EL SUPERESPEJO.
El teléfono móvil, o simplemente el
móvil, o el celular, que dicen otros hablantes de español, es, entre otras
cosas, una especie de hiperespejo. La hiperimágen de uno mismo o del mundo
desde uno mismo.
El espejo le enseña a uno su
propia cara ¡imagen vedada para uno mismo! Porque uno puede ver a los demás
estupendamente. De frente, de perfil, de medio perfil, por detrás, desde
arriba, dese abajo ¡qué sé yo! Pero uno mismo se ve muy mal. Desde el pecho o
desde los hombros ¡y mal! Y de la espalda ¡nada! Me quedé sorprendido una vez
que vi una raya en un acuario al caer en la cuenta de que no pueden verse la
boca, porque los ojos los tienen por encima del plano de su cuerpo y la boca
por debajo ¡Pues nosotros tampoco podemos vernos la boca! Vemos la imagen de la
boca en un espejo. Lo cual es una visión indirecta de nuestra boca ¡no es una
visión directa! Y el cogote ¡ni con un espejo! sino con un complicado juego de
espejos que a lo mejor no ha visto uno nunca.
Con un móvil se hace uno un
selfie, mejor aún que un espejo. Y si además se vale uno de un espejo ¡puede
verse uno toda la espalda y regiones inferiores a la misma.
También puede uno grabar su
propia voz y "oirse". Porque generalmente uno no se oye a sí mismo como lo
oyen los demás. Porque si uno no tiene costumbre de oírse a sí mismo, si es que
se oye circunstancialmente se sorprende, porque tiene un sonido muy distinto de
lo que esperaba. Como es distinta la pinta que uno tiene de la que se imagina a
partir de la imagen que ha visto en el espejo.
Pero claro, un "móvil"
es mucho más que un teléfono (sonidos a distancia) totalmente portátil. Es
también un telégrafo (imágenes a distancia) y una cámara fotográfica, y de
vídeo ¡Qué voy a decir que todo el mundo no sepa!
No me extraña que no ande todo el
mundo con su "móvil" como Mateo con su guitarra! Porque además es
biblioteca, y enciclopedia, radio y televisión. Y además, terminal de redes
sociales. Que no es una terminal "pasiva" como la radio o la tele,
sino "activa", porque es receptor y emisor.
Claro que un "movil" es
mucho más que ese rectángulo que se mete en el bolsillo. Eso no es más, ni
menos, que receptor-transmisor de radio conectado a una voluminosa maquinaria a
través de la "nube" en la que se puede "colgar" toda clase
de información. A la que podemos acceder NOSOTROS pero a la que también pueden
acceder OTROS.
El "móvil" a través de
su GPS nos ayuda a ir a sitios ¡y nos
tiene permanentemente localizados! No es raro que nos diga, como "me
dijo" una vez el mío: Estás en el
tanatorio de la Paz ¿quieres informar de ello a tus amigo? ¡Hombre!
O sea que es un GRAN HERMANO que
¡tela marinera!
Verdaderamente se va convirtiendo
en una prótesis. Que de momento no está implantada. Es como una dentadura postiza
que se mete por la noche en un vaso con agua. Pero que indirectamente incide en
las más profundas entretelas de nuestro ser a través de mensajes, orales
gráficos e icónicos. Que llegan como sonidos del lenguajes, o ambientales o textos
escritos o imágenes directas o indirectas. Pero que cada uno de nosotros
transformamos en íntimos impulsos ciegos y sordos. Porque en nuestra intimidad
nada se oye ni nada se ve ¡pero hay unos pensamientos sordos y ciegos que campan
por sus respetos! Por ejemplo puedo recordar el primer día que fui al colegio y
pienso en aquella escena, sin ver nada, sin oír nada ¡pero es como si la
estuviera viendo y oyendo lo que entonces vi y oí!
No es difícil imaginar que tuviéramos
implantado un "móvil", alimentado con la energía que genera nuestra
alimentación, que produjera pensamientos que llegaran a la mente de nuestros
corresponsales. Y que corresponsales nuestros hicieran llegar a nuestra mente
pensamientos generados por ellos sin que mediaran textos orales o escritos ni
tampoco imágenes.
Y todo ello mediante un tremenda
maquinaria operando a través de la "nube" manipulada por operarios a
las órdenes directas de un Gran Hermano.
O sin que de hecho hubiera tal,
resultara que para el caso es como si lo hubiera.
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