LA PARÁBOLA DE LA
ORACIÓN EN EL HUERTO.
Hace ya muchos años me contaron
un chiste que le viene como anillo al dedo al asunto catalán.
Dice que en un pueblo muy
agrícola estaba un domingo predicando en misa el cura y su sermón tenía una
especie de estribillo: ¡Qué paciencia la de nuestro Señor Jesucristo!
Decía el cura:
Llegó Jesucristo al Huerto de Getsemaní acompañado de sus doce
apóstoles, de la Virgen María y muchos pariente suyos cuando irrumpió una
multitud de judíos corriendo e insultándolo.
¡Qué paciencia la de nuestro Señor
Jesucristo!
A continuación llegaron en tropel los fariseos empujando e insultando a
nuestro Señor Jesucristo y a los apóstoles.
¡Qué paciencia la de nuestro Señor Jesucristo!
Forcejeaban los intrusos con los apóstoles arrastrándoles por el suelo y
golpeándoles.
¡Qué paciencia la de nuestro Señor Jesucristo!
Luego llegó un batallón de romanos atropellándolo todo y prendieron a Jesús.
¡Qué paciencia la de nuestro Señor Jesucristo!
Y en ese punto un cateto de ese pueblo exclamó airado:
¡Paciencia la de Jozemanín, que le pizotearon to er güerto!
Pues eso, que con la pugna de los
independentistas por un lado y los constitucionalistas por otro está quedando
Cataluña hecha una pena.
Ya se han pirado los dos grandes bancos
que tenían. Se ha marchado la dirección de un montón de empresas, y como esto
siga así se irán las plantas de producción. Y muchas de las industrias que aún no se han marchado se acabarán yendo.
Previamente les habían declarado la guerra a los turistas.Y como si fuera poco anuncian una huelga general.
O sea que con la parábola de
marras me he quedado más bien corto.
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