Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 28 de noviembre de 2024

Llamativa teoría.

 



LOS NOMBRES DE LOS COLORES.

Este es un asunto muy curioso "descubierto" por los lingüistas Berlin y Kay.

Las distintas lenguas tienen diversas palabras para nombrar a los distintos colores.

Pero, claro, como hay infinitos colores y no hay infinitas palabras para nombrarlos, se hace necesario utilizar las mismas palabras para colores distintos. Y eso produce confusión.

Veamos primero ¿qué es un color?

Un color es la percepción que produce en un perceptor una luz de una determinada longitud de onda comprendida en el llamado "espectro visible". Que es una pequeña parte del espectro total de las ondas electromagnéticas.

Realmente se podría designar a cada uno de los colores habidos y por haber con el signo que designa a cada una de las ondas que forman dicho espectro visible.

Confiando en que los ojos sean buenos medidores de dichas longitudes de onda. Y, por lo que sabemos son buenos medidores.

Pero en eso no reside el problema, sino que es prácticamente imposible que escuchando o leyendo la formula de cada longitud de onda nos imaginemos cabalmente el color que se nos describe.

Con todo es mejor que se nos comuniquen los nombres de los colores, a pesar que tal comunicación sea necesariamente muy imprecisa. Porque ¡ya nos apañaremos como podamos!

Aparte de que un mismo color se percibirá de modo muy distinto, dependiendo del medio cromático en el que esté inserto ¡Y siempre estará inserto en un medio cromático! aunque sea él mismo.

Por otra parte un mismo concepto se expresa de modo distinto en la diversas lenguas. Por ejemplo: rojo, es vermell en catalán, vermello en gallego,vermelho en portugés, gorria en eusquera, rouge, en francés, red en inglés, rosso en italiano, rot en alemán ,kókkinos en griego, hónsè en chino, aka en japonés, y así indefinidamente.

Todas esas palabras de esas diversas lenguas significan el color de los tomates. El que uno se espera, porque hay tomates que son de otros colores.

Pues bien, todas las lenguas no tienen el mismo número de nombres de colores. Pero el descubrimiento de Berlin y Kay es que:

Ninguna lengua tiene una sola palabra para designas a cualquier color. Sino que, por lo menos, tiene dos, las correspondientes a blanco y negro, o a claro y oscuro. Nosotros mismos llamamos blanco a lo que simplemente es claro, como a la gente de "raza blanca", y negro a lo oscuro, como a la gente de "raza negra".

De tener solo tres nombres de colores son necesariamente blanco, negro y rojo. Y el rojo pude ser el color teja, el blanco cualquiera que sea claro y el negro cualquiera que sea oscuro.

De tener cuatro nombre son necesariamente blanco, negro, rojo, verde o azul.

Y de tener cinco son blanco, negro, rojo, verde y azul.

Y así hasta once colores.

Pero a veces uno no tiene bastante con los "colores oficiales de su lengua" y dice: "tal cosa tiene color café con leche" o expresa un matiz diciendo " tal cosa es verde-pistacho".

Podemos definir los "colores de una lengua" como aquellos que son suficientes para designar cualquier color que podamos encontrar.

Pero, claro, eso depende mucho del hablante. porque para un hablante corriente de español

basta con once colores:

blanco, negro, gris, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, violeta, rosa y marrón.

Pero si es impresor echará de menos el magenta y el cyan.

Y si es pintor el repertorio es mucho mayor: carmín, bermellón, naranja, amarillo-nápoles, amarillo-medio, amarillo limón, verde esmeralda, verde vejiga, verde oliva, azul prusia, azul cobalto, azul ultramar, violeta rojizo, violeta azulado, ocre, siena natural, siena tostada, sombra natural, sombra tostada, negro y blanco. Y puede que haya pintores a los que esta lista les parezca insuficiente.

Yo estaba "muy orgulloso", digamos, porque la lengua española tiene once nombres, el máximo de Berlin y Kay.

Pero sospecho que no es así, porque el naranja, el violeta, el rosa y el marrón (castaña en francés) les pasa como al "café con leche" que ante la falta de un nombre propio de color se recurre al de una cosa que tiene ese color cuyo nombre se echa de menos.

Ergo nuestra amada lengua española puede que tenga que replegarse al grupo de idiomas con siete colores, que son: blanco, negro, gris, rojo, amarillo, azul y verde. Que son: blanco, negro, gris y los colores del parchís.

¡Una cura de humildad no le hace daño a nadie!





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