Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 30 de marzo de 2008

El paraíso húmedo y oscuro.

Tras este dibujo del Salterio, este post dedicado a Agapo y a los que como él prefieren ducharse de noche.DUCHARSE DE NOCHE.


El otro día lo dijo mi amigo Agapo: que le gusta ducharse de noche.

¿Y a ti qué te gusta más, de noche o por la mañana? Sí, te lo pregunto a ti, a quien está leyendo esto.

A mi también me gusta de noche. Para mí por la mañana es una obligación, por la noche una devoción. Por la mañana es un acto higiénico, por la noche concupiscente. Por la mañana gobiernan la prisa, por la noche el sosiego. El acostarme con el pelo mojado, que es malísimo, a mi me encanta porque está uno como recién nacido, con la cabeza mojada.

Voy poco a la playa, es que está lejos, y cuando me meto en el mar es por la mañana. Y está muy bien, salvo el acto de meterme ¡qué escalofríos! Y hasta que el agua llega a la línea de flotación es una verdadera tortura. Bueno está bien, aunque un poco aburrido. Muy rara vez me meto en el mar de noche ¡mal hecho! porque lo primero es que no da mal rollo entrar, y lo segundo es que se está de puta madre!

Hace un par de años fuimos a Punta Umbría, nos metimos en el mar por la tarde, justo un poco antes de la puesta de sol. Y esperamos en el agua que se metiera también el Astro Rey ¡Que placer divino! Fue realmente inolvidable. Cuando Ra se dio la ahogadilla empezó a oscurecerse todo, se apagaban los púrpuras, los plateados y toda la gama vespertina.

Otras inmersiones nocturnas memorables fueron las experimentadas en Mondariz. Hay una poza artificial en el Palacio del Agua, que es como se llama uno de lo balnearios, con el agua hirviendo como para escaldar pollos. Y estás allí dentro, de noche cerrada, a la intemperie, abrigadito en esa agua tan calentita…

El ducharme de noche me recuerda cuando de niño me bañaba mi madre, de quien estaba y estoy totalmente enamorado. En un baño de cinc, como los que sales en algunas películas del oeste o en los cuadros de Degás.

En esa época se tenía por toda calefacción un brasero de carbón, que se cubría con una alambrera para evitar accidentes. Llevaba el brasero al cuarto de baño y ponía mi ropa sobre la alambrera para que se calentara y para que se perfumara echaba sobre las brasas alhucema, que es una especie de espliego que tan sólo he visto en Huelva, que tiene un olor muy característico, así como el del jabón Heno de Pravia que utilizaba y que huele a lavanda.

¡Cómo me gusta recordar esas humedades, esos humos, y esos olores tan propios del paraíso en la tranquilidad de la noche!




viernes, 21 de marzo de 2008

Divina escatología.

Este post, precedido de este dibujo del Slterio se lo dedico a mi sobrino Fernando. DON ENRIQUE EL FÚNEBRE.


Hoy que es Viernes Santo voy a recordar un poco mi infancia en torno a la Semana Santa onubense.

Yo era cofrade de la Real Cofradía del Santo Entierro de Huelva de la que mi vecino Curro *era Mayordomo, que no es tanto como Hermano Mayor, pero es un hermano bastante grande.

Tendría yo entre siete y diez años y no participaba por motivación religiosa sino por la fascinación del espectáculo tan teatral y tan llamativo de la Semana Santa . Por lo tanto nunca fui “capillita” que es como se designan a los fanáticos de las cofradías.

Mi vecino Curro “volvió” a su amada cofradía cuando la “dejo”, al pasar a mejor vida, Don Enrique. Se había retirado Curro porque no podía sufrir las despóticas extravagancias de este hombre, que por otra parte era familiar mal avenido.

Don Enrique era un tipo adusto, serio y antipático del que no tengo una imagen clara. Pero recuerdo que tenía costumbres horrorosas, como la de pellizcar dolorosamente a los niños en la mejilla hasta hacer que se les saltaran las lágrimas, para, seguidamente darle algunos caramelos. No se que teoría se traería entre manos, pero mi madre me dijo que no consintiera nunca más semejante atropello cuando le conté lo que me había hecho.

Hace mucho tiempo que no veo la Semana Santa onubense, ni otras tampoco. Creo que la última vez fue cuando mi sobrino Fernando, hoy prestigioso letrado, tenía tres o cuatro años. Lo recuerdo como si lo estuviera viendo ahora con su abrigo, como de oficial de la armada, azul marino con brillantísimos botones dorados y cuello negro de terciopelo. Estábamos sentados en la carrera oficial en la Calle Concepción. Cuando se aproximaba el paso de la Virgen de la Soledad, con los varales de plata, las flores, la infinidad de velas encendidas, el olor a cera y a incienso, etc. preguntó Fernandito: “¿canto una saeta?” a lo que respondimos rápidamente que sí, que la cantara. Y la cantó, sólo que confundió las fiestas y entonó el siguiente cántico:

En el portal de Belén
hay un viejo sin calzones
por delante y por detrás
se le ven los chicharrones.

