CASTIGO DIVINO.
Recuerdo vagamente de cuando era
niño que en la Historia Sagrada se decía que la plagas de Egipto las había
mandado Dios como castigo divino a los hombres por su mal comportamiento.
¿No nos estará pasando eso ahora?
Es un disparate tomar las explicaciones
religiosas al pie de la letra. Mientras que tenerlas en cuenta como
metáforas puede ser muy oportuno.
Decía yo ayer mismo que los virus
son inteligentes. A su modo, pero inteligentes. Como lo son los pájaros y los
peces de las bandadas, las langostas de las plagas, las abejas de las colmenas o las hormigas de los
hormigueros.
Eso está estudiado.
Esos individuos tienen una
conducta colectiva que no responden a los planes trazados por un líder o por un
equipo dirigente sino un "pensamiento" de origen individual. Por
ejemplo, una bandada de estorninos se mantiene unida porque cada uno de ellos
ve donde están los otros y no se aparta demasiado. Y no chocan con el suelo,
con árboles o con lo que sea y huyen de los depredadores porque los más cercanos
al obstáculo o al depredador se apartan, y de estos los otros y en consecuencia
toda la bandada. Y así van bandeándose y sorteando los peligros o acudiendo a
las fuentes de alimentación.
Digo yo que los virus harán algo
así. De modo que si perciben que algún incauto se le pone a tiro lo infestan ¡y
adelante con los faroles!
Ya hemos visto que no tienen
patas, ni alas. Luego como siempre, la víctima es cooperante necesario del
delito ¿Cómo van a otros continentes? ¡En avión! y el billete lo paga la propia
víctima.
Volvamos al principio:
¿Qué ha hecho mal la humanidad
para ser castigada?
Pues ocuparse de lo grandioso y
olvidarse de lo prosaico.
¡Grandes proyectos! y no cuidar
de que a nadie le falte lo sucinto.
Pensar que solo enferman los
pobres, y que los ricos no enferman Y si lo hacen sus gravosos y exclusivos seguros
sanitarios los van a curar.
Que hay dos clases de gente:
La rica y guapa que está por
encima de lo bueno y de lo malo y a salvo de toda desgracia y la pobre y fea,
desgraciada y condenada a trabajar para los ricos y a pudrirse en su gueto.
Pero ante catástrofes como esta las diferencias de clase desaparece y nos igualamos en la vulnerabilidad...
Pues ya podríamos igualarnos en la dicha también y no solo en la desgracia.
Pero ante catástrofes como esta las diferencias de clase desaparece y nos igualamos en la vulnerabilidad...
Pues ya podríamos igualarnos en la dicha también y no solo en la desgracia.
¿Sabéis qué pienso?
Que literalmente las sentencias
religiosas serán una chorrada pero metafóricamente
¡Tienen más razón que un santo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario