Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 23 de marzo de 2020

Colaboracionismo involuntario.



SÉSILES Y AMBULANTES.

Este es un tema que me encanta, y ahora -con el asunto de la pandemia- viene como pedrada en ojo de boticario. (El ojo de boticario es un cajón que tenían los boticarios con piedras, diversos minerales, componentes de sus recetas magistrales.)

Es de sobra conocido que hay seres vivos que son sésiles al estar fijos en el suelo, como los vegetales, y otros que son ambulantes, al poderse trasladar de un sitio a otro, como los animales.

¡Quieto y parao!

Que hay animales que también están clavados en el suelo como son las esponjas, los corales, las ascidias, los lirios marinos y más.

Digamos que los animales sésiles son los de "diseño más antiguo". Está uno tentado de decir que son los "menos evolucionados" como las esponjas y corales, lo cual no es cierto porque estos animales están tan evolucionados como el que más, pero al evolucionar "no han abandonado el plan inicial".

En cualquier caso no es tan aventurado inferir que "antiguamente" todos los seres vivos macroscópicos serían sésiles y que con el tiempo los animales se hicieran ambulantes y los vegetales no. Aunque no hay por qué excluir la posibilidad de que dentro de millones de años evolucionaran los vegetales de tal modo  que algunos se hicieran ambulantes. Y que probablemente si no lo han hecho todavía es porque no les ha hecho falta...

Pero ni los vegetales son totalmente sésiles ni los animales han sido ambulante siempre.

Porque en la fase reproductiva tanto unos como otros son ambulantes.

En dos momentos.

En un primer momento cuando el gameto masculino se desplaza muy activamente. En el caso de los vegetales el polen y en el de los animales el semen.

En un segundo momento en el estado larvario. En el caso de los vegetales las semillas que activa o pasivamente recorren grandes distancias para colonizar espacios remotos. 

En el caso de los animales es asunto es muy llamativo porque ese es el momento en el que los animales, "de natural sésiles" se hacen ambulante. Y hay varios casos, entre ellos el nuestro.

Veamos primero el caso de los radiados o celentéreos: pólipos, corales, anémonas, medusas y otros.

Tienen una fase sésil y para reproducirse entran en una fase ambulante. Los pólipos son sésiles y sus larvas, las medusa, se trasladan lejos para fijarse de nuevo como pólipo. En unas especies de celentéreos predomina la fase pólipo y en otras la de medusa. Este es un caso clarísimo de animales que viven fijos que pasan a vivir libremente.

Otro caso aún más interesante, porque es el nuestro, es el de los  cordados.

La forma sésil y maritima de este filo es la ascidia. Que es una especie de gusano en forma de herradura que tiene en un extremo la boca y en el otro el ano y está metido en un envoltorio de celulosa, o sea de papel, con dos agujeros, uno pasa la boca y otro para el ano. Tiene una fase larvaria en la que nada libremente y se instala lejos, igual que las medusas.

¡Pero hete aquí! que en algún caso maduran sexualmente en esa fase infantil, apareándose y produciendo una estirpe de animales ambulantes. Son los anfioxos, parecidos a peces pero no lo son.

Tales bichos tienen un cordón nervioso, de ahí su nombre de cordados, y un notocordio, una especie de chistorra alargada llena de líquido que tienen que mantener en tensión continua ¡menudo trabajo! Es el caso de las lampreas y los mixines

Algunos evolucionan de modo que el notocordio les queda sustituido por una especie de rosario de cuentas óseas, o sea un espinazo que aloja el cordón nervioso y le da firmeza y elasticidad a la estructura corporal con menos esfuerzo ¡lo cual sería un alivio! Resultando los vertebrados. Que nadan libremente, Que luego se las ingenian para salir del agua y andar libremente. Y luego, en nuestro caso nos la ingeniamos para inventar carros arrastrados por otros vertebrados, barcos movidos por el viento primero, luego con motor, automóviles, ¡y aviones con lo que nos desplazamos en cuestión de días y hasta de horas por el mundo entero ¡Dabutísimo!

Pero hay otros seres vivos ¡o vaya usted a saber si lo son realmente! que son más que sésiles ¡ultrasésiles!

Los virus.

Que hace unos días en El País los describía divinamente Miguel Pita, hijo de u querido amigo mío, el un artículo titulad "Todos los virus, y no solo el coronavirus".

Pues bien, estos seres, infraseres más bien, son unos gorrones de mucho cuidado; viven y se multiplican anuestra costa arruinándonos y matándono a veces.

No van a infestarle a uno, sino que es uno quien resulta infestado al ir hacia donde ellos están agazapados e invisibles. De modo que cuando se le pone alguien a su alcance ¡lo jode!

Y nosotros, con nuestro culo inquieto ¡nos metemos en todos los charcos!

Como he dicho, nosotros ¡nos ponemos en la antípoda en un pis pas! y tampoco hace falta ir tan lejos, que vale con salir a la calle y hablar con alguien infestado tan solo a un metro.

Por lo que tenemos que quedarnos en casa, con la patita quebrada...

Y mira por cuantas, después de tantas vueltas ¡Acabamos convertidos en los seres más sésiles de la creación durante la cuarentena!



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