX? ¡Lo que cuesta reconocer es lo que hoy hay "ex novo" exclusivo del XXI! Posiblemente el XIX se solaparía demasiado sobre el XX en nuestro país que pudo sufrir dramáticos retrasos debido a catástrofes históricas, como las del 98 y del 36.
Bien pudo solaparse el XIX sobre la mitad del XX. De modo que los que nacieran en el año 40 podrían vivir en tres siglos: En el último tramo del siglo solapado, en la mitad del propio (propiamente dicho) y en el siguiente ¡Y eso es exactamente lo que me está pasando a mí!

El problema está en poder comprobarlo.

Porque si hubiera gente que viviera doscientos o trescientos años se podría recurrir a ellos ¡Pero no hay!

Recurramos al arte. Generalmente después del telediario de la tarde sintonizamos TeleMadrid y vemos, entera o sólo un trozo, la enésima película del oeste que ponen cada día. Y la mayoría de estas películas están ambientadas en el siglo XIX. Y como parece que están magníficamente documentadas, puede que sean fieles representaciones de hechos ocurridos en el siglo XIX. Y el panorama que en esas pelis se representa es calcado al que yo recuerdo perfectamente en la Huelva del segundo lustro de la década de los cuarenta y en prácticamente toda la siguiente.

Ergo he podido vivir en el siglo XIX. Lo he vivido, lo he palpado, me ha envuelto.

La verdad es que se parecía muy poquito al Siglo XX propiamente dicho. Mucho adoquín por la calle. Mucho mulo, mucho burro y mucho caballo. Y muchos cagajones en los adoquines empapando el ambiente de ese aroma dulzón tan característico.

También había mucho mantón negro en las mujeres. Espeso en invierno y tenue manto transparente en el verano, aunque sobre otro algo más opaco pero ligero. Negro zaino o color “ala de mosca”.

En los hombres no era tan frecuente en la clase obrera la imagen castellana de la boina negra, como el sombrero cordobés, negro o gris, o la gorra. Y el traje, en la más acomodada, o en la que tenía más voluntad de acomodarse.

El despliegue mayor de indumentaria era el religioso, junto con el castrense.

Los curas, tonsurados, con sotana, manteo o gabán. Eso de diario, porque en desfile procesional era ya una exageración.

Las monjas era un despliegue el que hacían. Se llevaban la palma las de San Vicente Paul con esas alas blancas enormes sobre la cabeza. Pero a mí me impresionaban unas que creo que eran la Adoratrices. Iban en parejas, y las acompañaban, por detrás, una sirvienta. Las monjas llevaban el rostro enmarcado por una golilla, como la de Cervantes; pero más menudita. El hábito creo que era marrón, y el manto negro, me parece. Las sirvientas vestían de forma aún más espectacular. Lo más vistoso era el peinado, con raya en medio y dos gruesas trenzas que se recogían arriba, un poco como la Dama de Elche. Creo que llevaban un vestido de rayitas azules y blancas, con delantal y mantón negro y un enorme canasto de mimbre con un trenzado que hacía juego con el de la cabeza.

La clase militar no iba a la zaga. Había muchos soldados por todos los sitios, de caqui y con el gorrillo ese con la borla inquieta. Los oficiales y los suboficiales con sus estrellas y sus galones. Y los policías: los grises y los municipales.

Aparte de la gente uniformada, era también muy decimonónico el transporte. Predominantemente de tiro animal. Muchos carros de mulas, muchos coches de caballos, pocos automóviles y muy antiguos. Los barcos de pesca pequeños eran de vela, los mayores y los cargueros de vapor, como el ferrocarril, aunque ya se empezaba a imponer los motores de combustión interna y los eléctricos. La iluminación era totalmente eléctrica, pero se inventó en 1882 y se extendió rápidamente, o sea que es más decimonónica de lo que parece.

Del XX y del XXI ¿qué os voy a decir que no sepáis? Pero lo más llamativo del pasado es que no ha pasado del todo y yo lo he podido ver en casi todo su esplendor.

Y a lo mejor vosotros, los más jóvenes, también.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Una voluntad inquebrantable.

Este post, precedido de este dibujo, que no es del Salterio, se lo dedico a Alfonso y a Pilar. EL PINTOR CIEGO.

Después de que un super-músico como Beethoven fuera sordo no debe extrañar mucho el que haya pintores ciegos. Pero, con todo y con eso, un ciego que sea pintor, dibujante y escultor choca lo suyo. Yo conocí a uno y os lo voy a contar.

Hace ya mucho tiempo, cuando estudiaba, vivía en el colegio mayor Guitarte y tenía dos compañeros músicos que eran ciegos, Simón y Juan. Y, por surrealista que parezca, los llevaba al Museo del Prado y a ver exposiciones.

Le explicaba lo que veía y lo que me parecía. Es algo absurdo, lo reconozco, pero no más que retransmitir partidos por la radio ¡y se hace!

Una vez visitamos la que seguramente sería la primera exposición de Picasso en Madrid después de la guerra, en el Museo de Arte Contemporáneo, cuando estaba en el piso bajo de la Biblioteca Nacional. Era una exposición de grabados que yo iba describiendo. Ante uno de ellos iba diciendo:

Se ven figuras. Unas grandes y otras más pequeñas…

¿No estarán en perspectiva? Me interrumpió Juan.

¡Coño, pues es verdad! El ciego se había dado cuenta de lo que a mi se me había pasado desapercibido.

También vimos la exposición de Velázquez en el Casón en el año de Maricastaña, en la que nuestra presencia despertó algún asombro entre otros visitantes.

El caso es que pasaron muchos años y un día Juan me llamó para ver si quería “peritar” una solicitud de beca de la ONCE para financiar un taller de artes plásticas para ciegos. Era una pasta la que solicitaba, 3 kilos de hace bastantes años. Le dije que encantado ¡como me podía perder eso!

La casa del solicitante estaba cerca de la glorieta del Marqués de Vadillo. Juan llamó al portero automático y cuando le contestaron dijo con voz sombría: “Somos de la organización” ¡No cabía en mí de gozo!

Subimos las escaleras y entramos en un piso más bien pequeño atestado de muebles. No sabía cómo se apañaría en aquel laberinto aquel matrimonio de ciegos.

A la esposa ya no la recuerdo, pero el que había pedido la beca era encantador y nos enrollamos enseguida ¡porque era un auténtico artista! Y eso yo lo noto en seguida.

Nos enseñó los cuadros que tenía por allí colgados, y dijo que no tenían importancia. Y así era. De colores chillones correspondían por no se qué sistemas a experiencias cromáticas que todavía experimentaba a pesar de que ya era totalmente ciego, aunque no de nacimiento. Eso era debido a que si se frotaba los ojos veía colores. Parece que esas son experiencias muy corrientes, pero a mi no me pasan. Aunque recuerdo que de pequeño si me frotaba los ojos veía chirivitas.

Inmediatamente dejamos tales divagaciones y entramos en materia. Habló de sus investigaciones estéticas que rayaban en la psicología. Cómo había hecho unos rectángulos de cartón en diversas proporciones que había presentado a una población de ciegos para que manifestaran sus preferencias, para luego correlacionarlas con el grado cultural de los entrevistados. La conclusión a la que había llegado es la siguiente:

A los más incultos les daba igual unos que rectángulos que otros.

Los medianamente cultos preferían el cuadrado.

Los más cultos todavía preferían el rectángulo suma de dos cuadrados.

