Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 24 de abril de 2020

La vida es un cuento.




EL SÍNDROME DE LA BELLA DURMIENTE.

Caí en la cuenta de pronto que estamos bajo el síndrome de la bella durmiente.

Pero claro, ese cuento narra lo que ocurría en torno a la bella durmiente, pero no dice ni una sola palabra de lo que estaba sintiendo ella. El autor supone que en su interior no ocurría nada ¡Pues es mucho suponer!

Si uno se fija bien estaba bajo el efecto de un fuerte narcótico que le había inyectado automáticamente la malvada bruja y había quedado dormida como un tronco.  Y todos los de su entorno quedaron consternados y por lo que dicen en el cuento infirieron que había quedado prácticamente muerta.

Transcurrido un siglo un príncipe tuvo la ocurrencia de pasar por allí y besarla con lo que cesó el efecto del narcótico y despertó.

Pero de lo que no dice ni pío el cuento es de lo que pudiera estar sintiendo o pensando la princesa mientras dormía.

Porque cuando uno duerme sueña, y además no siempre se corresponde lo que se ve desde fuera con los que se siente por dentro. Porque a esa princesa bien pudo ocurrirte algo parecido a lo que le pasó a un conocido de mi amigo Povedano, que os cuento a continuación.

Resulta que al protagonista de esta historia lo operaron a corazón abierto en un hospital universitario. La operación fue un éxito y cuando le dieron el alta el cirujano que le había operado le comunicó personalmete cómo todo había transcurrido perfectamente, felicitándose por ello y anunciándole que en pocos días podría hacer vida normal, etc.

El paciente le dio las gracias pero además le dijo:

- Lo he oído todo.

- ¿Cómo? ¿Qué quiere decir?

- Pues que a pesar de estar anestesiado y no sentir dolor y ni poder moverme ni hablar he oído               perfectamente las conversaciones que tenían en el quirófano.

-¿Qué conversaciones?

- Pues que usted le decía a uno de sus discípulos: ¡Corta tú!

-¿Yo?

-Sí ¡tú!

Y luego oí como gritaba usted

-¡Pero ¿qué haces?! ¡Te lo vas a cargar!

-¿¡Qué hago!?

-¡Sigue! ¡Sigue! ¡Total, te lo has cargao!

Os cuento otro ejemplo:

Un amigo mío de la juventud tuvo un terrible accidente de tráfico. Del que quedó conmocionado. Aparentemente muerto, aunque veían que conservaba un hilo de vida, pero estaba en coma profundo, no respondía a ningún estímulo.

Llego a superar la crisis y sobrevivió. Lo encontré una vez por la calle y me contó todo. Lo más espeluznante fue que como en la historia anterior mientras lo operaban lo escuchaba todo. Como los médicos decían que pensaban que estaba prácticamente muerto, y que con toda probabilidad se moriría enseguida.

Pero también se sentía incapaz de articular palabra ni movimiento.

Luego, hay una parte del cuento de La Bella durmiente que está por escribir! Ahora que tenéis tiempo podríais completarla.

Lo que digo es que estamos bajo el síndrome de la bella durmiente, porque como ella estamos inmovilizados. Retirados de toda actividad, escondidos en nuestras madrigueras, en hibernación.

Cada uno de nosotros somos como bellas durmientes, más o menos inmóviles, o más bien inmovilizados, viviendo esta horrible pesadilla, mientras que las calles están vacías, y cerrados los colegios, universidades, tiendas, restaurantes, bares, cines, teatros, iglesias ¡Casi todo! 

Tenemos "vida interior" pero la vida exterior está anulada, como la de la bella durmiente...

¿No os parece?



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