Al tratarse de la más oficial de las cofradías onubenses, tras el paso de la virgen va una comitiva formada por el obispo, el gobernador civil, el alcalde y otras autoridades, que pudieron escuchar la “saeta” perfectamente. A mi me consta porque su eminencia reverendísima se partía de la risa.

Pero hay que reconocer que el Santo Entierro es literalmente algo muy heavy. Y, consecuentemente, el citado Don Enrique no estaba por dejar de resaltar ese rasgo cuando era jerarca de la hermandad. De modo que dispuso que entre el paso que lleva la urna con la imagen de Jesús muerto acompañado de las dos filas de penitentes de negro, con sus largos capiruchos, las caras tapadas y los cirios encendidos y el descrito de la Virgen se intercalara un paso titulado “El triunfo de la muerte” consistente en una o tres cruces, no lo recuerdo muy bien, con sus blancos sudarios colgados y movidos por la brisa, y un auténtico esqueleto humano, de pie, armado con una guadaña, y pisando una bola del mundo.

La verdad es que causó más que sensación desagrado. En Huelva a los esqueletos se les llama popularmente “canina” y el que sacara un paso con una canina ¡vamos! Tras el retorno de Curro las aguas volvieron a su cauce.

Dadas sus lúgubres aficiones supongo que el morir no le debió molestar especialmente a Don Enrique, ya que tenía un ataúd en su casa -que yo pude ver una vez que me llevó Lola- que utilizaba para acostarse dentro un ratito cada noche.

Cuando murió pregunté que si lo habían enterrado dentro del ataúd que tenía en casa, y me dijeron que no, que en otro diferente. Supongo que como era el de diario preferirían utilizar para tan importante ocasión uno más lujoso.


*Haciendo clic en Curro sale otra historia relativa a este personaje.

domingo, 16 de marzo de 2008

Fantasmas del pasado.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio, se lo dedico a Elena que es ¡que caña! de cuenta cuentos.
EL PATITO TONTO.


Nunca hemos tenido animales en casa. Ni perros, ni gatos, ni nada. Tan sólo –a nuestro pesar- algunas hormigas y cucarachas. Bueno, también tenemos reptiles en el exterior: unas esquivas lagartijas y unas impasibles salamanquesas, que en alguien de nosotros despiertan un cierto temor totalmente injustificado.

Por eso me extrañó ver aparecer a mi doña en casa con un patito. Entonces nuestra hija menor era pequeña, y supuso que le gustaría. Pero a mí me sorprendió extraordinariamente.

Pasó el tiempo y aquel bicho empezó a crecer y a engordar, a comer y a cagar hasta que resultó francamente insoportable ¡era una auténtica máquina de hacer estiercol! Nosotros le traíamos cantidades ingentes de pienso que él transformaba eficaz y rápidamente en mierda. Lo ensuciaba todo. Como dominaba con su vuelo la tercera dimensión el porche donde habitaba lo tenía permanentemente cubierto con una nevada de caca blanquecina. El limpiar además de ser agotador resultaba totalmente inútil.

Yo tenía otra opinión de los patos, porque unos amigos que habían tenido uno en su piso me habían hablado de la inteligencia y afecto de su pato. Este nuestro no era así. Era un guarro, tan afectivo como un geranio y antipático. Su única actividad consistía en cagarlo todo. No se dejaba coger y si tras una encarnizada persecución conseguías atraparlo podía poner de manifiesto su única habilidad que era pasiva: si lo ponía patas arriba y le acariciabas la barriga se quedaba quieto, como extasiado.

Total que el bicho resultaba poco gratificante y resolvimos deshacernos de él. No creo que incurriéramos en delito alguno, pero de ser así, los hechos ocurrieron hace tantos años que habría prescrito.

Lo suyo hubiese sido sacrificarlo (el término, tan usual, me parece impropio y algo exagerado, porque me resulta más adecuado aplicarlo a lo mártires). Es decir que lo propio hubiera sido cortarle el pescuezo y guisarlo ¡que es lo que hay que hacer! máxime cuando, no es por alabarme, preparo un pato laqueado que no lo he comido tan bueno ni en Pequín (si es que estáis interesado en ello os digo la receta). Pero no lo matamos (cosa imposible para mí por falta de arrestos) ni lo mandamos matar, porque somos unos pervertidos urbanitas.