Los cultísimos preferían el rectángulo áureo.

Me pareció en ese momento que estaba más interesado en objetivar la emoción artística que en la propia creación, pero me interesó muchísimo, porque tratar de racionalizar la subjetividad propiamente artística es algo que siempre me ha interesado especialmente.

Estaba claro que nos encontrábamos ante un artista plástico, y el que fuera o no ciego no pasaba de ser meramente circunstancial.

Luego pasamos a una mesa de dibujo con un tecnígrafo, y nos enseñó sus dibujos, que trazaba clavando agujas de coser de distintos grosores. Del mismo modo que se usan “rotrings” de 0,2 - 0,4 y 0,8, nuestro amigo usaba agujas de coser de tres calibres. Eran dibujos constructivistas en braille que estaban muy bien.

Iba sumando puntos.

Luego nos dijo que le habían preparado el goniómetro de su tecnígrafo. Como mucha gente no sabe como son, digo que los tecnígrafos consisten en dos reglas en ángulo recto que se desplazan por el tablero mediante un brazo articulado o mediante dos carriles perpendiculares entre sí. Y dicho ángulo puede girar en torno a su vértice, accionando un pomo. Yo vi que el pomo era más abultado de lo normal. Nos dijo que el goniómetro mostraba el valor del ángulo en una pantallita de cristal líquido, e hizo una demostración. Pensé: ¡bastante importa que el cristal sea líquido, sólido o gaseoso! No había terminado mi impertinente pensamiento cuando accionó el pomo, y se oyó una voz proveniente del aparato: “ochenta grado, veinte minutos, treinta segundos” Había quedado claro que la fe mueve montañas y la voluntad cordilleras.

Más puntos.

Aún quedaba por ver el último prodigio. La máquina con las que hacía sus esculturas.

Era un banco de carpintero mecanizado. Consistía la mecanización en una sierra circular que cuando la accionaba giraba rugiendo dejándose de ver sus agudos dientes de tiburón. También tenía una sierra caladora que subía y bajaba rapidísimamente. Y una fresadora que daba miedo. Y un terrorífico cepillo, que consistía en un cilindro con una cuchilla a lo largo de una generatriz, que giraba enloquecidamente y ponía los pelos de punta.

Pero ¡¿cómo puedes manejarte con todo eso?! ¡¡Te puedes matar!!

¡Qué va! No me equivoco nunca. Jamás he tenido el más leve percance, porque me voy aproximando con la madera que quiero trabajar con cuidado, por este lado…No podía salir de mi asombro.
Por supuesto que informé positivamente su petición. Y me quedé pensando que cuántos bancos como el suyo podría comprar con los tres millones. Y si sus alumnos serían tan cuidadosos como él. Porque sino…¡Menudo cargo de conciencia el mío!


domingo, 23 de noviembre de 2008

La funcionalidad del arte.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio, se lo dedico a mi amigo Ignacio, que coincidimos hace unos días en la reciente presentación a la que me refiero hoy, y me dijo que me sigue cada semana. PRESENTACIONES.


Hace unos días fui a la presentación de un libro de Leguina.

Mientras que estaba allí sentadito me acordé de otra presentación a la que también asistí, hace unos cuantos siglos.

Fue en la, ya desaparecida, Librería Cultart, semiesquina a la Glorieta de Quevedo. Era famosa esa librería por el drenaje de libros que hacía la ilustrada progresía de la época, a la que pasar por caja le producía alergia. Por lo que terminaron por cerrarla.

En el sótano tenía parte de la librería y una sala de exposiciones.

En dicha sala había una exposición mía. Realmente una instalación formada por módulos serigrafiados en azul sobre blanco, de los que hay una imagen al final de este post.

Al ladito mismo de esta sala se hizo la presentación. No recuerdo ni el título del libro ni el nombre del autor. Tan sólo me suena que el tema era europeista.

Yo había ido a mi expo para recibir a los amigos que pudieran ir, y ojeaba libros por echar el rato en la parte de la librería, a la que iba llegando gente para asistir a la presentación. Y venga a llegar gente, y a petarse aquello. Mientras que mi sala, muy iluminada en contraste con la penumbra de la librería, permanecía totalmente desierta ¡no entraba nadie!

La verdad que cualquier otro le hubiera desmoralizado aquello, pero a mí no. A mi es que esas cosas no me desmoralizan. Pero sí me llamaba la atención porque estaba fallando la física de los vasos comunicantes al permanecer un espacio lleno y otro vacío a pesar de estar comunicados.
Comenzó el acto en aquel espacio abarrotado de público. Se desarrolló brillantemente. Grandes y entusiastas aplausos al final. Y alguien dijo gritando:

¡Vamos a hacernos unas fotos!

¿Adónde?

¡En el OP ART!

Y entraron en tropel en mi exposición. Que se llenó hasta los topes. Y allí estuvieron posando y haciendo fotos tan contentos.

Llevaban toda la razón ¿Qué sentido tiene entrar en una habitación con pinturas o sin ellas sólo para mirar? ¡Ninguno! Siempre que voy a un museo me sorprende ver que están las paredes repletas de cuadros, que contempla la gente embobada y reverente ¡Los museos son casas gigantescas donde no vive nadie y se llena de mirones!

Si se entra en una habitación es para habitarla, es decir, para usarla. Y un uso excelente de una habitación debidamente configurada es hacerse fotos.

Porque para hacerse buenas fotos se necesita un sitio aparente y aquel lo era.


domingo, 16 de noviembre de 2008

Escatología ferroviaria.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio, se lo dedico a Lugán. MEAR EN EL TREN.



Hace unas pocas semanas estrenamos el AVE de Barcelona.

Pasamos primero por los yesos y evaporitas del este de Madrid. Que tienen la emoción de ser el fondo del mar tropical que hubo en Madrid, cuando “vaya, vaya que aquí si que hay playa”. Claro que de esto ya hace tiempo. Del orden de 300 millones de años ¡Pero el fondo seco de ese mar permanece! como elocuente testigo, que hay que saber escuchar. Como cuando se sale por carretera por el norte y se ve que el Pico de la Miel está encaramado en el borde de un enorme valle glacial, que se descubre por el perfil en forma de U y por los pedrolos de la morrena que están por allí desperdigados ¡Menudo Perito Moreno teníamos por aquí!

Pero volviendo al ferrocarril, parece mentira lo poco que tienen que ver los trenes AVE con aquellos trenes correos arrastrados por locomotoras de vapor. El caso es que parece que fue ayer cuando viajaba en ellos.

Aquellos viajes eran interminables y aburridísimos y la rutina la rompía momentáneamente un policía secreta franquista que iba pidiendo que le enseñaran los DNI. Pero claro, esa distracción duraba poco. Y la conversación con los colegas más, pero también se agotaba. Era muy aburrido.

Me contaba mi amigo José Luis Díez que a la vuelta a Madrid después de unas Navidades en casa, a las tres de la mañana, en la eterna parada en Alcázar de San Juan, en el vagón de tercera abarrotado, con los pasillos llenos de gente durmiendo. Resultaba imposible salir del disputado asiento para mear. Un joven pasajero como pudo se encaramó en el asiento, o donde fuera, se la sacó por la ventanilla y se puso a aliviarse cuando oyó unas airadas protestas del exterior.

