EL PLÁTANO PEGADO A LA PARED CON CINTA AMERICANA.
El precio de compra-venta de una obra de arte tendría que ser lo de menos para la mayoría de la gente ¡porque no le va nada en ello!
Y en este caso es el componente fundamental para el común de la gente.
Luego, paradójicamente, todo este asunto se convierte en una vulgaridad, en una baratija.
En este caso, como en todos los demás, lo principal en el hecho artístico es la IDEA.
Y a mí no me parece que "la idea" puesta en marcha en este caso sea para tirar cohetes, pero no me parece mal.
La materialidad de este objeto es un plátano y un trozo de cinta adhesiva, que se ponga quien sea como se ponga, al cabo de pocos días estará para tirar a la basura.
Lo que no va a desaparecer es la idea.
Idea de la que quien quiera puede apropiarse sujetando a una pared de su casa un plátano con cinta americana.
No es la primera vez, ni será la última, que esa fruta fálica irrumpa en el arte.
Ni en las mentes infantiles de la gente.
Quizás el precedente más conocido es la famosa serigrafía de Andy Warhol en la que hay representado un plátano.
Que, a diferente de esta obra tan sorprendente, dura más.
Pero también es indebidamente muy cara.
Porque una serigrafía es una copia mecánica de la que cada ejemplar, como en el caso que nos ocupa, cuesta poco y vale mucho, por obra y gracia de la vulgaridad imperante.
¿Es este asunto piedra de escándalo?
Pues la verdad...a estas alturas...francamente ¡NO!
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