HACER DE TRIPAS
CORAZÓN.
Los independentistas catalanes lo
tienen cada vez más difícil.
¿Imposible?
Eso no se sabe.
Porque hace algo más de 45 años asistí a un mitin de Juan
Mari Bras, líder independentista puertorriqueño, en el que dijo que el que los
independentistas puertorriqueños fueran minoría no es un impedimento metafísico
para alcanzar la independencia, porque Jorge Washington lideró en su día un
movimiento independentista muy minoritario que, no obstante, triunfó. El caso
es que casi medio siglo más tarde de dicho esto los independentistas siguen con
las ganas.
Es distinto lo ocurrido en la antigua Yugoslavia que se
fraccionó sangrientamente en muchos estados minúsculos.
¿Qué será de la pretendida república catalana?
No sabemos, no tenemos a mano una bola de cristal. Pero no
está nada claro que vaya a tener fortuna ese proyecto.
Además de los independentistas y de los no independentistas
está una mayoría de catalanes defensores del "derecho a decidir".
Y siguen con esa inercia
¡Pues está de más!
Porque tras la últimas elecciones ha quedado claro que más
de la mitad de la población catalana está por seguir dentro de España y menos
de la mitad por independizarse. Ergo ¡los números cantar! Supongo que sigan insistiendo en la
conveniencia de darle curso a esa formalidad.
Algo menos de la mitad de independentistas de los ciudadanos
catalanes ¡son muchos independentistas! Claro que eso cambia con el tiempo. Y
lo que está claro es que un sitio no puede ser independentista y no
independentista a la vez! ¿o sí?
Pues sí. No exactamente, pero sí.
¿Cómo?
Estableciendo un estado federal o confederal.
Afortunadamente nadie se ha pronunciado a favor de dividir
el territorio catalán como hicieron en Irlanda, formando en una parte una
república independiente y siguiendo la otra como está. Y metiendo, con calzador
a los independentistas en la parte independiente u a los unionistas en la parte
unionista. Con calzador o a sangre y a fuego, como hicieron en Yugoslavia
cuando quedó desmembrada.
Ergo no queda más salida que la solución federal o una confederal.
Por lo tanto seguir erre que erre con independizarse, cuando
no se puede. O aprovechar la obcecación de los independentistas para
recentralizar, son caminos que conducen al desentendimiento.
Aducen los nacionalistas que nada de "café para
todos" y que "federación asimétrica".
¿Qué es eso? Que lo digan, a ver qué es.
En una federación cada uno hace en su estado de la capa un
sayo en coherencia con unas leyes y un estado general, federal, o común. Y
establecer estatuariamente, si es que llegan a eso, en qué circunstancias una
región podría independizarse.
En vez de poner todo el empeño en preservar el "derecho"
del presidente fugado o el de mantener el orgullo de desobedecer ¡que vaya orgullo!.
Y el Estado en hacer valer las reglas de juego en curso, podían ponerse a urdir
un estado descentralizado en el que todos estuvieran cómodos. O, por lo menos,
menos incómodos de como están hoy.
Porque eso no es una rareza ¡Es la regla más universal hoy
día!
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