Y es que, con tan mala fortuna ¡quién lo iba a imaginar! pasaba por debajo en ese momento, un operario de RENFE, haciendo su trabajo en aquella gélida madrugada. Que consistía en ir golpeando con su martillo, de largísimo mango, las ruedas del tren para descubrir por el sonido aquellas que pudieran estar dañadas. Y claro, recibir de pronto, sin que se lo esperara, esa cálida y humeante lluvia de oro no le hizo ninguna gracia, y de ahí sus exclamaciones e improperios.

Ahora todo es distinto ¡esto ya es el primer mundo! Y desde luego lo mucho que ha cambiado este país, también se nota en cómo se mea en el tren.



Cuando entré en ese pequeño retrete del AVE me quedé de piedra. El excusado hubiera podido ser una legítima obra de Lugán. Consiste en un perfecto cono de acero inoxidable. Y al pulsar el botón descubro cuatro diminutas espitas por las que salen silbando roncamente cuatro ángulos de un líquido azul retinto. No ultramar sino más bien azul de Prusia. Se tiñó rápidamente aquel cono. Luego fue cayendo el líquido en el vértice. Y de pronto una ruidosa absorción lo hizo desaparecer súbitamente.

Evidentemente Marcel Duchamp había sido noqueado completamente por esa estética más propia de Lugán. El paralelismo es doble. Entre este retrete luganiano y la famosa “Fontaine” de Duchamp. Y digo doble porque Duchamp y Lugán se parecen muchísimo, como puede apreciarse en las siguientes fotos:




Este es de Duchamp


y este es Lugán



Me diréis que el retrete del AVE no lo construyó Lugán ¡Anda! Ni el urinario empleado para la fontaine lo construyó Duchamp.

Y me diréis además que Lugán no se “apropió” de aquel objeto como obra suya. Pues sí que se apropió, porque le conté la historia y asumió esa paternidad.

De lo que doy fe.
Esta es la Fontaine de Duchamp

Y este el inodoro del AVE


*Cliqueando en Lugan en rojo sale el post correspondiente.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Un realismo más real.

Este post, precedido por esta imagen que no es del Salterio, pero como si lo fuera, está deicado a Bernarda y a Pedro. EL COLOR QUE ESTÁ DE MODA.



Barack Obama ha puesto de moda lo moreno. Y ha puesto de moda América del Norte entre los progres. Y ha sacado de escena al KKK.

Se dice que es el primer presidente negro. Y no es verdad. Porque este señor no es negro, negro es su padre, y blanca es su madre. Él es, mestizo. Luego es perfectamente lógico que un país que es mestizo, tenga un presidente mestizo ¡Es lo que pasa siempre! Los países con mayoría de blancos tienen un jefe de estado blanco, los de negros los tienen negros, los amarillos, amarillos, etc. El caso es que USA ha dado una lección al mundo, por hacer (dejar de no hacer) lo que procede.

Claro que nada de esto es cierto, porque los negros no son negros, sino tirando a marrón. Ni los blancos son blancos, sino rosita y los amarillos rosita como los blancos.

Y queramos o no, nos metemos de lleno en el tema del racismo.

Me leí una vez en Alianza el libro de Paulette Marquer “Las razas humanas”.

Creo recordar que en ese libro se dice que efectivamente se puede hablar de razas, como tipologías humanas referidas a la geografía física. Pero como la gente viaja se forman unos batiburrillos de difícil seguimiento. Aparte de que las razas son el efecto de los viajes de las poblaciones.

Desde luego las razas de las que se habla en ese libro no tienen nada que ver con las razas del racismo, porque hay muchas razas de gente con la tez clara, y muchas con la tez oscura, por lo que el color de la tez ayuda poco a la taxonomía. Las razas tienen más que ver con las épocas en las que se perfilaron.

Todas las razas se cree que proceden de lo que se llama una “población salvaje”. Que es la que carece de rasgos generales, sino que los tiene de todas las clases. Tiene un aspecto muy parecido a la población formada gente de todas las razas que vinieran mezclándose desde hace mucho tiempo.

De una población salvaje se decantan las diversas razas. Se supone que la población salvaje de la que proceden las diversas razas humanas existió, y creo que existe aún, en el nordeste de África, por Etiopía y Sudán.

La primera raza que se decantó viajó por el sudeste de Asia y terminó en Australia, dejando un rastro de razas emparentadas.

La siguiente, con su racimo de razas correspondiente, llegó al este de Asia y de allí a América.

La siguiente, con su estela, llegó a Europa, y de ahí a América.

Y la más moderna de todas, no debe tener mucho más de 10.000 años, es la de los negros de África ¡Hace 10.000 años, seguramente, no había negros en África, ni en ningún sitio! Sus muchas variedades desplazaron a poblaciones africanas de otras razas, como los bosquimanos. Ya en época histórica se ha extendido por América y ahora podemos ver como se extiende por Europa.

Con esto quiero decir que el tema de las razas es muy complicado y tiene poco que ver con el racismo, que es una teoría peregrina y carente de fundamento.

El racismo, además de cruel y despiadado es bastante ridículo. Por eso me indigna. Sobre todo por lo que tiene de estúpido. Hombre si a causa de mi raza (ibérica de pata negra) me estuvieran tocando continuamente los cataplines estaría más jodido. Como una vez en Paris cuando un gabacho gilipollas señalaba mi piel y se sorprendía que fuera tan oscura y me miraba por eso por encima del hombro ¡será cabrón!

Los racistas tienen una lógica tan estúpida, por ejemplo: dice de Obama que es negro. Pues es tan negro como blanco. Porque si el padre es negro y la madre es blanca, será de los dos ¿o no? Parece que blanco es el que no tiene nada de negro y negro tanto el que tiene un poquito como el que lo tiene todo ¡pues vaya una lógica!

En este país estamos poco entrenados en temas de racismo ¡Había tan pocos negros hasta hace poco! Aunque ya son frecuentes.

La primera vez que vi a un negro era yo un chaval. Antes había visto dibujos, fotos, películas y al rey Baltasar en la cabalgata de de los reyes magos, que estaba tiznado con corcho quemado. Pero ese primer negro, que vi realmente, era un marinero brasileño que había llegado a Huelva en uno de esos saraos colombinos que congregaba a barcos de las armadas de muchos países americanos. Estaba rodeado de chiquillos con la boca abierta de verlo con ese color de chocolate, y lo tocaban, a ver si desteñía, supongo. Aquel hombre comprendía el asombro inocente de los chicos y no se molestaba y satisfacía amablemente la curiosidad que despertaba.

Tengo que decir por último que si conozco a un negro, y sobre todo si es amigo mío, ya no le veo cara de negro. Porque ser negro –supongo- es una cualidad general, absolutamente incompatible con lo particular ¡Tampoco veo, por ejemplo, que mis nietos sean blancos! Es que es una chorrada, de verdad.

A ver si el fenómeno Barack Obama sirve también para ir soltado esta empanada racial.









domingo, 2 de noviembre de 2008

Peor el remedio que la enfermedad.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio se lo dedico a Carmen y a Manolo, testigos de estos hechos.
EL CASO DE LA BOLSA ENSANGRENTADA.

Poco después de que se hubiera desatado una gran tormenta, corría por un pasillo del Instituto una profesora de bata blanca que llevaba colgando de una mano una ensangrentada bolsa de plástico.

A consecuencia del meteoro se formó un gran charco en una de las azoteas al quedar obstruido un sumidero, situado en una esquina, a menos de un metro del borde. Providencialmente visitaba la casa el aparejador del ministerio y se le pidió que solucionara el problema.

