Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 31 de mayo de 2009

Ver lo justo.

Este pst nº 118 del Salterio se lo dedico a Ana poque vela por las niñas de mis ojos.
LA MÁCULA.


Lo que podríamos llamar estética impresionista me resulta muy familiar, ya que en el plano de mi formación artística soy “nieto” de Cecilio Plá, que era amigo y “correligionario” de Joaquín Sorolla. Ya que mi maestro, Manuel Gutierrez Navas era discípulo de Don Cecilio.

Plá y Sorolla, así como Sargent y Zorn prolongaron y perfeccionaron la estética impresionista cuando ya se había pasado la página del Impresionismo y cuando el Postimpresionismo había seguido por otros derroteros, apartándose cada vez más de sus raíces.

Pero Plá, Sorolla, Sargent y Zorn fueron discípulos remotos de Velázquez. Remotos en el tiempo e inmediatos en el estilo.

Del mismo modo que hay dos Wittgenstein, hay dos Veláz
quez. Los jóvenes y precisos del “Tractatus” y del “Aguador de Sevilla”. Y los mayores e imprecisos de las “Investigaciones Filosóficas” y de “Las Meninas”.

El primer Velázquez es la continuación, más o menos provinciana, del primitivismo flamenco (que de primitivo no tiene nada) y el último Velásquez el precursor de los Impresionistas y de los seguidores mencionados.

El primer Velásquez “debía enfocar mucho” y el último debía “desenfocar del todo”.

Ahora, para seguir, debemos meternos en un buen berenjenal.

Es tópica la comparación entre los ojos y las cámaras de fotos, de cine, y de vídeo. Esas cámaras tienen una configuración que posibilita su función y también un material sensible a la luz, sin el que la captación de imágenes sería imposible.

En el ojo el componente sensible es la retina. Compuesta de células visuales que son de dos clases:

Bastoncillo que necesitan poca luz para funcionar y captan muy bien el movimiento y muy mal los detalles y el colorido. Y los conos que necesitan mucha luz y captan muy bien los detalles y el colorido.

Unos y otros están repartidos por la retina. En la periferia predominan los bastoncillos y por el centro los conos. Especialmente en un punto, la mácula, que es la encongada de la “agudeza visual” donde están hacinados los conos y actúa como un superojo dentro del ojo que lo escanéa todo, suministrando datos a la memoria. Con lo que uno no ve propiamente lo que pasa, sino que “lee” lo que tiene delante como si fuera un libro.

Para pintar cuadros como los del segundo Velásquez o Sorolla y compañía la mácula es un mal aliado, porque impide ver en conjunto, ya que ofrece una sucesión de detalles agudamente enfocados que, como he dicho, suministran datos a la memoria con lo que se forma una imagen mental. Pero nunca una imagen visual del panorama que se tiene delante de los ojos. La mácula siempre compara entre dos cosas y en los cuadros de estos autores la comparación afecta a una infinidad de elementos jerarquizado en gamas extensísimas que son simultáneamente cromáticas y de claroscuro.

¿Qué hacer entonces para ver panoramas globalmente?

Inhibir la mácula.

Y ¿cómo se inhibe?

Entornando los ojos.

Porque al dejar pasar poca luz la mácula deja de funcionar. Y entonces aparece una escena, como dice mi discípula Irene, con una jerarquía de valores de claroscuro que resulta muy real y con una gran ausencia de detalles.

Un buen ejemplo de cuadro donde se evidencia lo que estoy diciendo es la “Villa Medici” de Velázquez.

Hay una enfermedad que afecta a mucha gente, sobre todo a personas mayores, que es la degeneración macular que consiste en el deterioro de la mácula, distorsionando la visión y disminuyendo la agudeza visual. Con lo que, por ejemplo, se dificulta mucho la lectura y produce de un gran malestar en la mayoría de los que la padecen.

El caso es que me gustaría saber cómo ven realmente las personas que sufre degeneración macular. Porque es posible que tal afección que supone una infradotación para leer podría suponer una superdotación para pintar del modo en que lo hacían los referidos maestros.

La verdad es que no me parece necesario tanto detalle ni tanta luz. Y de ser cierta mi sospecha, para esta gente atormentada podría suponer un gran consuelo pintar cuadros según la referida estética emparentada con Velázquez y con el Impresionismo.

Claro que no basta tener la mácula jodida. Además habría que saber pintar. Pero yo podría enseñarles.

Villa Medici de Velazquez.

domingo, 24 de mayo de 2009

La fuente india.

Este post nº117 del Salterio se lo dedico a José Luis que hace arte con los indios.


EL COGOLLO DEL MUNDO.



La humanidad está compuesta por homínidos. Parece ser que originados en África, desde donde se han extendido por todo el planeta.

