Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 26 de julio de 2007

Un pasado gelatinoso.

Este dibujo darwiniano del Salterio viene al pelo para este post tan evolucionista que dedico a Ana, Sonia, Maribel y Agapo con quienes compartimos una simbólica ingesta de lampreas. EL HOMBRE DESCIENDE DE LA LAMPREA.



Si el hombre no desciende de del mono es porque es un mono. Ni de un vertebrado porque es un vertebrado, tendrá que descender de un invertebrado ¡Está claro!, pero ¿de cuál? Pues de uno que sea muy parecido al vertebrado más remoto, pero que no sea vertebrado. Es decir algo que se parezca a un pez arcaico, pero que no sea un pez. Tal primigenio ya no existe, pero sí su vivo retrato que es sin duda la LAMPREA.

Lo característico de los vertebrados es tener un espinazo formado por vértebras. En el caso de los humanos es una columna, cosa muy excepcional, porque por lo general es una viga. Tiene muchas funciones. Una muy importante es la sustentación, de modo que posibilita el gigantismo. Fuera de los vertebrados son muy raros lo animales grandes. Quizás el record lo tengan los calamares gigantes que nadie ha visto vivos, que alcanza 25 metros, aunque incluyendo los largos tentáculos El record absoluto lo tiene un vertebrado, la ballena blanca con 30 metros de enorme masa corporea.

Otras funciones del espinazo son la conducción y protección del cableado nervioso y también la fabricación de la sangre. Tal cableado forma una cuerda que da nombre a quienes están dotados de ella, son los cordados. Hay otros cordados que no son vertebrados, por ejemplo la lamprea.

Los cordados también tienen branquias, o las han tenido alguna vez, como nosotros los humanos, que ya no las tenemos, pero que las tuvimos cuando éramos embriones. Y de hecho un embrión humano y uno de un pez son indistinguibles para un profano.

Las branquias son unos cedazos con los que se filtra el agua, con el fin de retener los alimentos, como es el plácton y también el oxígeno.

De todos modos las lampreas son animales modernos. No son reliquias del pasado que hayan perdurado sin evolucionar. Lo que pasa es que han evolucionado por otros caminos, dejando por recorrer los del hombre y sus ancestros más inmediatos, por lo que han mantenido rasgos muy antiguos, heredados por los primeros peces, que han desaparecido totalmente en todas las líneas evolutivas de los vertebrados actuales, como el carecer de mandíbula y de extremidade más o menos elementales como son las aletas remeras.

Un rasgo evolutivo de las lampreas es que no viven de filtrar sus alimentos, sino de una manera más cruenta, ya que con esa ventosa erizada de dientes, sin mandíbulas, que tienen por boca, se pega a sus víctimas y las va royendo y tragando como una terrible máquina picadora de carne. Pero tiene branquias, y el agua que pasa por ellas, y entra por la boca, sale por dos filas laterales de agujeros que le dan un aire de flauta.

Y como la lamprea no es un pez, porque no es un vertebrado, carece de espina dorsal. Lo que tiene es un notocordio, que es una especie de chistorra esponjosa que se satura de sangre y se mantiene firme ¡vaya, que esos bichos viven empalmados! Pero ¡menuda tensión! De modo que el que derivara el notocordio en espinazo sería un alivio. Por eso no creo que la evolución la caracterice por el triunfo de los más fuertes sino de los más vagos, porque -como no puede ser de otro modo- ¡siempre se busca la comodidad!

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