Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

lunes, 30 de diciembre de 2024

No debe ser tan horrible.

NO HAY QUE TENER MIEDO A LA MUERTE.

No hay que tener miedo a la muerte ¡Porque la muerte no existe!

Lo que pasa es que si te despistas...te mueres.

Porque vivir es el efecto de la actividad de una cierta cantidad de sustancias, de natural inertes, que, yo, por lo menos, no sé muy bien cómo, está animada.

Y si se produce algún episodio adverso en alguna función esencial, tal animación se resiente, y si llega a interrumpirse ¡te mueres!

Pero me está pareciendo que esa imagen de que el que se muere se duerme no es solo literaria, sino que además es real.

Y que ese "dormirse" hasta la muerte no es un proceso doloroso ni desagradable.

Sino placentero.

Y, está claro que nadie que se muera "del todo" puede dar testimonio de ello.

Pero todos habremos experimentado algunas veces el "estar muriéndose".  El ir deslizándose placenteramente por esa pendiente que lleva a la tumba.

De modo, que si lo despiertan a uno a tiempo, pues se puede dejar eso de morirse para otro día.

En nuestra cultura se infiere que el morir es un acto horrible, Y de ahí que se represente a la muerte como se le representa, como un esqueleto con una guadaña y una pinta terrible...

Pero no todas las culturas tienen esa imagen tan temible de muerte, ni da tanto miedo.

Tal es el caso de los saharauis, que cuando toman el té verde con yerbabuena lo hacen en tres fases del siguiente modo:

Ponen en la tetera té verde y muchas hojas de yerbabuena y azúcar y luego le echan agua hirviendo. El anfitrión sirve ese té a sus invitados a la vez que les dice que  es amargo como la vida.

A continuación echa en la tetera más azúcar y más agua y lo sirve diciéndoles que ese té es dulce como el amor.

Y, por último, echa en la tetera más azúcar y más agua y sirviéndolo dice que ese té es suave como la muerte.

De lo que infiero que no tienen de la muerte esa idea tan patética como se tiene por aquí

Me contaron de un amigo mío pintor, muy enfermo, le dijo a su ayudante, con el que trabajaba en esos momentos, que estaba muy cansado, que tenía sueño y que se retiraba a dormir.

Verdaderamente se retiró a morir.


 

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