999 ENTRADAS DE ESTE BLOG.
Hoy se cumplen el post nº 999 de este blog.
El 1º salió el 17 de Abril de 2007.
No pensé que llegaría hasta aquí ¡Pero ya véis!
Es una manifestación más de un rasgo muy mío, la persistencia.
Es el último post con tres cifras.
El próximo, que está al caer, tendrá cuatro.
¿Para qué sirve este blog?
¡Pues no sirve para nada!
Porque es un bien en sí mismo.
Aunque sí que sirve para algo.
Para darme el gustazo de redactar.
Y ¿para qué me sirve redactar?
¡Para nada!
Porque también es un bien en sí mismo.
A mucha gente le sirve ¡y mucho!
A los escritores, a los periodistas...
Pero a mí, que sí me he dedicado a alguna clase de periodismo, apenas si habré publicado unas pocas líneas. Y ninguna en un medio comme il faut.
Porque aunque he publicado algunos miles de dibujos humorísticos en prensa
Son lo que se conoce como "chistes mudos".
He publicado muy poca cosa escrita
Porque, ya digo, los dibujos no tenían texto.
Tan solo he publicado en prensa escrita introducciones en catálogos de exposiciones mías, por ahorrarme pagar a un crítico.
También introducciones en catálogos a un par de amigos, por ahorrarles pagar a un crítico.
Pero es que redactar es un placer ¡sensual! que además no ataca los bronquios...
Recuerdo uno de mis primeros escarceos con las redacciones.
Fue en la clase de Don Nicolás ¡hombre maravilloso! al que saludé hace unos pocos años en la exposición que hice en la Sala de las Provincias en Huelva, y al que espero volver a ver más veces.
Yo era muy mal estudiante de bachillerato en el Instituto La Rábida de Huelva (aunque buen estudiante autodidacta de dibujo) y daba con mis huesos cada verano en la academia que tenía Don Nicolás en un bajo de la calle Rábida (o sea, que no salía de una u otra Rábida) y allí me encontraba con mi queridísimo amigo Chuchi, que había corrido pareja suerte a la mía, pero en el Colegio de los Maristas.
Un día Don Nicolás nos puso una redacción.
No recuerdo el tema, tan solo recuerdo que toda la redacción la hice de un tirón. Sin un punto y aparte. Algo que me afeó Don Nicolás.
Cuando Thomas Bernhard en su libro "Trastorno", que me descubrió mi querido amigo Víctor Márquez Rebiriego, en el capítulo titulado "El Príncipe" se tira parrafitos de más de 13, 14 y 62 páginas seguidas¡sin un punto y aparte!
Ante la censura de Don Nicolás repetí la redacción poniendo punto y aparte tras cada frase...
Y ahora me doy cuenta que las entradas de este blog, son casi siempre de tan solo una página y cada una de las ideas que las forman ocupan un renglón o poco más y están separadas por punto y aparte
Y es que sospecho que uno no vive muchas cosas distintas,
sino la misma cosa muchas veces.
En el próximo post cumpliré 1000 veces habiendo hecho, más o menos, lo mismo cada vez.
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