Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 29 de abril de 2023

Increible, pero cierto.

PEDOMORFISMO.

Pedomorfismo no es lo que su nombre parece indicar...

En realidad significa "en forma de niño", infantil. De ahí "pediatra", médico de niños o "pedófilo", amante de niños.

El pedomorfismo es un fenómeno muy curioso por el que se modifica el fenotipo ¡y hasta el genotipo! de los individuos adquiriendo rasgos de adulto siendo niños o se mantienen rasgos de niños cuando ya son adultos. Y, desde luego, es hereditario...

Y no es que algunos seres, por ahí, sufran tales anomalías...¡No! nos afecta a nosotros, los humanos ¡de lleno!

A pesar de que los chimpancés y los humanos compartimos el 99% de los genes se aprecian diferencia abismales, Por ejemplo, los chimpancés  son muy peludos y nosotros lampiños. Y si nos fijamos en los cráneos de unos y de otros, ellos tienen prognatismo, la mandíbula inferior adelantada respecto a la frente, arcos superciliares, como viseras óseas por encima de los ojos. Y también "cresta sagital", por la cúspide del cráneo, como algunos cascos de currantes, para hacer más resistente a los golpes el cráneo. Pero nuestros cráneos no tienen nada de eso. Son redonditos...

Aunque si comparamos a un humano adulto con un chimpancés infantil ¡la cosa cambia! Porque el chimpancés infantil, como el humano, es lampiño. Los humanos adultos no suelen tener pelazos por la mayor parte del cuerpo, pero si tienen vello, más o menos finito, como el chimpancés niño.

Y respecto al cráneo estamos en las mismas. El cráneo de los chimpancés infantiles carece de protuberancias ósea, es como el de los humanos adultos aunque más pequeño.

Moraleja, que el hombre es un antropoide que se diferencia de los otros antropoides en que es pedomorfo. Porque llega a adulto conservando la fisonomía juvenil a la vez que accede a las cualidades propias de los adultos, como es adquirir la talla de adulto y poder aparearse y tener descendencia.

Pero la cosa es más grave ¡porque todos los vertebrados somos pedomorfos!

Esta extraña realidad está expresada en el post de este blog previo al anterior, titulado "Plantado"

Si queréis le echáis un ojo, que puede que os interese.


 

lunes, 17 de abril de 2023

Críptica universalidad.


 PAREIDOLIA.

Esta palabrita, pareidolia, que la mayoría de la gente no sabe lo que significa, ni el corrector de texto del "word" tampoco ¡que ya es decir! tendría que ser del dominio público ¡porque es el quid de toda representación!

Digo más ¡de toda visión!

Se produce una pareidolia cuando se ve un objeto, como este que aparece en la imagen que encabeza este post, que no es más que una pieza de una cafetera, pero que comparando con recuerdos de imágenes anteriores reconocemos como una cara. Con dos agujeros que evocan los ojos y una ranura que evoca la boca. Y un tercer agujero que no evoca nada, porque no se espera de él evocación alguna.

Paraedolias típicas son también esas nubes blancas y grises que desfilas por un cielo azul y a veces parecen ballenas persiguiendo dragones y cosas por el estilo.

¡Rarezas! como la propia palabrita...

Se podría añadir que es condición indispensables que esas "representaciones" sean fortuitas...

Pero si salvamos tal condición ¡toda representación es una pura pareidolia!

Si se quiere son "paeidolias artificiales"

¡Toda representación pictoríca! Y escultórica. Todo dibujo representativo. Tanto realista como no. Solo con que se vea algo representado ¡ya vale!

Y desde luego toda fotografía, Y todo cine o vídeo es pareidolia artificial.

¿No es raro que sea una palabra tan rara?

Y cabe preguntarse: ¿A qué se debe que haya pareidolias?

¡Pues a que los ojos son muy tontos!

Porque se les engaña muy fácilmente.

¡Si no de qué!

Un ejemplo: Uno se encuentra a otro y le dice: "¡Que te he visto en la tele!"

¡Pues no! En la tele no lo ha visto. Porque lo que ha visto en la tele son unos fogonazillos luminosos emitidos por la pantalla que le han evocado la figura del que se ha encontrado, pero no a la persona misma...

Por lo que mucho me temo que todos somos invisibles porque no se nos ve. Porque lo que se ve de nosotros son "fogonacillos" que desprendemos cuando la luz nos choca y el reflejo incide en los ojos de quienes nos miran...Y que por experiencias de "visiones anteriores" nos reconocen. Y nosotros igual.

Luego no se ve más que puras pareidolias!

¡Qué cosas! ¿no?

 

 

 

 

sábado, 8 de abril de 2023

Plantado.




 


INVOLUCIÓN.

