EN HORROR DE
MULTITUDES.
Entre el cero y el infinito,
parece que se prefiere el infinito.
Lo cual resulta de lo más
propicio al COBI 19, ente próximo al cero,
para multiplicarse hasta el
infinito.
Mientras que la gente se
precipita escandalosamente al cero.
Casi nadie por la calle
y los pocos que hay
enmascarados
como sombras seguidos de su
propia sombra.
Todo está pensado para la
infinitud.
Los enormes aeropuertos con sus
enormes aeronaves repletas de gente encajadas con calzador.
Los enormes puertos con sus
enormes cargueros repletos de enormes contenedores repletos de enormes
cantidades de cosas. O con enormes cruceros repletos de enormes cantidades de
turistas que ingieren enormes cantidades de caviar y beben enormes cantidades de
champán.
Y así todo.
Y vienen esos bichitos casi cero.
Que dijo El País del domingo pasado que la relación de tamaños entre uno de
esos micro-bichos, casi cero, y un humano es la misma que la que hay entre una
gallina y el planeta Tierra entero. Con la diferencia, pienso, que no es
concebible que una gallina ponga en peligro la existencia de toda una Tierra.
Ahora el infinito parece que no
tenga viabilidad. Se arruinan las grandes corporaciones, los grandes proyectos,
las grandes urbes repletas de grandes rascacielos. mientras que sobrevive las
aldeas, lo pequeño. Lo multitudinario colapsa mientras que lo reducido
sobrevive.
Lo que ocurre es que en post de
las grandes urbes se habían abandonado las aldeas
Lo dicho
Habrá que cambiarle el rollo a la
gramola.
Y los que se lo hayan cambiado ya
estarán dabuty.
Creo.
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