Tales azoteas carecen de acceso directo, de modo que subió el aparejador por una empinada escalera de hierro seguido de un conserje de corpulenta humanidad propia de su anterior profesión. Había sido madero.

Ya en la cumbre se podía ver un hermoso charco formado en la cóncava cubierta con el desagüe evidentemente obstruido. ¿Tiene usted un palo? Preguntó el aparejador al conserje. Este respondió afirmativamente y bajó raudo, volviendo al instante no con un palo sino blandiendo con ligereza una larga y gruesa barra de hierro.

Se aplicó con determinación a la tarea, hundiendo con vigor repetidas veces la barra en el agujero. Enseguida empezó a correr el agua y a los pocos minutos desapareció completamente. Sentenció el aparejador:

¡Ya está resuelto el problema!


* * *

¡¿Qué pasa?! Le preguntaron a la profesora que corría.

¡No sé!, dijo.

Contó que estaban haciendo prácticas de disección en un laboratorio, y del cuarto de al lado partió un terrible estruendo. Acudió a la puerta de dicho cuarto y nada más abrirla ¡se inundó todo!

AHORA PODREIS EJERCER DE SABUESOS.


¿Qué os parece que ocurrió?

Salvo un pequeño detalle ya tenéis los mimbres necesarios. Pensad. Podéis confrontar vuestras sospechas con la solución que os doy a continuación, puesto que este se trata de un hecho real.

SOLUCIÓN.

Lo que había ocurrido es que el desagüe de la azotea hacía un codo que con leve inclinación conducía el agua al exterior. Y el conserje había perforado la tubería y el propio techo cayendo toda el agua embalsada dentro del edificio.

La profesora recogió el material de su práctica apresuradamente antes de abandonar el laboratorio. Por lo que llevaba en la referida bolsa los restos de la rata que estaban disecando.

El único indicio que faltaba es el relativo a la rata. Pero claro, lo más probable es que la víctima propiciatoria de un modesto laboratorio, como es el de un instituto, fuera uno de esos sufridos roedores.

Elemental querido Watson.


domingo, 26 de octubre de 2008

El abogado del diablo.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio, se lo dedico a Agapo.
UN VEDETISMO TERRIBLE.
El viernes fuimos a ver el “Abogado del terror” por recomendación de mi amigo Agapo. Es un documental que más parece una descarga de documentos, pero vamos, es un documental.

También la recomiendo yo, porque es verdaderamente interesante. Pero no es para ir con sueño atrasado, porque es un poco soporífera. Yo me dormí totalmente sólo un poquito, mientras que un buen trozo la vi en un duermevela… Alguien se durmió a mi vera.

Jacques Verges es el prota de la peli y de la realidad que allí se cuenta. Sale, o más bien nos recibe, en su despacho. Debe tener 80 años pero está el tío en forma total. Guapete y mejor que nunca porque en sus imágenes antiguas parece que está colgado de las gafas.

Dice en la peli que su madre era vietnamita y su padre francés residente en la isla Reunión, por lo que tiene la carilla achinada y resentimiento de colonizado.

Como buen gabacho resulta a primera vista elegante y mundano. Y más tarde cargante y hortera.

Viene a ser un coleccionista de terroristas. Amigo de Pol Pot y de su socio, que sale en la peli y de otros muchos que iré diciendo. A mi este señor me parece que es uno de esos que van subidos en zancos para parecer gigantes, o uno de esos actores de reparto que se las dan de estrellas.

Siempre mantiene una gran empatía con sus clientes y desprecio por sus represores porque se muestran torpes para comprender a sus defendidos. Mantiene un delicado equilibrio que incluye la amistad y excluye la complicidad. Llega a casarse con su defendida la famosísima terrorista de la guerra de la independencia de Argelia Djamila Bouhired quedando él en un plano secundario. Y mucho más tarde compartió algún polvo con otra famosa terrorista, Magdalena Kopp, defendida suya, y mujer del famosísimo terrorista Carlos ¡que hay que echarle! También defendió a Carlos, y al Carnicero de Lion ¡parece que hace a todo! Y ¿cómo lo explica? Porque no soporta ver a la gente humillada.

A mi me parece muy bien que a los terroristas los defiendan los abogados porque hay que proporcionar el castigo al delito ¡y eso hay que negociarlo!
También conviene oírles para ver cómo enseñan su corazoncito. Allí decía uno que en una “operación” se cruzaron unos niños y se cortaron un pelo, eliminando tan sólo al pez gordo que tenían a tiro. Y otro que salía, de la guerra de Argelia decía que acabó aborreciendo el ordenar que pusieran tantas bombas porque dejaban muchos lisiado. Los muertos no le importaban porque ¡al final nos vamos a morir todos!

A mi eso del terror me parece una cabronada sin atenuantes ni matices. Tanto el de los terroristas como el uniformado. Creo que la esencia del terror consiste en intentar quitar del mando de una sociedad al mandarín, obligado como está a garantizar la seguridad de sus miembros, matando y lisiando indiscriminadamente a un buen número de inocentes. Para que esa población agredida caiga en la siguiente cuenta: “Si este cabrón le puede a mi protector debe tener de dónde para ser un eficaz protector ¡pues fuera este inútil y paso libre a este hijoputa que me va a proteger que te cagas!” y de ese modo el agresor recibe el impulso del agredido para quitar al otro y ponerse él.

¿Qué no? ¡Ya, ya! Piénsalo, piénsalo.

Bueno, venía yo dándole vueltas a todo esto cuando paso por la esquina de la calle Ávila donde yo había visto hace poco el chalecillo donde se cometió el atentado terrorista que cuenta Trapiello en “La noche de los cuatro caminos” ¡Y ya no está! Lo han derribado y están construyendo una casa de pisos. No se si quedarán fantasmas. Pera mí que ni eso.


lunes, 20 de octubre de 2008

Lo bueno si es breve ...

Este post, precedido por este dibujo que no pertenece al Salterio, pero que podría pertenecer a una edición aumentada se lo dedico, naturalmente, a mi amigo El Pájaro. EL PÁJARO.


Tengo un amigo de postín al que apodábamos El Pájaro porque parecía un ave zancuda, larguirucho y con un cuello alargado con una protuberante nuez que movía con agilidad y parecía una grulla tragándose un pez.
Para que os hagáis una idea se parecía un poco a Sergio Ramos. Hoy todo el mundo le llamará Don Alberto, ya que se trata de un distinguido funcionario con acusado sentido del humor. Rasgo que posibilita el pueda desarrollar con naturalidad aficiones, que en otros pudieran ser horteras, como jugar al golf, que es una adicción de toda su vida.

Recuerdo a El Pájaro por muchísimas cosas, pero sobre todo lo recuerdo por una brevísima redacción que he tenido presente toda mi vida y que he contado cientos de veces.

Os preguntareis ¿por qué tengo este blog y lo alimento cada semana? Pues porque me gusta redactar, y así puedo hacerlo. El redactar es un placer en sí mismo, sirve sobre todo para disfrutar, y ya es bastante. Por eso lamento lo poco que en nuestro país se estimula a los estudiantes para que redacten y valoro tanto la redacción de mi amigo, prodigio de concisión y de crítica a tan empobrecedor sistema.