Parece que estoy sufriendo un proceso involutivo...

Espero que circunstancial...Y que pronto retorne a la normalidad.

Ello es debido a que llevo una temporadita en la que me duele la pierna izquierda.

Es un dolor por lo general soportable. Que se disipa si estoy haciendo algo, como dibujar o redactar, que es lo que estoy haciendo ahora. Pero resulta muy incómodo por la noche, como ahora, que me metí en la cama, aguardando a Morfeo. Pero no llega. Por lo que me he levantado y me he puesto a redactar este post de mi blog. Y Morfeo llegará cuando llegue y será bien recibido.

Esto me pasa por tener extremidades,

Porque lo propio de nuestra estirpe es no tenerlas. A diferencia de la de las moscas y las gambas, por ejemplo, los artrópodos, que tienen muchas.

Ellos sí, pero nosotros no.

Nosotros, los tunicados, somos meros tubos, más o menos alargados.

La diferencia es que nosotros somos, básicamente, tubos lisos. Mientras que ellos son tubos compuestos por una sucesión de anillos. y de cada anillo salen cuatro extremidades. Luego nosotros estamos muy escasitos de extremidades mientras que a ellos les sobran. Por lo demás ellos y nosotros tenemos simetría axial. 

Cuesta reconocerlo, pero nuestros ancestros ¡eran unos miserables gusanos! Trozos de manguera, con lo que sea dentro ¡y ya está!

Y nosotros ¡pues eso mismo, pero tuneados. Y el estar tuneado no deja de ser un apaño. Porque somos lo que en el fondo seamos.

Y algunos de nosotros, los vertebrados, a duras penas, hemos conseguido cuatro extremidades. Y dentro de este grupo, el nuestro, los humanos, hemos logrado la machada de encaramarnos en dos de ellas.

Si fuéramos a cuatro patas no iríamos tan chulescamente como vamos ahora, pero iríamos más seguros de tener una de ellas averiada.

En el plano de los gusano el desplazamiento es más "indigno", pero curiosamente, un grupo de vertebrados han renunciado al uso de extremidades, las han "perdido". Me refiero a las serpientes, que en época relativamente reciente "han dicho" ¡ya no quiero patas! y fijaos lo bien que se apañan.

Pero parece que eso de desplazarse, de cambiar de suelo es algo indispensable,,,

¡Pero no!

Porque los vegetales no se desplazan. Se dicen que son "sésiles", están pegados al suelo.

En cambio los animales nos desplazamos tan lindamente...

¡PARA EL CARRO!

Porque seguramente los animales ambulantes antes fueron sésiles. Y de hecho hay muchos animales que siguen siéndolo. Como los espongiarios, los corales, algunos moluscos como los mejillones y algunos crustáceos como los percebes.

Por otra parte los vegetales tan solo son sésiles en una fase de la vida. Porque en la fase de semilla se desplazan ¡que da gusto! Y en la fase polen lo mismo.

La singularidad de los animales por la que pueden desplazarse consiste en adquirir la madura facultad de procrear sin abandonar la fase larvaria, digamos. O sea, que se hacen adultos sin dejar de ser niños.

 Y por eso alcanzan la plenitud sin quedar por ellos clavados al suelo.

Porque la regla es que de joven se desplacen y de adulto se queden varados, Eso es lo que ocurre con los espongiarios, que las larvas se desplazan para buscar nuevos destinos y los adultos se vuelven sésiles. También ocurre con los corales, que en la fase juvenil es la medusa. Lo que pasa es que en unas especie predomina la fase pólipo, que se fija al fondo y en otras la fase medusa, de la que no sale en toda su vida.

Pero vamos a detenernos en nuestros orígenes de vertebrados.

La madre del codero, y de todos los demás vertebrados, es la ascidia.

Bicho marino, que es muy poco popular. Vive en el fondo del mar, rodeado de semejantes. Recuerdan racimos de uvas, pero con un par de agujeros.

Verdaderamente esos bichos parecen uvas. Porque están cubiertos de algo parecido a una túnica que envuelve al bicho. Y por eso se les llama tunicados a ese amplísimo grupo de animales, en el que estamos incluidos los humanos.

También se les llama cordados. porque la larva de las ascidias, llamada anfioxo, tienen un cordón dorsal que es como la médula espinal de los vertebrados. Por lo que veremos que la larva de marras ¡trae cola!

Dentro de la túnica de los tunicados hay un bicho, que es un tubo con la forma de la letra U que saca sus extremos por los agujeros de la túnica. Uno es la boca y el otro el ano, Y se pasa la vida tragado agua marina por la boca y expulsándola por el ano. Pero no sale tal cual entró, si no filtrada ¡porque tiene un filtro, con el que retiene los alimentos! Luego estos animales son filtradores. O sea que nuestro antepasados eran filtradores...