La fauna que compone la humanidad se distingue del resto de animalia por tener una cultura complejísima basada en signos.

Tales signos son, principalmente, de dos clases, sonoros y luminosos. O si se quiere auditivos y visuales. Pueden ocurrir dos cosas: que inicialmente fueran exclusivamente sonoros y al anotarse surgieran los signos gráficos. O que inicialmente fueran gráficos, y posteriormente al aludirlos fónicamente surgieran los signos sonoros. Pero en cualquier caso en todo lugar culto se dispone de ambas clases de signos.

Culturalmente considerado se podría decir que el mundo está compuesto de dos hemimundos: el occidental con signos iniciales sonoros y el oriental con signos iniciales gráficos.

Y entre ambas mitades del mundo está la India, que es un triángulo del que mana casi toda la cultura.

Porque hacia occidente se extiende el lenguaje indoeuropeo, por Europa y África y luego por América. Y hacia oriente una cultura religiosa india mucho más tardía y superficial superpuesta al grafismo que cuajaría en la escritura china.

Esa cultura oriental previa a la india se extiende por oriente y seguramente llegaría a América, mucho antes de Colón, con la población a la que curiosamente llamamos india, pero que no es tal, como es de sobra conocido.

Por lo tanto si la humanidad fuera una lechuga, la raíz sería África y el cogollo la India.

En el plano geológico La India es también muy singular. Vino a pegarse a Asia “recientemente”. Ya que cuando todas las tierras estaban unidas formando un único continente al que llamamos Pangea, hace doscientos millones de años, se encontraba encajada entre África y la Antártida. Empezaron a separarse los diversos continentes y subcontinentes y la India surcó el océano que luego se llamaría Pacífico y acabó colisionando con el sur de Eurasia. Como efecto del tremendo choque se levantó la cordillera del Himalaya. Tarea aún inconclusa porque la India no se ha parado en su viajar y aún sigue presionando en su ruta hacia el norte y levantado aún más la codillera. No se trata de algo que ocurrió en el pasado ¡está ocurriendo ahora! Es que la India no tiene desperdicio.
La India estaba en nuestro medio cultural totalmente satanizada. Y lo está todavía en gran medida. Que si Teresa de Calcuta, que si Vicente Ferrer. Los orfelinatos con su angustia característica ¡pues claro! Un orfanato es dramático en cualquier sitio y en la India también.

Mucha gente tiene reparo en ir a la India por el tema de la miseria. Y mucha gente que va no ve más que miseria. Y sí, hay miseria, pero también hay una luz dorada verdaderamente maravillosa. Y gente fantástica increíblemente ataviada. Y mucha delicadeza. A mí me conmueve ver las estatuas con collares de flores frescas, que comunican vida a las esculturas e indican un cuidado y una constante atención ¡nunca veréis collares de flores pochas!
Pero noto que algo está mejorando claramente. Parece que brotan rayos de esperanza.

La India es, a pesar de todo, un sitio de esperanza. A donde dicen que emigró un quinto evangelista: santo Tomás el apóstol "que parece de Mogué (Moguer) que si no toca no ve”. Y que guió a su maestro hasta Cachemira donde está y se venera la tumba de Jesucristo.

A mi me gusta más la idea de que sobreviviera al Calvario, en vez de morir asesinado, aunque resucitara (cosa bastante dudosa). Y que en vez de subir al cielo, se recuperara de sus heridas y se fuera con su familia a la India, lejos de tan peligrosos paisanos, donde viviría feliz y moriría de viejo de modo natural.
Puede que no fuera eso lo que sucediera verdaderamente. Pero a estas alturas ¿cómo vamos a saber lo que pasó realmente?

Esta es la foto del panteón de Jesucristo en Cachemira.






domingo, 17 de mayo de 2009

Donde hay publicidad resplandece la verdad.

Este post nº 116 del Salterio se lo dedico a Javi por su cumple. PUBLICIDAD.



No se que aviesos planes tendrá el gobierno para querer fulminar la publicidad de TVE. Ahora nos meterán las odiosas series sin un respiro. Cuando la publicidad es lo peor y también lo mejor de la tele.

No se, la publicidad es la sal de nuestra civilización. Pocas cosas son concebibles sin publicidad. Los productos suelen estar recubiertos de su propia publicidad. Y lo gratis no es tal porque al estar cargado de publicidad y más pronto o más tarde terminas comprando lo que te han metido por los ojos, con lo que terminas pagando y sin darte cuenta has pasado por caja.

Hasta hoy este blog ha estado libre de publicidad. Más de una vez han intentado infestarlo ¡pero no han podido! Y cuando le he preguntado al maestro me ha dicho: “Te pagarán unos céntimos”. Y, claro, por unos centimitos mejor es permanecer “puro”.