Tengo que poneros en antecedentes de un detalle, y es que en la calle Marina de Huelva, en una medianería que sobresalía sobre la cubierta del edificio colindante había un cartel publicitario, con una imagen igual a la reproducida bajo este texto y con un slogan: “DE LA QUILLA A LA PERILLA LOS BARCOS VAN PINTADOS CON PINTURAS HEMPEL”

La redacción en cuestión fue un trabajo de clase que le mandó a mi amigo una profesora llamada Paloma (nombre raro en Huelva y corriente en Madrid): El recurrente tema de la redacción era: “El Mar”

Sin más preámbulos paso a transcribiros casi al pie de la letra la redacción completa:


El MAR.

El mar está surcado por barcos que de la quilla a la perilla van pintados con Pinturas Hempel.

En el mar hay muchas especies de peces de las que podemos destacar la chaputa, la pijota y la brótola.”

¿Podéis creer que Paloma calificó la redacción con un 7?

Entonces El Pájaro se partía de risa contando la abultada calificación. Pero yo pienso que calificar una redacción que se recuerda después de más de medio siglo es una auténtica cicatería. De todos modos Paloma supo ver que esa breve descripción tenía un indudable mérito literario.

lunes, 13 de octubre de 2008

La ruina universal.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio y concluido por otro dibujo publicado hace mucho en Monóxido, se lo dedico a Almudena, que es como la menta y me presta su atención. LEVIATÁN.


Este blog no puede ser insensible a los grandes problemas de la humanidad. De modo que voy a echar mi cuarto a espadas en esta crisis que nos consume.

De estar en lo cierto mi tocayo Hobbes y de existir realmente Leviatán. Este parece estar enfermo, víctima de meningitis. Y ¿cuáles son las meninges de Leviatán que están irritadas. Pues el sistema bancario.

Toda economía está basada en el sistema bancario. Tanto las de las grandes empresas, como las de las medianas y las pequeñas y hasta las familiares y las personales. De los bancos no se libra ni Dios, ni siquiera los que manejan dinero negro que lo blanquean en los bancos.

Como las meninges que cubren y protegen todo el cableado nervioso de un organismo, los bancos son la protección del cableado económico de Leviatán. Si las meninges se infectan se ha jodido el individuo. Así como si el sistema bancario se pervierte Leviatán se habrá jodido. Y eso es lo que pasa.

Pero ¿a qué se debe tal “meningitis”?

Pues a la metástasis que padece Leviatán. Ya que cada uno de sus órganos tiende a crecer desproporcionadamente debido a la tendencia que tienen los humanos, que son sus células, a forrarse y por lo tanto a engordar, ellos y sus posesiones.

La crisis se ha desatado debido al progreso del IGUALITARISMO tal como se viene aplicando. Porque si tenemos dos clases sociales tradicionales: aristócratas y plebeyos, hay que determinar por dónde se iguala.

Igualar por abajo es fácil, pero no mola. Igualar por el medio es posible, pero tampoco mola. Lo que mola es igualar por arriba ¡TODOS ARISTÓCRATAS!

¡¡PERO NO SE PUEDE!! ¡¡¡Ahí está el problema!!!

¿Por qué no se puede?

EN PRIMER LUGAR porque, hace falta mucha pasta.

¡Pues ahorramos!
Pero es que nos van a dar las uvas…

Pues nos empeñamos.

¿Quién nos presta?

¡Pues los bancos!
Eso sí, cobrándonos un interés por prestarnos una pasta que no es suya.

Lo indicado es que presten una parte menor de la que tienen almacenada, no vaya a ser…
Pero prestan casi toda, tratando de secuestrar a todo el mundo de por vida para que se vaya soltando en el banco todo lo que se pueda pillar por ahí trabajando o como sea. Algunos no pueden más y dejan de pagar al banco. Y cuando son demasiados los morosos el castillo de naipes se viene abajo.

Y EN SEGUNDO LUGAR porque hay que trabajar. Y como lo propio de los aristócratas es no dar palo al agua, si todos somos aristócratas ¿Quién coño trabaja?

Ergo una de dos: o seguimos con las diferencias de clases o igualamos por otro sitio ¡No hay otra!

domingo, 5 de octubre de 2008

La frontera de los tiempos.

Este post,que se inicia con este dibujo del Salterio, se lo dedico a mi sobrina Elena que desde hace mucho advierte que los recados telefónicos los recoge con una máquina. LOS ANFIBIOS.


Anfibio es el que tienen dos vidas. Ya se sabe que hay bichos que de jóvenes son acuáticos, los renacuajos, y de mayores terrestres, las ranas.

A la gente de mi edad le pasa algo parecido, porque –desde la perspectiva actual- de jóvenes éramos antiguos y de mayores somos modernos.

El panorama que viví de joven seguramente era muy parecido al que vivieran en el siglo XIX y antes. Claro, no se trataba de una antigüedad total y absoluta, como sería la previa a la primera máquina de vapor. Estaba entreverada de modernidad, pero el componente antiguo estaría próximo al 80 %.

Las vivencias antiguas no han desaparecido todavía en todo el mundo. Se pueden tener viajando. No por el tiempo, que no se puede, sino por el espacio. Uno va a Marruecos y parece que está en un belén escala 1:1.

Lo que pasa es que la gente viaja como los astronautas y los buzos, metida en trajes-cápsula rematados por escafandras. No está verdaderamente donde va. Ya se que no es fácil, pero es que no lo intenta. No ve más que jodida miseria por todo sitio. Como lo que ve no se corresponde con sus expectativas dice: esto es una mierda. Bueno, como siempre en el pecado se lleva la penitencia.

Lo que ocurre es que de turista uno no tiene más posibilidad que la de meter las narices en otro sitio y “en otra época”, pero para vivirlo realmente habría que quemar las naves, quedarse allí para siempre y comprarse un enterramiento para que en su día se depositen sus despojos.

Pero no hay que ser tan radical, y mucho menos nostálgico. Porque no hay modo de volver al pasado. Lo más que se puede hacer es rememorar la vida de renacuajo y compararla con la de rana. Y ¡mucho ojo! No caer en la tentación de pensar que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Porque además no hay pasado, ni futuro, ni tampoco presente. Tan sólo gerundio, recuerdos y expectativas.

Algunas de las impurezas de modernidad que contaminaban aquella antigüedad casi pura que viví son las siguientes: Había aviones, pero pocos y de hélice y en los que no se montaba casi nadie. Y trenes, pero con locomotoras de vapor. Y autobuses rudimentarios y muy bellos, como los que hoy en día se pueden ver en Malta. Y coches como de Eliot Ness y camiones con unas rugientes bocinas. No había tocadiscos, sino gramófonos de cuerda. Había radio, de esas góticas de lámparas, los transistores llegaron mucho más tarde. También había radios de galena, pero en plan juguete. Tampoco había tele. Había cine, no conocí el mudo pero mis padres sí. Las películas eran en blanco y negro y una minoría en technicolor. No había videos, ni ordenadores o como si no. Nada de PC. Había una buena parte de lo que hay hoy, pero más escaso y rudimentario.