Hicimos algo mucho más vergonzoso, lo abandonamos. Pero no negligentemente, como hacen los dueños de perros cuando se van de veraneo, que los sueltan en la carretera…¡no! lo llevamos a un estanque con otros patos. Lo que pasa es que no lo sometimos a un proceso de adaptación como he visto en la dos que hacen con los orangutanes en la isla de Borneo ¡no sabemos! Ni lo medimos, ni lo pesamos, ni lo anillamos, ni le pusimos un emisor para seguirlo por satélite ¡joder! eso sobrepasa con mucho nuestras posibilidades.

Total, que aprovechando –traicioneramente- que nuestra niña estaba esos días fuera de casa perpetramos nuestro crimen. Tras una ardua persecución logré reducir al bicho, meterlo en una caja de cartón, atarla y meterla en el coche. Aleteaba dentro de la caja haciendo un ruido formidable, como un tambor tocado desde dentro ¡y consiguió zafarse! Imaginareis el zafarrancho para reducir al ave enfurecida que revoloteaba dentro del coche en marcha, los aleteos, sus gritos, los míos, mis blasfemias. Por fin pude hacerme con él, meterlo de nuevo en la caja, atarla, etc.

Cuando llegamos al parque yo portaba la sospechosa y ruidosa caja. Aquello era un furtivo acto de antirrobo. En realidad no queríamos sustraer nada, sino, por el contrario- adicionar algo, pero dudábamos de la legalidad de nuestra donación. Total que soltamos a nuestro pato entre los otros, aparentemente iguales, pero el muy gilipollas, que siempre se mostró tan esquivo, en aquella ocasión nos miraba desvalido y timorato y se venía con nosotros…¡qué horror! Qué felonía la nuestra.

Y a su vuelta nuestra niña nos reprobó por tan traidora conducta, con el pato y sobre todo con ella.


domingo, 9 de marzo de 2008

¡Llevemosnos! Si no divinamente, como sea.

Este post, precedido por esta secuencia del Salterio se lo dedico a ANUSK, que hace mucho que no le dedico ninguno.





EL ARBITRIO ATEO.



¿Existe Dios?

Pues claro que existe ¿quién puede dudar de eso?

Dios es una palabra, un concepto, y tal concepto existe ¿cómo ponerlo en duda?

Los ateos dicen que no existe. No creo que sea el concepto lo que dicen que no existe.

Dirán –supongo- que el concepto sí existe pero no el referente correspondiente.

También dependerá de la definición que se les proponga. Porque las definiciones panteístas resultan bastante irresistibles. Y la que es el no va más de la paradoja es la siguiente debida a Gandhi:

“Dios es conciencia. Es incluso el ateismo del ateo”.

Hoy por hoy Dios es lo que una cultura define como tal. Y yo me pregunto ¿tiene el concepto de Dios un significado universal?

No es muy probable que lo tenga porque hay tantos dioses como religiones. Jehová no es igual que Dios Padre de los cristianos, ni que Jesús, ni que el Espíritu Santo, ni que Alá, ni que Brahma, ni que Shiva, ni que Vishnú. Otros son difusos y dudosos, como el Cielo de los taoistas ¿tienen Dios o dioses los taoistas? No está ni pizca de claro.

Aparte de eso, estas deidades suelen ser excluyentes, porque son estandartes de las religiones que lo son. Gadhi, con su espíritu integrador, pretendía que en el hinduismo cabían todos los dioses, y para él todos eran verdaderos, pero se lo cargó un hinduista por darle cancha a los musulmanes.

Lo corriente es que un creyente de una religión crea que cualquier otro Dios es falso, salvo que sea el suyo con otro nombre o adorado por gente de otra religión. o que al ser ateo crea que Dios es un concepto vacío y que cualquier Dios es falso.

¿Hay dioses absolutamente falsos? Sí, los de las religiones que ya no son tales porque ya no tienen creyentes, como las de los antiguos egipcios y la de los griegos y romanos ¡ni Ra ni Júpiter son dioses verdaderos! Han muerto como dioses y perduran como mitos.

La verdad es que el punto de vista de Gandhi favorece el entendimiento de la gente de las diversas religiones ¡porque religiones hay para largo! Como también es útil para todos el papel del ateo, que puede ser árbitro al no pertenecer a ningún equipo. Lo malo será que se instituya la “religión atea”.

En nuestra época nos enfrentamos a un problema muy difícil, que seguramente no es nuevo, en el que en un mismo espacio, en un mismo país, coexisten poblaciones con religiones distintas, es decir con culturas ¡sacralizadas! distintas, que tienen la inercia de ser excluyentes, y claro, se forma la que se forma.

