NO SOY NACIONALISTA.
No solo no soy nacionalista
¡Es que soy internacionalista!
Es que voy de viaje y me gusta tanto casi todos los sitios que visito que en cada uno de ellos me gustaría quedarme a vivir.
Miro las casas que se venden o que se alquilan como un acto reflejo motivado por mi deseo de quedarme a vivir allí.
Parece que padezco promiscuidad residencial.
No es que me dé igual todo, porque a la cabeza están Puerto Rico y Chicago...
Claro, que yo que soy onubense me enorgullece la tremenda belleza que tiene Huelva. Te paras a ver esa ría camino de la Punta del Sebo ¡y te da algo! Y la Sierra...
Pero no soy chovinista, hay cosas fenomenales por todos sitios...
¡Qué empacho de celo nacionalista!
¡Virgencita virgencita que me quede como estoy! ¡Con la puerta atrancada! ¡Y que no venga nadie de fuera! Que nuestra fisonomía no queremos que se perturbe...
Pero voy por eso voy a decir que lo propio es lo mejor y lo ajeno lo peor...
Vamos...¡NO!
No soy de los que creen que lo mío es lo mejor, y lo ajeno lo peor, y que mi lengua es la mejor y que hay que guardarla como oro en paño. Y que lo mejor es lo autóctono: Y que ¡ojo con las especies foráneas! sobre todo las invasivas...
Pues si no se hubieran colado las especies foráneas comeríamos solo berza y poco más.
¡Nada de tomates! ni de pimientos, ni de papas, que han venido de occidente, ni de café, ni de té, ni de naranja de la China...
¡Qué aburrimiento de nacionalismo! Y qué pesaditos son...
