CUESTIÓN DE TACTO.
Estaba yo casi tendido en el sillón de dentista, mirando las luces del techo, con la boca de par en par y la dentista operando en ella.
Cuando noto que cae en mi entrepierna algo que se le habría escapado de las
manos.
Inmediatamente pensé: ¿cómo resolverá el problema?
¡Impecablemente!
con unas pinzas.
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