LA FALSA ASÍNTOTA.
Una asíntota es una recta a la que se acerca una curva según va creciendo sin llegar a alcanzarla nunca.
Y se cree que algo así pasa con el igualitarismo.
¡Pero no!
Porque ya estaría alcanzado si no fuera por el empeño que pone todo el mundo en querer evitarlo, para simultáneamente, querer alcanzarlo.
Porque para tener igualitarismo basta simplemente con dejar de engañarse creyendo que no existe.
Hablaba el otro día con un bancario que gestiona patrimonios.
Y le digo, tú que conoces a auténticos millonatis...
Pues son personas, me dijo. Unos seguros de sí mismos, otros inseguros, otros simpáticos, otros antipáticos...
Ya me lo olía yo...
Yo veo que la gente es más o menos igual.
¡No digo idéntica!
Digo más o menos igual. Aunque unos con mucha pasta y otro pasándola canutas. Los hay listos y cultos. Y otros torpes y borricos ¡Pero eso no tiene arreglo! Se puede apañar, pero no arreglar...
Y como en el fondo somos iguales un empleador tendría que tener en cuenta que los currantes no ejercen como tales por mera vocación masoquista. Que a lo mejor lo hacen por atender sus gastos de supervivencia, y para tirarse algún desahogo... y si con su trabajo no lo consiguen ¡se frustran! Por lo que habría que pagarle adecuadamente, y no de modo que el salario no le alcance para vivir decentemente.
Para alcanzar el igualitarismo lo primero es no creerse esa bola de que somos esencialmente diferentes.
Y lo segundo es evitar en lo posible ser un cabroncete con los demás, por vicio. Y con uno mismo y con los propios, por gilipollas.
¿No os parece?
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