Pero parece que es necesaria la publicidad para todo lo que se precie de público. ¡Por lo que tengo que incluirla en este blog!

Ahora ¡hay publicidades y publicidades! Por ejemplo: Un día escuchaba La Ventana de Gemma Nierga y entrevistaba la titular del programa a un tío que es una estrella de una pequeña emisora local de Barcelona que se llama Radio Taxi o algo parecido.

En un momento la entrevistadora dice que va a interrumpir la entrevista para dar paso a la publicidad.

¿Para qué publicidad? Pregunta el entrevistado.

No sé, dijo la entrevistadora.

¡Pero cómo! ¿Es que no sabes qué publicidad vas a emitir en tu programa?

¡Pues no!

¡Muy mal! En mi emisora la publicidad que emito la hago a la medida del anunciante y del oyente.

Luego, parece ser que hay una pequeña publicidad de artesanía y otra que es grande y de mogollón. La nuestra es artesana y conveniente tanto para el objeto anunciado como para el sujeto que lo recibe. De momento no hay más que un anuncio:


EQUIA


Se trata de una asesoría que gestiona por un precio justo la contabilidad, los impuestos, las nóminas, los seguros sociales de las PYMEs. Como son por ejemplo: empresas de publicidad, tiendas, bares, restaurantes, puestos de los mercados, etc.

También autónomos como son arquitectos, albañiles, carpinteros, cristaleros, pintores (de brocha gorda y fina), jardineros, fontas, chispas, taxistas, músicos y cantantes y un largísimo etc. Es que hay gente, lo comprendo, que se despista en una fecha, en un procedimiento…y se desencadena una feroz persecución y se amontonan sanciones, incrementos, intereses que le amargan a uno la vida y amenaza con llevarlo a la ruina.

Y también hace la declaración de la renta a particulares. Gente a la que se le hace la polla un lío cuando tiene que tratar ese enojoso asunto y pierde pasta porque no sabe exactamente lo que tiene que hacer y cómo. Claro que te dice Hacienda que te la hace ella desinteresadamente…Pues sí, vas a poner a la zorra al cuidado de las gallinas.

Así que si queréis ver la posibilidad de libraros de esas pesadillas no tenéis más que cliquear en:

domingo, 10 de mayo de 2009

Bestiario amable.

Este post nº 115 del Salterio se lo dedico a Mercé, testigo pirenaica. MI AMOR POR LOS ANIMALES.



Nunca he tenido ni perros ni gatos ni me gustan los animales. A la gente le gustan porque “son uno más de la familia”. Y a mi me disgustan por eso precisamente porque “son uno más de la familia” y ver a uno más de la familia a cuatro patas, con rabo, cubierto de pelos, ladrando y con cara de perro o maullando y con cara de gato ¡me parece una pesadilla! Y si vas al mercado, te acercas a la carnicería y ves colgados con ganchos trozos de “gente de la familia” es una pesadilla horrible. Así que no quiero tratos con gente de la familia en ese plan.

Pero siento simpatía y ternura por esos “parientes”, aunque tengo con ellos poca relación, salvo contadas excepciones. Una de esas raras excepciones ocurrió esta noche, cuando me disponía a irme a la cama, estoy cerrando la ventana de la cocina, y sale disparada hacia el techo una salamanquesa jovencilla ¡La madre que la parió! Ahora, con el sueño que tengo a hacer safari, porque aquí no la puedo dejar. Busco un paño de cocina para usarlo como una red. Ya no la veo. Se ha caído sobre la encimera y allí la pillé. Con una cococha tan suavita. Total, abrí la puerta y la liberé.

Tuve otro affaire con una salamanquesa en Denia. Estábamos en casa de mis amigos José Luis y Josefina. Íbamos a desayunar en la terraza y Josefina, armada de una escoba echaba fuera una salamanquesa no fuera a darnos asco. José Luis que vio la faena montó en cólera ¡Déjala, es ella quien está en su casa! Gran tensión. Entonces me voy hacia la salamanquesa. La cogí por detrás de la cabeza y la puse en la pared, debajo de un alfeizar. A continuación le estuve acariciando en el cogote un ratito. Poco después nos separamos.

Mucho más intenso fue el episodio con una vaca en Plà de Beret en el Pirineo.

