MÍNIMO COMÚN DIVISOR.
Decía ayer que la desunión hace la debilidad.
Y me quejaba de la escasa cooperación de la Oposición.
Oposición que la veo con unas ganitas de tirar por la calle
de en medio...
Que me pone los pelos de punta.
Yo con el Ejecutivo no me meto
porque ya tiene bastante con lo que tiene
y creo que las críticas habría que dejarlas para cuando el
peligro haya pasado
Y al Gobierno hay que darle el beneficio de la duda.
Pero también a la oposición.
Esta Oposición debe incomodar bastante al Gobierno
pero hay que ponerse también en la piel de la Oposición
que se debe sentir bastante incomodada con el Gobierno.
Y aunque sea un rollo no hay que desistir en responder
conjuntamente a esta terrible desgracia.
Tenemos que hacer un esfuerzo todos para derribar barreras
interiores.
De modo que el Gobierno debe aplicarse una y otra vez en entenderse
con la Oposición y la Oposición a entenderse con el Gobierno.
Porque cada uno por su cuenta no tiene posibilidad de alcanzar
el éxito.
Dicho así parece un ejercicio de buenismo, pero no es eso.
Hay que dejarse de maximalismos. No es ocasión del alcanzar
por fin los sagrados ideales de cada uno impulsado por esta pandemia. Sino de
salvar los muebles.
Los muebles necesarios, lo mínimo indispensable, para no
perecer en esta desgracia.
Hoy por hoy la situación es muy mala, pero como no
espabilemos puede ser mucho peor.
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