¡FALTA MISTICISMO!
En nuestra cultura ordinaria
falta la mística, y eso no es bueno.
Lo que se entiende por mística no
es lo que a mí me parece que es la mística.
Lo que por lo general se entiende
por mística es hagiografía. Tales son los casos, según mi modesta, de San Juan
de la Cruz y Santa teresa de Jesús. En los que la mística, como yo la entiendo,
de estar está muy escondida.
Y ¿qué me parece a mí que es la
mística?
Desde mi punto de vista se podría
decir que la mística es el principio y el fin de todas las cosas. Bueno ¡es un
decir!
Bien es verdad que de ese modo se
ha definido a Dios, alfa y omega. Y para muchos en ese lugar se coloca a Dios,
mientras que para otros no.
A tal efecto no está de más leer "Sufismo y taoismo" del
japonés Toshihico Izutsu (Siruela 1997). Consta de dos volúmenes: el primero
más gordo, subtitulado "Ibn Arabï",
y el segundo más flaco subtitulado "Laozi
y Zuangzi".
El sufismo se caracteriza por
abrirse a todos los credos, a incluirlo todo, a no excluir nada.
En ese libro expresa dos
corrientes místicas sufíes extremas: Por una parte el panteísmo, por el que
Dios es y está en todo. Por otra considera que Dios es la primera fenomenología
de un ser innombrable y totalmente desconocido que lo precede.
En el taoísmo no aparece Dios por
ningún sitio. Puede que sea el CIELO, pero no es seguro.
Es curioso, porque se suele
pensar en las diversas religiones que Dios es antropomórfico, por lo menos así
se representa cuando se representa. O sea, un personaje sublimado. Mientras que
para los taoístas Dios sería algo así como un sitio sublimado.
El CIELO viene a ser la matriz
perfecta del MUNDO que es imperfecto, una especie de mala copia de aquel.
¿Cuál es para mí la
representación esquemática del misticismo?
El centro de un círculo o de una
esfera.
De modo que en los puntos que
forman la circunferencia que envuelve el círculo, o los puntos de la superficie
esférica que envuelve la esfera están representados los fenómenos.
Y por dentro están los nóumenos. Puntos de conexión entre
fenómenos y nóumenos, o entre nóumenos, que expresan cualidades comunes. De modo que, por ejemplo,
tú y yo somos distintos. Distinta cara, distinta edad, distinto acento,
distinto todo. Pero desde un punto interior, el de los humanos, estamos
conectados.
Y si reparamos en un bicho que
está nadando en un acuario, es distinto de los otros que están nadando en el
mismo acuario, pero conectado por un punto más profundo, el correspondiente a
peces, o a tortugas o a serpientes marinas.
Y los "puntos peces,
tortugas y serpientes marinas" y el "punto humanos" están
conectados por un punto más profundo el "punto vertebrados". Y un
cangrejo que esté deambulando por el fondo del acuario y una mosca que esté
volando por la sala donde está el acuario están conectados con un punto interno
del esquema el "punto artrópodos". Y el "punto artrópodo" y
el "punto vertebrados" están conectados, más profundamente, por el
"punto animales".
Y unas algas del estanque, o unos
rosales del exterior del acuario están conectados con el "punto vegetales",
Y unas bacterias que habiten en cualquiera de
los seres nombrados están conectados con el "punto animales" y con el "punto
vegetales" por el "punto seres vivos".
Y el propio acuario y lo que contiene y donde está contenido y nosotros
mismos estamos conectados con el "punto de los compuestos principalmente
por agua".
Etc. etc. etc.
Y en el punto que es el centro
mismo de la circunferencia, o de la esfera, que lo conecta todo absolutamente todo. Lo que existe, lo
que dejará de existir, lo que aún no existe, lo que nunca existirá. Lo
verdadero y lo falso, lo poético y lo prosaico El reino del ser y del no ser. ESE ES EL REINO DE LA MÍSTICA situado
en el punto central.
La MÍSTICA no tiene por qué ser
ese estado ignoto que dice el diccionario.
Es lo GENERAL, lo PLURAL, lo
UNIVERSAL y lo INCLUYENTE.
Y la fenomenología es lo PARTICULAR, lo SINGULAR y lo
EXCLUYENTE.
La mística en sí misma es el
total solipsismo. Como es solipsista cada uno de los fenómenos en particular.
Es el juego circular o esférico
el que da juego a la inteligibilidad.
Y digo al principio que falta
mística porque hay cada vez más apego a lo superficial, a lo periférico, a lo
excluyente, a los particularismos, a los nacionalismos, a los racismos, a la
intransigencia, a la falta de perspectivas.
Por eso digo ¡viva el misticismo!
Pero no el bobalicón que aparece en los cuadros del Divino Morales, por
ejemplo. Sino ese otro de andar por casa que os he contado que parece estar al
alcance de todo el mundo
¡Aunque no os creáis que la cosa es tan fácil! Que los
atavismos son muy fuertes.
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