Con lo llamado "políticamente corrrecto", qué más bien es políticamente miope el idioma se está jodiendo. Por ejemplo, si se refiere uno a un grupo de amigos en el que todos son hombres se dice amigos. Si son mujeres se dice amigas. Y si hay hombres y mujeres se dice también amigos . Eso es lo correcto. Pero ahora es frecuente que se dida amigos-amigas o amig@s ¡que es el colmo!
En el blog de Joaquín Leguina, que os recomiendo vivamente, hace tiempo apareció un artículo titulado " Queridas miembras" sobre el tema, de modo mucha más brillante de como lo estoy haciendo. Allí se decía que en el lenguaje es esencial la economía, y esa es la razón por la que en vez de decirse amigos-amigas se dice amigos. Eso no es debido a que "el lenguaje sea machista" como se suele inferir con un entusiasmo reivindicativo que me parece del todo ridículo.
Como es ridículo lo que venía escrito en los sobres de las cartas que me mandaban de la Complu "Profesor/Profesora Don/ Doña Tomas etc." ¿Es tan dificil poner profesor don a quienes sean hobres y profesora doña a quienes sean mujeres? Por otra parte ¿qué coño le importa a nadie si el docente en cuestión es hombre o mujer? ¡Que pongan Prof. o que no pongan nada!
Hace unos día me refería por escrito a los de un sitio. Y aunque en este caso concreto me parece que son mujeres ¿por qué voy a tener que poner a las de? si el que fueran hombres o mujeres no venía al caso.
Tal reivindicación me parece gilipollas. Porque además me da la sensación de que se pone terminación que indica feminidad cuando se quiere diferenciar ya que cuando no se quiere diferenciar se pone la terminación indeferenciada que comprende tanto lo masculino como lo femenino ¿se tendría que reclamar una diferenciación propia para lo masculino? Estaría fatal porque iría en contra de ese principio de economía y porque es esencial en las lenguas que se alteren lo menos posible, porque así se preserva su eficacia a través de los tiempos y en todos los sitios donde se hable.
Lo que más me maravilla es algo que veo tan inequívocamente ridículo tenga tantos partidarios y tan ardientes defensores.