Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 10 de abril de 2015

Monstruoso.



LOS MONSTRUOS YA NO SON COMO ERAN.

Antes los monstruos se distinguían perfectamente. Pongo por caso al  hombre lobo. Solo con verle la cara llena de pelos negros, y las manos. Y la mirada torva, inyectada en sangre, dando aullidos ¡sus víctimas se cagarían vivas nada más verle y oírle! Y muchos se salvarían gracias a su aspecto aterrador.

Y el monstruo de Frankenstein ¿qué? ¡tan grande! ¡tan horriblemente ataviado! con esos zapatones y esos brazos hacia delante, con esas manazas ¡y esos tornillos en el pescuezo! Y los costurones en la cara. Y esa mirada ausente. Y esa cabezota tan cuadrada con ese ridículo flequillo ¡la gente saldría corriendo!

¡Y qué me decís del Conde Drácula! Con esa pinta tan antigua, y esa capa negra forrada de terciopelo carmesí como una caja de compás. Y esa cara de muerto, esa tez verdosa ¡y esa mirada perversa! Y Ese inquietante pico de pelo invadiéndole la frente ¡Para esconderse y pirarse a las primeras de cambio!

Ahora no son así los monstruos. No despiertan el menor temor, y cogen, fatalmente, a sus víctimas desprevenidas. Porque no hay nada en ellos que despierte la desconfianza ¡Mira el elemento que despeñó el avión en los Alpes! Tenía cara inofensiva ¡quién iba a desconfiar de él! Hubiera sido mejor que hubiera tenido pinta de hombre lobo, o de Frnkenstein, o de Drácula. Por mucho uniforme de piloto que tuviera el capitán se hubiera dado cuenta enseguida, hubiera dicho ¡ese tío no se monta en mi avión! Y de haberse montado no se hubiera ido a mear ¡no le hubiera quitado ojo de encima! Ni los pasajeros que lo hubieran visto subir con su uniforme azul marino y su maletita habrían querido embarcar. Y de haberlo hecho ¡se bajarían precipitadamente dando gritos!

Y el poli que le tiraba tiros al pobre hombre que corría hasta caer muerto ¡con tan buena pinta! Ni siquiera presentaba un aspecto inquietante tras perpetrar tan horrible asesinato. Tranquilamente esposó al muerto, falseó las pruebas y comprobó, profesionalmente, que había fallecido ¡Que ausencia de dramatismo! Los disparos no sonaban como en las series negras de la tele, eran como palmetazos en una tabla.

Pues ese poli de aspecto tan tranquilizante y rutinario ¡es un monstruo! como el del avión estrellado en los Alpes ¡monstruos de cojones!

Esos negracos que meten miedo con sus afros y sus barbas de facinerosos parecen monstruos ¡y son totalmente inocuos! Mientras que esos blanquitos tan peinados y afeitaditos con cara de no haber roto nunca un plato ¡pueden ser los verdaderos monstruos!

"Por los hechos los conoceréis" dejó dicho el Mesías y no por la pinta.

Pero claro, la justicia solo se aplica a posteriori y a uno le gustaría saber para prevenir...

¡Pues los indicios al uso son malos! Y ya deberíamos saberlo.


Si volvieran a poner "La Familia Monster" la que tendría que dar miedo sería Marilyn, la sobrina rubita que despegaba tanto. 


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