Algunos de los atributos de aquella antigüedad eran los siguientes: El transporte de materiales y repartos consistía predominantemente en carros tirados por mulos, burros o caballos. Recuerdo que echaban unas meadas copiosas, amarillas y con un olor tremendo. Acarreaban de todo, arena, ladrillos, grava, carne, pescado, pan, de todo y luego, engalanados servían para ir al Rocío. Muy especial era el carro de la basura que olía terriblemente a podrido, no como hoy que el camión de la basura huele poco o nada. El transporte más suntuoso era el de los coches fúnebres. Tirados por caballos coronados por elevados penachos de plumas negras ¡Qué lujazo! Como fastuosas carrozas, grandes y negras el cochero de librea y chistera con escarapela negra, encaramado en el imponente pescante con faldones de terciopelo negro y galones aún más brillantes. Había coches de caballo, aún no había taxis, tan solo algunos automóviles de alquiler. La navegación de calado importante ya estaba mecanizada, pero en Punta Umbría todos los barcos de pesca de bajura eran de vela. La mayoría de los juguetes los fabricaban los propios niños, y los juegos eran estacionales y colectivos. Los vecinos en invierno se reunían en torno al brasero a jugar a la lotería, y en verano en la calle, sentados en las sillas que sacaban de sus casas, para tomar el fresco por la noche. Había muchos más espectáculos en vivo: la banda de música tocaba el kiosco. En los teatros, y también en carpas, ponían dramas, comedias y espectáculos de música y canciones, a veces todos los días cambiaban de obra.

Pertenezco a una de las generaciones que le tocó, en nuestro país, torcer la esquina de la historia, de modo que pudo estar en la antigüedad y luego en la modernidad. Ya en la generación de mis hijas no es posible. En nuestro país ya todo es moderno, hasta las antigüedades que se restauran y se patinan según el gusto moderno, es decir, la fisonomía que para un moderno debe tener lo antiguo. Para ver todavía antigüedad entreverada de modernidad, como dije antes, hay que viajar al tercer mundo, que desde el punto de vista cronológico, al menos, es el primero.

Cabe preguntarse ¿cuál es la diferencia principal entre aquella antigüedad y esta modernidad?

Aquella antigüedad estaba dominada por la escasez: aceite, harina, azúcar y, todo se compraba por cuarto y mitad. Y se aprovechaba todo, hasta la basura que se utilizaba como abono. Y sobre todo la gente hablaba con la gente y en los escenarios actuaba gente.

En la modernidad actual domina la abundancia y el despilfarro: carros rebosantes de los supermercados que se trasvasa a uno de los coches propios. Y se aprovechan poco las cosas, incluso cosas fácilmente reparables o en perfecto estado de funcionamiento se tiran a la basura o se abandonan en la calle o en “puntos limpios”. Ahora la gente se relaciona poco con la gente. Sobre todo lo hace con máquinas, radio, tele, cine. A uno le resultan más familiares las caras de unos que viven en Hollywood o las voces de los locutores de la SER que las de sus propios vecinos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Está vivo lo que no está muerto.

Este dibujo, que no es del Salterio, se me ocurrió hace mucho, se publicó un par de veces pero lo he extraviado, de modo que lo he sacado del disco duro que tengo en el coco y lo hice con la impresora que tengo en la mano porque me parece que ilustra bien lo que cuento a continuación. EL HOMO TERMODINAMICUS.

Hay libros y libros. Porque algunos no son corrientes. “El origen de las especies” no lo es. Como tampoco lo es “La Termodinámica de la Vida” de Eric D. Schneider y Dorion Sagan. Que salió hace poco y que me termino de leer.

Darwin vino a repetir lo que Lamarck ya había dicho casi un siglo antes. Que el mundo tal como lo conocemos no lo inventó Dios hace mucho tiempo y lo conservó más o menos intacto hasta nuestros días. Sino que todo había ido evolucionando y transformándose por selección natural. Y que una de las transformaciones que más de cráneo nos trae es aquella por la que somos monos evolucionados. (Teoría de la que discrepo al creer que somos monos por evolucionar).

Creo que Darwin no se cuestiona el origen divino, tan sólo el proceso, pero eso ahora nos da lo mismo. Aunque hay devotos ateos que tienen canonizado a Darwin como santo de la religión atea.

Los autores de “La Termodinámica de la Vida” dicen que la vida es un fenómeno termodinámico. Os recuerdo que termodinámica es la parte de la física que estudia lo relativo al movimiento que se produce a expensas del calor. Y del calor que se produce por efecto del movimiento. Este segundo fenómeno es conocido como entropía.

Lo que entiendo que dicen nuestros amigos es que cuando hay un gradiente energético surge la vida o se producen fenómenos muy semejantes: Si en un mismo plano hay una zona que tiene acumula mucha energía que está separada por una barrera de otra con muy poca, la tendencia es superar la barrera y nivelarse. En tal caso se produce una corriente energética que se puede aprovechar para muchas cosas: Surfing, win-surfing, vuelo sin motor, etc. y también para desarrollar la vida.

Pero cuando se produce el equilibrio la cagamos, porque el equilibrio es la muerte. De modo que el asunto está en prolongar el orgasmo todo lo que se pueda. O sea: aprovechar al máximo la ola en el surfing, o la ráfaga de viento en el win-surfing, o la corriente ascendente en el vuelo sin motor, porque el que vuela acaba cayendo: El tema está en caer despacio recorriendo la mayor distancia en el máximo tiempo posible.

Eso es lo que hacen los seres vivos, y algunos que no se tienen por tales como los huracanes ¿Cuál es la diferencia, entonces, entre seres vivos y huracanes o fenómenos semejantes? ¿La intención? En tal caso, digo yo, habría que atribuirle intención a los árboles. Atribución que me parece perfecta. ¿Y por qué no a los huracanes?

Los huracanes se producen al final del verano. Cuando el agua del mar está muy recalentada por lo que se ha producido una gran evaporación y la tierra está mucho más fría. Almacenándose en las nubes una gran cantidad de agua, que tiende a caer. Y el aire recalentado sube dejando vacíos que se llenan con otro más frío y se producen vientos. Todo eso se anima y se forma un ente revolucionario que va girando y creciendo como bola de nieve. Llega a tierra, jodiéndolo todo y muriendo por fin por falta de alimento. Un huracán es una criatura que nace, crece y muere a expensas de un gradiente energético. Como nosotros.

Los huracanes de los que tenemos noticias duran poco, mientras que la vida mucho, calculan que un tercio del tiempo transcurrido desde que hay mundo. (Ergo somos eternos como componentes biológicos. O, de no ser así, como componentes geológicos) Pero hay por lo menos un huracán enorme y con una duración comparable a la de la vida. Es la famosa mancha roja de Júpiter.

Interesante ¿no? Pero no puedo comprimir aquí las cuatrocientas páginas del libro. Y como, además, los resúmenes no pueden sustituir lo resumido, si os queréis enterar bien de todo lo tendréis que leer ¡No hay más remedio!



domingo, 21 de septiembre de 2008

El sinuoso amigo.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio se lo dedico a Virgi, porque ella tuvo la idea.
LA SERPIENTE DEL PARAISO.


Ya hemos quedado que todo jardín, por modesto que sea, es una representación del Paraíso. Siempre que tenga Feng Shuí, es decir armonía, buena orientación y una imagen divina.

Nuestro jardín tiene todo eso. Y no es como los de los hoteles, palacios y palacetes que siempre están verdes y relucientes. El nuestro si llueve mucho está realmente verde, y si no llueve tanto el verde es más bien pajizo. O sea que es un jardín-calendario que nada más verlo se sabe en qué estación se está. Tenemos vecinos con jardines perfectos, con un césped verde esmeralda durante todo el año.

Como ya os dije, la imagen divina de este paraíso doméstico es la de Shiva. Aunque el signo de Shiva se aprecia menos que el de Parvati, que es muy ostentoso*. También tenemos un casi imperceptible Ganesa, donde otros tienen el Corazón de Jesús.

