ARTE EFÍMERO PARA
ABRIR BOCA.
Desde hace ya bastante tiempo
empiezo el año y culmino las Navidades con unos regalitos muy singulares. Son
paquetes en los que el interés del continente iguala, cuando no supera, el del
contenido.
Son envoltorios de papeles de
colores que, por lo general, figuran animalitos.
Duran lo que un chupachus en la
puerta de un colegio. Mis nietos se tiran como lobos y los trozos de papeles
vuelan por el aire. No es que no les guste, pero van a lo que van. Mientras que
a los mayores les gusta más y se comen el coco con el tema del arte efímero y
todo el misterio de que tanto trabajo desaparezca tan súbitamente. Pues como
las fallas, pero más simple y más barato.
Como en el ámbito familiar tiene
tirón, pues me esmero, porque la honrilla está en juego, y me doy el atracón.
Este año los hice en un día, de sol a sol y algo más.
Pero como fuera del ámbito
familiar también tiene sus seguidores os enseño las fotos de lo de este año. Y
con esto se acaban la Fiestas Navideñas, las de Año Nuevo y Reyes. Y 2018 ¡ya está en
suerte! Así que, ¡buena fortuna y buen ojo para este año que acaba de salir por
la puerta de chiqueros!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
2 comentarios:
Ya lo estaba yo esperando, Saltes! Precioso!!! Un mundo de color e imaginación! Enhorabuena un año más!
simply the best tío prefe
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