En lo que en invierno son pistas de nieve, en verano son praderas. Y aquel verano vimos como había una infinidad de vacas y de caballos. Y mis hijas Isabel y Ana que eran niñas estaban como locas de alegría. Y nos pusimos a pasear entre esos animales gigantescos. Me acordé de que nos había sobrado una barra de pan que ya estaba un poco dura. Fui al coche a buscarla y en compañía de Ias niñas le di la barra entera a una vaca. Intentó tragársela pero se atragantaba. Entonces le saqué la barra de la boca, y aunque estaba llena de baba me sobrepuse. Rompí el pan en trozos que le fui dando poco a poco. La vaca me seguía con mucha determinación y mansedumbre mientras recibía los trozos de pan.

Pero cuando se terminó el pan continuaba siguiéndome. Y yo andaba con siete ojos no fuera a pisar a mis niñas o algo. Y la vaca me seguía. Parte del grupo, temerosamente, se resguardó en el coche. No se daban cuenta de que esa vaca era todo cariño. Veían la escena desde aquel improvisado burladero y se partían de risa. El amado tiende a abusar (parece que es esa una tentación irresistible) Y me puse, hecho un payaso, a hacer desplantes toreros y “el teléfono” como el Cordobés.

Esos flechazos circunstanciales suelen terminar desabridamente. De modo que me fui sin acertar a dar con una salida airosa. Y es que las vacas, es evidente, tienen un corazón muy grande. No creo que se lo rompiera del todo, pero seguro que le extrañaría que me fuera despidiéndome a la francesa. No se si llegaría a pensar: “¡Es que todos los hombres son iguales!”


domingo, 3 de mayo de 2009

Lo cortés no quita lo cobarde.

Este post nº114 del Salterio se lo dedico a esta amiga americana. Aunque dudo que Google que tiene la mano tan larga la tenga tanto.
LA AMERICANA SENTIMENTAL.



Antiguamente, cuando yo estudiaba, no existía, como hoy, el “Programa Erasmus”. De modo que había pocos estudiantes extranjeros.

Una de esas escasas estudiantes extranjeras era una americana grandísima, rubia, como una Marelin gigantesca salida de los grandes cartelones que había en los cines de la Gran Vía.

Blanquísima, con los labios muy rojos y una delgadísima esclava de oro en uno de sus hermosos tobillos. Era verdaderamente llamativa. No tan guapa como vistosa.

Coincidíamos en una clase de dibujo en la antigua Escuela de Bellas. Al ser esa clase la última de la jornada cuando estábamos allí ya era de noche.

Estaba la escuela en el edificio de la Academia de San Fernando casi al principio de la calle Alcalá. Dicho edificio alberga la Academia, el museo, la biblioteca, el taller de vaciado de estatuas, la Calcografía Nacional donde se estampaban y guardaban los grabados. En aquella época contenía también la Escuela de Bellas Artes, donde se "engordaban" los cachorros de futuros artistas que éramos nosotros.

Cuando se entra en el edificio hay una especie de túnel que terminaba en un patio. A continuación de ese patio empezaba la escuela, hoy todo es academia. La primera sala a la derecha era la clase de dibujo, en la que fue profesor, hace entre uno y dos siglos, el mismísimo Goya.

La americana en cuestión parece que era sentimental y de fácil lágrima. Cuando apareció por allí, la oí antes de verla. Oigo un día llorar desesperadamente a alguien, me acerco y veo a una enorme Marelín gritando y llorando a lágrima viva

¿Qué le pasa?

Que han cogido al Cordobés, y lo han herido.

¿Es que lo conoce?

No

Entonces ¿por qué coño llora?

¡No sé!

No tenía mucho trato con ella, porque ni sabía español ni yo inglés. Pero un día me enteré de que era su cumple. Y, yo que soy un caballero, me dispuse a regalarle algo. Por aquella época yo le regalaba con frecuencia a mi chica (mi actual chica) un prendido de camelias, compuesto por una o dos de estas flores y algunas hojas, tan rotundas y brillantes.

Me salgo de clase, cerca como estaba de la Puerta del Sol, y me pongo a buscar una floristería, pero no tienen. Me voy a la Plaza del Carmen y está cerrada. La calle Mayor, la Arenal, la de la Cruz ¡en ningún sitio! Venga a buscar ¡ya es que me frustraba no encontrar lo que había dado por seguro! ¡Por fin! Casi había gastado todo el tiempo de la clase en las pesquisas y salgo corriendo porque encima cuando llegara se podía haber ido.

Llegué a tiempo, le di el regalo. Puso cara de sorpresa y le dije que es por su cumple. Esperaba que le hiciera gracia y ya está. Pero no. Arrancó a llorar como una Magdalena. Mis compañeros se asustaron ¡¡¡¿Qué le ha pasado?!!!

No había modo de calmarla. Acojonado me dispuse a calmarla como fuera. Entonces le dije que era una broma. Se quedó de piedra.

No era una broma. Pero es que hay gente tan desmedida en sus reacciones que no se puede…