Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 8 de marzo de 2015

Entre lo posible y lo real.


EL VEGETAL HUMANO.

Parece que actualmente no hay más que una especie de humanos, el homo sapiens. Pero ha habido muchas más, el neandertal, el homo habilis, el homo erectus, derivados todos del australopitecus, y este de algún ancestro simio. Pero, vamos, todos monos.

¿Es inconcebible un humano que no sea simio, que sea cánido, felino o que sea ave?

¿Qué es lo característico de un humano?

Que sea inteligente. Que hable. Y que sea bípedo.

No parece que el ser bípedo sea condición sine qua non, pero el caso es que los humanos lo son. Que hable parece indispensable.

Hasta aquí ya tenemos alguno candidatos, los loros y los cuervos.

Dicen que los loros, y los cuervos parlanchines, hablan, pero no piensan, que repiten simplemente lo que oyen. ¡Eso habría que explicarlo un poco más!

Parece claro que el pensamiento abstracto está ligado al lenguaje. En tal caso ¿es inconcebible que haya animales que hablen y piensen, pero que al no entender su lenguaje nosotros no lo sepamos, y creamos que no existen?

Es algo evidentemente posible. Pero porque sea posible no se puede afirmar. Pero tampoco se puede negar. Tan solo se puede negar lo imposible ¡y no siempre! (veánese los credos religiosos).

Pero saber, lo que se llama saber, no lo sabemos. Aunque el tema de la inteligencia animal tiene muchos defensores. Y la afectividad animal ¡muchos más!

Si el ser mono no es condición indispensable, entre las aves puede haber buenos candidatos a humanos, porque son bípedas, algunas hablan y son listas. No sabemos si son bastante listas. En tal caso sería una cuestión de grado. Entre los papagayos ¡ya me extrañaría que no hubiera humanos! Lo que ocurre es que no sabemos si lo son. Y el no saberlo puede deberse a que no son bastante listos ¡o a que lo son demasiado! Y puede que no quieran que lo sepamos, para no correr el riesgo de extinción que ha pesado sobre los otros humanos que no pertenecían a la especie sapiens.

Pero vamos a dar un salto ¿Podrían existir humano vegetales? ¿Son concebibles, al menos?

Pues yo creo que sí. Veamos:

El primer obstáculo deriva de que todos los vegetales son sésiles.

Pero el ser sésil no es una cualidad exclusiva de los vegetales ¡Hay un montón de animales sésiles! Que parecen plantas, pero son animales. Supongo que originalmente todos los animales fueran sésiles. Posiblemente el que un ser vivo sea sésil no sería la excepción, sino la regla. Son sésiles los espongiarios, los celentéreos, por ejemplo las anémonas marinas,  las ascidias, equinodermos como los lirios marinos, y muchos más. La movilidad animal, como la vegetal, está ligada a la fecundación, primero, y a la colonización después.

En los vegetales el polen se mueve muchísimo, puede viajar centenares de kilómetros. Y la semillas, que son plantas acabadas dispuesta a arraigarse en sitios lejanos.

En los celentéreos el adulto es sésil, y en la fase infantil es ambulante, son las medusas. Que viajan y se instalan en parajes remotos.

En el caso de los humanos ocurre lo mismo, procedemos de un antecesor sésil que es la ascidia, que vive en colonias, como racimos de uvas o formando estrellas, sujetas al fondo marino. La larva de las ascidias es bicho parecido a un pez, pero que no lo es. Se llama anfioxo, porque tiene dos picos en los extremos de su cuerpo. Esa larva maduró sexualmente siendo niña y evolucionó su estirpe hasta llegar a vertebrado. Y el final ya lo sabemos.

Con vegetales tales cosas no se saben que hayan ocurrido. Pero ¿quién nos dice que no vayan a ocurrir? Que una semilla se desarrolle en planta adulta, y que no arraigue, sino que se ponga a circular por ahí. No tiene patas, pero las puede conseguir, como las conseguimos nosotros. Nuestros ancestros eran peces sin extremidades y se las apañaron para hacerse primero de aletas y luego de patas, como aletas transformadas.

Me acabo de leer un libro que os recomiendo vivamente que se titula "Sensibilidad e inteligencia de las plantas" de Stéfano Mancuso y Alexandra Viola, de Galaxia Gutemberg. En este libro cuentan que las plantas ven, oyen, huelen, gustan y tocan, a pesar de carecer de ojos, de orejas, de nariz, de lengua y de dedos. Y piensan sin tener cerebro, o a lo mejor cientos de cerebros cada una de ellas. Carecen de órganos específicos, pero ejercen las funciones difusamente ¡pero las ejercen! Toman decisiones, se comunican entre sus diversas partes, con las demás plantas, con los animales y con nosotros los humanos. Nos dan de comer ¡y nos llevan al huerto!

Dicen en ese libro que una planta se parece a una colonia. Se manejan de modo análogo a un banco de peces o a una bandada de pájaros.

Nosotros somos distintos. Además de ambulantes somos portátiles. La capacidad sensorial se concreta en los sentidos. Por ejemplo, tenemos dos ojos. Si perdemos uno ¡nos quedamos tuertos! que no es poco. Pero aún nos queda otro ¡que si lo perdemos la hemos jodido! Y con los otros sentidos parecido.

Un vegetal humano tendría que pasar por dos fases: La primera vegetal-ambulante-portátil, equivalente a animal ambulante. Y la segunda además de vegetal-ambulante-portátil tiene que ser inteligente (es un decir que hay cada humano que se te caen los palos del sombrajo)

Y ¿cómo sería?

Pues no sé, como Pinocho, de madera, supongo.

¿Por qué no habrá vegetales humanos?


Pues seguramente porque no les hace ni puta falta! Si ahora suponen el 97% de la biomasa ¿para qué meterse en líos?




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