No quisiera resultar presumido, porque ni estaría justificado ni es cosa de hacer el ridículo, pero este jardín con su huerto tiene una virtud indudable: es cero hortera.

Como en el bíblico hay árboles, pero vamos, no es El Retiro. Y tiene su fauna. Compuesta de aves que nos visitan o anidan en la madreselva de la valla. Bastantes mirlos, algunas urracas y unas palomas fondonas que no se si no son okupas del tejado. También hay otros pájaros más pequeños, como gorriones y un petirrojo que siempre está por el mismo sitio. El caso es que yo de pájaros entiendo poco. Pero cuando viene el maestro Amancio, lo escudriña todo y encuentra muchos nidos.

De los mamíferos hemos recibido la visita de un ejemplar en dos ocasiones que nos tiene alucinados ¡una ardilla fenomenal! Pelirroja y con una cola fastuosa ¡no sabemos si querrá venir más veces. Como no tenemos perros ni gatos, los únicos mamíferos permanentes somos nosotros mismos.

La fauna reptiliana está representada principalmente por unas aceleradas lagartijas y por unas ralentizadas salamanquesas que se pegan por la pared y el techo del porche.

Pero a este remedo de paraíso le faltaba algo esencial ¡la serpiente! ¡no teníamos serpiente!

Y hablo en tiempo pretérito porque el miércoles pasado, cuando abría la cancela de entrada del coche, veo como algo parecido a un cordel se animaba y salía serpenteando y se escondía en la hojarasca ¡Fantástico! Ya tenemos Serpiente del Paraíso.

Las serpientes son mágicas y misteriosas, son el alma de la tierra. Para los antiguos simbolizaban la inmortalidad ya que sobreviven a su propia muerte, como indica su piel muerta y abandonada: La sabiduría al carecer de párpados y no parar nunca de observar y aprender. Y la fertilidad al manifestarse como tierra animada (o porque parecen pichas tremendas). El caso es que son muy terreras y por ello criaturas predilectas de Gea o Gaya.

Estoy encantado de haberla visto. Porque aunque no se deje ver sé que está y eso me tranquiliza y contribuye eficazmente a mi felicidad.

*Cliqueando en la palabra en rojo sale el post correspondiente.


domingo, 14 de septiembre de 2008

El sentido que no hay que perder.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio, se lo dedico a los amigos que ven con pena alejarse este verano y piensan que ya queda menos para el próximo. EL SENTIDO DE LAS PROPORCIONES.




Estamos tan orgullosos de nuestra civilización actual…No veo que sea para ponerse tan chulito, porque presenta fallos importantes ¡Y lo malo es que ni se notan! Uno de esos fallos garrafales que pasa desapercibido es que hemos perdido el sentido de las proporciones.

Nuestra cultura tiene poco que ver con las proporciones. Lo único que interesa en ella son las cantidades. Ande o no ande el burro grande.

Vamos en post del crecimiento ilimitado. De los ingresos ilimitados. De la capacidad de gastar ilimitada. Cuanto más mejor. De la duración ilimitada. De la esperanza de vida ilimitada ¿Cuántos años quieres vivir? ¡Todos!

Cuando lo que hay que buscar es una adecuada proporción. No una cantidad a pelo, sino la que resulta de relacionar o dividir dos cantidades correspondientes a dos factores: lo que tengo, entre el curro necesario. Para alcanzar lo que quiero. Y lo metafísicamente inalcanzable ¡ni desearlo!

No es que las proporciones no se tengan nunca en cuenta. Se tienen pero poco. Y cuando se tienen suele ser por cutrería. Por ejemplo, se dice “tal cosa tiene una buena relación calidad precio” ¿Qué quiere decir en el fondo? Pues que es una mierda pero te va a costar poco, porque lo que te gustaría es tan caro que no lo puedes pagar.

O lo que pasó en Huelva hace muchos años con un oculista que era muy ocurrente, y natural de Cartaya, por lo que muchos paisanos suyos acudían a su consulta. Uno de ellos tenía un ojo fatal y compungido le preguntó al médico: ”¿Perderé el ojo, doctor?” Y este para tranquilizarlo, supongo, argumentó: ”Total, para lo que hay que ver en Cartaya con un ojo tienes bastante.”

Cuando se dice, por ejemplo: “para la edad que tengo me conviene tal cosa” en realidad se piensa: “para la mierda de edad que tengo me tengo que conformar con tal cosa” ¡que no es lo mismo! Hay chicas jovencitas que tienen una figura fantástica. Pero pasa el tiempo y las damas en que se ha transformado quieren “recuperar su figura” o pillar una figura que no han tenido nunca ¡y hala! Al cirujano. O el tío que ya no empalma se injerta una prótesis telescópica de titanio.

La estampa es el cociente de dividir la edad entre la conducta. No en regresar a cuchilladas y liposucciones al pasado. Si eres viejo el objetivo está en ser un viejo cojonudo, no un viejo disfrazado de joven. ¡que es patético!

Y hablando de proporciones ¡cómo olvidar las del arte geométrico! Así que os invito a la exposición en la que participo ¡fijaos en qué nómina de lujo me han metido! Espero que os guste.


domingo, 7 de septiembre de 2008

Año nuevo...

Este post, precedido de este dibujo del Salterio se lo dedico a Ana, compañera entusiasta de las incursiones al Círculo.HACER LA O,

AUNQUE SEA CON UN CANUTO.



¡Se acabó el verano! Y ya se irá perfilando el infvierno. Es la época de iniciar las colecciones que anuncian en la tele. Cada vez más estúpidas y peregrinas: Colección de rosarios, de abanicos con cuadros famosos… A los que vivís en Madrid os propongo un plan más apasionante.

Ya sabemos que ser analfabeto es lo peor. Y mucho menos también es malo, ya que en “selectividad” y en otros exámenes a quien ponga faltas de ortografía se le baja la nota. Mientras que los más sabios confiesan su ignorancia respecto al dibujo:
¡Yo es que no se hacer la o con un cauto!
¡¡¡Pues aprende joder!!!
No saber dibujar no da vergüenza. Solo da una penilla pequeña y se confiesa torpeza un poco hipócritamente y hasta con petulancia.

Yo es que no puedo entender cómo se puede ir por el mundo sin saber dibujar. No digo bien, aunque sea mal. A mi me sirve para muchas cosas. La primera y principal es que dibujando puedo soportar las más insoportables reuniones, donde los diversos oradores hablan para su ombligo interminable e insoportablemente. Yo me pongo a dibujar, me entero de todo ¡y ahí me las den todas! Antes dejaba abandonados los dibujos, ahora los guardo o se los doy al de al lado si le veo en su cara ganas de apropiárselo.

Otra aplicación del dibujo es como urdimbre del pensamiento. Si necesito construir algo. Pongo por caso una pérgola. Hago un esquema. Pienso…un poco más larga…la dibujo algo más larga y borro lo que no procede. Ahora más ancha, pues más ancha. Ahora la divido en seis partes. Pues la divido…no, en ocho, pues en ocho. Y al ratito lo tengo pensado y resuelto todo. Sin ordenador, ni autocad, ni impresora ni nada. Con un papel y un lápiz y zumbando. Es que dibujar sirve para pensar, para pasar de la imaginación a los hechos en el plano visual en un pis-pas.

Otra aplicación es turística. En vez de viajar como una maleta, o haciendo solo fotos, voy haciendo además algunos dibujos de lo que veo, y me hago un “carnet de viaje”. También escribo lo necesario para recordar el recorrido y le pego cosas como entradas a museos o a espectáculos.

