LOS VIRUS Y NOSOTROS.
Los virus y nosotros no somos tan
distintos.
O sea que somos más parecidos de
lo que parece...
En eso es Schopenhauer quien
lleva toda la razón cuando dice que la VOLUNTAD ES EL MOTOR DEL MUNDO.
¿Qué es un virus?
Una micro expresión de la VOLUNTAD
en su terreno.
¿Qué somos nosotros?
Una macro expresión de la VOLUNTAD
en nuestro terreno.
Terrenos que no son ajenos sino
que entran en colisión y a veces, como ahora, a escala planetaria.
Somos una macro colonia de
células con una VOLUNTAD común expresada genéticamente.
Y andamos invadiéndolo todo y
sometiéndolo a los intereses de nuestra VOLUNTAD y asolando y destruyendo, en
definitiva, todas las VOLUNTADES que tenemos a nuestro alcance. O ¿no?
Los virus son VOLUNTADES
disgregadas que invaden y colonizan otras VOLUNTADES. Las arruinan y se
instalan a costa de las complejas estructuras de sus huéspedes porque ellos
carece de estructura propia.
Los virus son VOLUNTADES mondas y
lirondas.
O sea que un virus es un loco
aventurero que cuando pilla una célula de un organismo mono o pluricelular le
impone su santa VOLUNTAD y se extiende por ese medio...
¡Pero nosotros no somos así!
¡Anda que no!
Nosotros somos una gigantesca
colonia de células cuyo origen se reduce tan solo a dos:
Un loco aventurero que infesta,
por las buenas o por las malas, a otra célula. Luego se apañan para aportar más
o menos la mitad cada uno de lo que será la VOLUNTAD colectiva de esa colonia.
(Y digo más o menos porque la
infestada aporta instrucciones mitocondriales que el invasor ¡ni flores!)
O sea, que ¡entre pillos anda el
juego!
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