EL RECONOCIMIENTO.
A la gente se le
"reconoce" su profesión de tres modos distintos:
Modo "concreto", modo "de
facto" y modo "difuso".
Un modo concreto es "por
oposición".
Que uno hace una oposición. O sea
un proceso de reclutamiento al que se presentan los "opositores" a
una serie de pruebas y un tribunal los juzga y otorga las plazas.
Otro modo concreto es "por
contrato".
Que uno se presenta a ocupar una
plaza con un currículum y a lo mejor hace una entrevista y si lo aceptan y
contratan tiene su reconocimiento profesional.
Otro modo es "de
facto".
Por ejemplo a un periodista se le
reconoce como tal si publica en algún medio mientras siga publicando y cuando
deja de publicar se le deja de reconocer como periodista. Igual ocurre con los
ilustradores, dibujantes humorísticos, fotógrafos, etc.
Y otro es el "modo
difuso".
A un artista, un poeta, un
escritor etc. se le reconoce de un "modo difuso".
No ha hecho oposición, no lo ha
contratado ninguna empresa pero puede estar o no reconocido.
Hay personajes que tienen la
facultad de "reconocer" profesionales. Forman parte de "tribunales difusos", pero
¡totalmente reales!
Y eso ¿está bien, está mal o está
regular?
Pues ni bien ni mal ni regular. Es
así ¡y punto!
Ergo ¿están inevitablemente a merced de una autoridad fantasmal los aspirantes a ser reconocidos como artistas, músicos, poetas y escritores ..?
Pues no, porque siempre tiene uno
el recurso de ser un autor maldito.
¡Que también farda!
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