¿CÓMO LO HACE EL
GOBIERNO, BIEN O MAL?
No podría contestar a eso.
¿Y la oposición?
Mal.
¿Por qué mal?
Porque no es el momento de
tirarle al codillo al Gobierno.
Debería aprender de la oposición
portuguesa.
Puede decir lo mismo pero de otro
modo.
Aprovechar la debilidad del Gobierno por esta emergencia sanitaria para intentar derribarlo es una locura,
porque la situación que favorecería su caída impediría la
formación de uno alternativo.
Aquí lo único que cabe es cerrar
filas con el Gobierno.
El Partido Popular está perdiendo
una ocasión de oro para consolidarse como una alternativa viable.
Los partidos sufren generalmente una
especie de miopía, de modo que ven bien de cerca y mal de lejos.
Porque le regalan el oído a los
que les van a votar con toda seguridad, cuando a esos no necesitan
convencerlos. Mientras que descuidan al electorado más voluble que votan a los
que les parecen más convenientes en cada momento. Y, o mucho me equivoco, o entre
esa población de voluntad incierta hay mucha gente seria a la que algunas
maniobras que no le gusta. Como ver a una oposición poniéndole la zancadilla a
un Gobierno en dificultades, en vez de arrimar el hombro.
Y VOX igual, hoy por hoy es la
tercera fuerza, pero parece que no se dan cuenta que les puede pasar lo que a
Ciudadanos, que por un exceso de optimismo se le pinche el globo. Ese partido
tiene asegurado el voto de la población más ultra, pero tiene que pescar en
otro caladero, y con esas pintas ha llegado al techo. Tendría que mostrar otra
actitud más razonable.
¿Qué tendrían que hacer el
Partido Popular y VOX?
Dejar de intentar derribar al
gobierno.
Mostrar respeto con las reglas de juego.
Y las reglas de juego son que el
poder se alcanza democráticamente y de ningún otro modo.
Y que en esta crisis extrema
tienen que arrimar el hombro y dejar de acosar al Gobierno.
Cooperar con el Gobierno y
reclamarle la influencia que legítimamente les corresponda. Afeándole, en su
caso, que actúe en modo ordeno y mando y
cartucho en el cañón.
Pero claro, para eso tienen que dejar
de segar al Gobierno la yerba debajo de los pies.
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