¿Y nosotros?

¡Nosotros también!

Porque en una fase larvaria hemos tenido branquias...

No es porque hayamos sido peces, sino que las larvas que antes fuimos son muy semejantes a las larvas de los peces. Y también a las larvas de anfibios. Y a las de reptiles. Y a las de las aves...Y a las de todos los otros vertebrados! Y a las de las ascidias, que son los ya citados anfioxos, pasando por las de las lampreas.

Nos habremos preguntado alguna vez ¿cuál será el eslabón, si no perdido, desconocido para mucha gente, entre vertebrados e invertebrados?

¡El anfioxo!

Porque la ascidia es un invertebrado y su larva, el anfioxo, es un proto-vertebrado. Tema tratado en este antiguo post de este mismo blog.

Ni el anfioxo ni su descendiente directo, la lamprea, tienen un espinazo formado por vértebras, sino un notocordio. Que es un tubo cerrado por sus extremos y lleno de sangre a presión que lo mantiene turgente y hace la función de sostén que más tarde asumirá el espinazo, que es un rosario de huesos unidos entre sí por músculos y tendones.

¡Y qué duda cabe que es preferible disponer de un espinazo óseo que de un notocordio que hay que mantener firme a la fuerza!

Con lo que se confirma una vez más que antes de la primera y de la segunda ley de la termodinámica está ¡la del mínimo esfuerzo!


sábado, 1 de abril de 2023

Cabalgando el tiempo.

VIVIR NO ES NAVEGAR  EN UN RÍO TEMPORAL,

 SINO EN UN TIEMPO EMBALSADO.

Decía yo, en un post anterior, que si bien uno vive el siglo en el que esté viviendo, puede que haya vivido en un siglo anterior, como es mi caso y el de mucha gente. O vivirá en el siglo siguiente, como probablemente sea el caso de mis nietos. Aunque haya quien nazca y muera en el mismo siglo.

Yo viví en el siglo anterior, pero no vivo en dicho siglo.

Pero puedo, como dije, reconocer en el siglo XXI cosas que viví en el siglo XX. Porque soy, como todos, "testigo de la historia".

Pudiera ser que esté viviendo ahora situaciones que se conservarán en el siglo XXII. Pero ¡cómo voy a saberlo! Tendría que haber testigos del futuro. ¡Y no los hay!

Eso me recuerda el mejor viaje de mi vida que hice en las Navidades de 1973 con mi chica, mi hija mayor hoy, que entonces era única y tenía tres años.

Visitamos Bogotá, Santiago de Chile, Lima, Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro y Caracas. De allí volvimos a Ponce, en Puerto Rico, que es donde vivíamos entonces.

Aquello era como no moverse de casa, porque hacía tan solo siglo y medio que los territorios de esos países, de los que visitamos las capitales, y los de la España actual formaban un único estado y por eso hoy siguen hablando la misma lengua.

El caso es que, sin ponerse uno históricamente tan fino, veía que en Montevideo los automóviles eran los de los años 30, como los que yo recordaba en Huelva en los años 40 y 50. Que en Lima las piperas vendían cigarrillo de uno en uno, como yo recordaba que se vendían en España en los años 50. Por lo que me pareció que más que viajar por el espacios estaba viajando por el tiempo.

Por el tiempo pasado...

Pero en otro viaje, que fue a Nueva York, viajamos por el tiempo futuro. Porque vimos a la gente tomar en vasos de cartulina café que removían con un palito, en vez de cucharilla, Y fuimos a Mc Donald. Restaurantes totalmente desconocidos en España en aquella época, mientras que hoy por hoy, tomar café movido por un palito en vasos de cartulina y comer en Mc Donald en España es algo totalmente corriente.

Sé de este mundo, porque lo he vivido, desde que nací en 1940. Y también de antes porque me lo han dicho mis padres que es un tiempo que ellos vivieron, desde 1905 y 1910 respectivamente. Y también sé de calles y de edificios donde se vive actualmente y ya se vivían en el siglo XIX.

En resumidas cuentas, que si no podemos identificar retazos de otros siglos que estemos viviendo es porque no hay superviviente de aquellas épocas que nos lo puedan confirmar. No porque no los estemos viviendo.

Hay historiadores que a la vista de sus investigaciones han llegado a la conclusión de que, chispa más chispa menos, aún vivimos en el mundo de los romanos.

Yo me huelo que, a la vista de esta guerra horrible, de tantas violaciones, atropellos y crímenes que estamos sufriendo, básicamente, aún vivimos en el mundo de las cavernas...

¡O en uno anterior!