NO.
El viernes pasado estuve cenando
con mi chica y unas amigas en un restaurante que se llama NO.
Está en la calle Puigcerdá nº 8,
en el callejón de Jorge Juan, donde antes estaba el restaurante El Amparo.
Un sitio fino. De esos que no frecuento.
Con una decoración buenísima, moderna y bella. La comida ingeniosa y muy buena,
y no es que esté tirado de precio, pero no es una exageración ¡vaya, que se lo
puede permitir uno alguna vez! Lo recomiendo.
Cada grupo de platos de la carta
tiene una entradilla que transcribo:
NO creo que comer
sano tenga que ser aburrido.
NO sé qué pedir...voy
a probar
NO quiero comer mucho
pero quiero comer bien.
NO puedo irme de aquí
sin...
NO he terminado
todavía.
Al final de todo, como siempre,
me dan ganas de ir a toilet.
Bajo y me encuentro con dos puertas
rotuladas del siguiente modo:
NO hombres y NO mujeres.
Me quedo pensativo ¿dónde meo?
Pienso que el de hombres será el
que pone hombres y el NO será un adorno. Miré un poco dentro y no vi ninguna
escultura de Duchamp.
Pero luego pensé ¡la gramática es
sagrada! Y entré en el que ponía "NO mujeres".
Al salir NO vi a nadie con cara
de reproche.
O sea ¡que NO sé!
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