¿Por qué no lo haces? Te digo. Lo más improbable es que ya lo hagas, en tal caso ¡Pues de puta madre! Y lo más probables es que no lo hagas porque dices que no sabes.

¿Lo has hecho?
No.
¿Y cómo sabes que no sabes?
Es que me saldría mal.
¡Pues hazlo mal! No pierdes nada. Y a lo mejor resulta que no está tan mal. O que con la práctica aprendes.

Otra aplicación es comunicativa porque cuentas cómo es algo o cómo debería ser algo y el otro se entera.

Otra aplicación se podría calificar de deportiva-cinegética-incruenta. Como un safari dibujístico. Como en los viajes, o sin viajar o yendo a un sitio donde haya modelos.

¿Pero dónde hay modelos? ¡Ah! Además de en las clases (pero casi nadie tiene ocasión de ir a clase) ¡¡¡En el Círculo de Bellas Artes!!! Ese es uno de los grandes lujos de Madrid.
Te haces socio, que puede todo el que quiera y no cuesta mucho, y eso te da derecho a ir a las clases que están en la 6ª planta ¡sin profesor! De modo que puedes ponerte a dibujar los modelos en sesiones larguísimas, o de media hora, o de cuarto, o de cinco minutos o de dos. Cuando el tiempo es tan corto se hacen lo que se llaman APUNTES que son dibujos sin detalles, o con ellos, donde te das el gusto de hacer dibujos de lo que ves. Y lo que ves son unos modelos, que por lo general posan divinamente. También te puedes poner a dibujar a los otros que están dibujando.


Yo voy desde jovencillo, aunque he estado muchos años sin ir, y ahora voy con mi hija Ana. Siempre hay jóvenes y viejos. Antes formaba parte del primer grupo, ahora del segundo ¡pero como no me veo! no noto la diferencia en la adscripción.

Madrid tiene muchas sorpresas gratificantes, pero pocas lo serán tanto como esta.



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domingo, 31 de agosto de 2008

Lo pasado, pasado está.

Este post, precedido por este dibujo de una inédita segunda parte del Salterio, se lo dedico a Marta en el día del blog. Y como recomiendan recomendar favoritos yo recomiendo dos: "¿Quién gana?" y "El Blog de Joaquín Leguina" ¡ya me direis! LA QUINTA DEL SORDO.


Hace unos años llevaba el coche a un taller que está en una orilla del Manzanares, un poquito más abajo del Puente de Segovia, en la margen derecha. Y en una fachada totalmente insulsa en una plaza donde se ensancha la calle Saavedra Fajardo, vi un rombo de porcelana de los que pone el ayuntamiento para señalar el lugar en que vivió algún prócer ¡Quién coño viviría aquí, en un lugar tan feo!

Me sorprendí muchísimo al leer que en ese lugar estaba la Quinta del Sordo, donde vivió Goya y donde pintó en la pared las famosas Pinturas Negras.



Hablando de esto con el pintor Antonio Zarco, que tiene ahora más de setenta años, me dijo que él de niño vivía cerca de la Plaza de la Cebada, y que iba con otros chicos a jugar a lo que llamaban Quinta del Sordo. Que estaba cerrada y supongo que en ruinas, pero no desaparecida como está ahora y reemplazada por una casa que es de lo más feo, soso, cutre e inexpresivo que se pueda imaginar.

Que un monumento o unos restos debidamente conservados o restaurados señalen un lugar de valor histórico es algo que reconforta, tranquiliza y anestesia. Pero que lo señale algo carente en absoluto de referencia con aquel glorioso pretérito, salvo la fea placa color natillas que utiliza el ayuntamiento de Madrid, es algo que desconcierta profundamente.

Pero ante la cruda desaparición ¿qué es más expresivo? La apariencia de que todo más o menos sigue igual, cuando en realidad no es así. O la total desolación, la evidencia absoluta de que aquello que estaba ya no está. Que lo que era ya no es.

A mí me parece, que esa insulsa y fea fachada es un monumento a la ausencia.

Las Pinturas Negras que se ven en el museo son fósiles desgarrados y restaurados de una realidad que ya no es.

Son otra realidad. Momias embalsamadas y maquilladas. Muertos con apariencia de estar vivos.

Hay en los bajos del edificio que ocupa el solar de la Quinta un establecimiento llamado La Estación donde se puede entrar a tomar algo, y de ese modo sorber simbólicamente algún efluvio que en el ambiente pudiera quedar de Goya. Tiene ese local una especie de tejadillo postizo en la fachada, en el que está encaramado un luminoso que representa un tren. Pero como no he ido de noche no he tenido el placer. De día apenas si se nota.

También hay en esa finca otro local cerrado. Que, como anuncia cartel se vende. Que por si acaso reproduzco a continuación

¡Qué buena ocasión para hacerse de un lugar histórico! O de un trozo. Hay que preguntar. Si alguien se anima que nos lo diga.

domingo, 24 de agosto de 2008

Pensamiento colectivo.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio, se lo dedico a Mónica y a Fernando. EL ECLIPSE.


Paseábamos por Punta Umbría al caer la noche del 16 al 17 de los corrientes. Con un cielo muy nublado en el que apenas se podía ver la Luna, que en la noche anterior se mostraba espléndida, redonda y luminosa. Me extrañó que en sólo 24 horas ya tuviera cuernos. Y más aún que apuntaran al suelo. Desde luego todo eso se distinguía con mucha dificultad. Caí en la cuenta. ¡Un eclipse! dije.

No es un eclipse, dijeron mi sobrina y mi cuñado. Es que la Luna está culta por las nubes.

Ya, pero las nubes no dejan un perfil tan nítido.

No es un eclipse porque de ser así vendría en el periódico y lo hubieran dicho en la tele.

Protesté: Pues los eclipses no dependen de que se anuncien en los medios. Si hay eclipse lo hay aunque los medios no lo digan y aún si dicen que no lo hay. ¡No hay más que mirar la Luna! o al Sol, en su caso.

Fue imposible convencerlos. Es verdad que se veía mal. Pero mal y todo lo podían ver.

Al día siguiente vino en el periódico que en la noche anterior hubo un eclipse de Luna y que el próximo sería dentro de no se cuanto tiempo.

¡¡¡Mira lo que dice aquí!!!

Es verdad, llevas razón, era un eclipse.

Lo habían creído no porque lo hubieran visto ¡sino porque venía en el periódico!

¡Sois la hostia! Les dije. Vivís virtualmente. No os guiáis por vuestras experiencias. Creéis lo que os dicen que tenéis que creer y no lo que veis ni experimentáis personalmente.

Tengo que reconocer que no siempre proceden de ese modo, porque para admitir que unas gambas de Huelva, unas cigalitas o un jamón serrano son como Dios manda no se dejan llevar más que por la pura experiencia.

A propósito de eclipses:

Es sabido que el eclipse de Luna se produce cuando un astro, la Tierra, la oculta. Y el eclipse de Sol se produce cuando un astro, la Luna, lo oculta. Y ambos son raros, por eso se refiere a ellos los medios. Pero hay otro eclipse de Sol muy corriente, que pasa -como tal- inadvertido. Es cuando el Sol queda oculto por un astro que es la Tierra. Se podría ver alguna vez desde la Luna, supongo, pero podemos verlo, como a los otros, desde la Tierra y cada noche ¿o no?