Por eso se arbitra un espacio ateo, sin un Dios emblemático. Tal espacio ateo no tiene el fin de ir contra todos los teístas, ni a favor de los ateos, sino el de que puedan acampar todos en paz respetándose mutuamente.

Más sobre este tema hay en el misticismo ateo, a lo que se accede pinchando con el ratón en esta frase en rojo.


sábado, 1 de marzo de 2008

Nuestro sino es ir de culo por la vida.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio, se lo dedico a Amparo que dice que los ve de vez en cuando, a ver si ve este.


¿DE DÓNDE LA LAMPREA?

Decir que el hombre surgió de una pella de barro modelada por Dios y animada por su divino soplo es simplificar mucho las cosas. Como también lo es decir que procede casualmente por la evolución de los monos.

Defendía yo en un post pasado que lo evolucionado no era simio sino lamprea *. Pero eso no basta, hay que explicarlo algo mejor, y a eso voy.

La cosa es más complicada sutil e incierta. Probablemente el origen de los humanos y de todos los demás bichos esté en unas miasmas parecidas a algunas de las que hoy forman el plancton marino, que existiría desde poco después, relativamente, de que se formara nuestro planeta ¡madrugó la madrugada! porque se calcula que el nacimiento de la Tierra ocurrió hace 4.500 millones de años y se supone que desde hace 4.000 ya hay vida, porque la evidencia alcanza los 3.800 millones de años y el germen humano, como el de todo bicho –y no bicho- viviente, ya estaba allí. “Cómo y de dónde” pues NPI.

Se piensa que de modo desconocido surgiera aquí mismo, o viniera desde fuera. Esta teoría llamada “panspermia” estuvo proscrita hasta hace poco, pero va ganando adeptos. Puede que nuestros ancestros vinieran cabalgando en algún cometa, o que irrumpiera a lomos de algún meteorito. En cualquier caso nuestro origen es oscuro.

De esos 4000 millones de años la mayor parte es “prehistoria”, de nombre precámbrico. Tan sólo los últimos 600 son “historia” de la que la primera parte es el cámbrico donde se produce una exultante explosión de vida seguida de una extinción casi total.

Nuestros inmediatos predecesores ya vivían en el Precámbrico, los ancestros de las lampreas se hunden en este periodo y los primeros vertebrados están al final.

El originario de nuestra estirpe se supone que es una larva microscópica con forma de haba llamada ANTECESOR DEUSTERÓSTOMO LARVARIO del que procede nuestro más remoto pariente, que es un asqueroso gusano del fango, un Hemicordados llamado balanogloso.

El siguiente eslabón, también supuesto, es el llamado FILTRADOR SÉSIL PRIMITIVO que se supone parecido a una ascidia y del que procede la vistosa estirpe, bastante próxima a nosotros, de los Equinodermos que son las estrellas, los erizos, los lirios, los pepinos de mar.

Del eslabón, también imaginado, del que directamente proceden los vertebrados es el ANTECESOR CORDADO, NADADOR LIBRE, parecido a un anfioxo del que proceden los Tunicados, las ascidias, y el propio anfioxo, que ya se parece mucho a un pez.

Pero volvamos al origen, al ANTECESOR DEUSTERÓSTOMO LARVARIO. Es, como su nombre indica un DEUSTERÓSTOMO.

Si pasamos de esponjas, pólipos medusas y otros bichos y nos centramos en los “bilaterales” se abren dos grandes estirpes: PROTÓSTOMOS y DEUTERÓSTOMOS.

A la primera pertenecen los moluscos con suculentos representantes como almejas, caracoles calamares, sepias y pulpos. También los artrópodos como gambas cigalas langostinos, pero también arañas, escarabajos, moscas cucarachas y otros muchos. Y los anélidos como las lombrices, las sanguijuelas y otros gusanos.

La segunda estirpe es, como se ha dicho, la nuestra.

Y ¿cuál es la diferencia entre una y otra? Pues que en los protóstomos lo primero que aparece al formarse la larva es la boca y luego el ano y todo en ellos es regular y organizado. Mientras que en los deusteróstomos lo que aparece en primer lugar es el ano y la boca la fabrican más tarde como pueden siendo lo propio de ellos lo irregular y lo apañado. De ahí el título de este post.

Pero como siempre los sinvergüenzas tienen más suerte y los vertebrados son los gigantes del panorama mundial. Y de entre ellos destacamos los humanos que traemos como puta por rastrojo a todos los demás. Pero así y todo no nos sacamos de encima el ir de culo por la vida ¡porque es nuestro sino!


*Pinchando con el ratón en el párrafo en rojo sale el citado post.