Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 24 de noviembre de 2023

¡Tranki tronko!



EL DIABLO QUERÍA TANTO A SU HIJO QUE LE SACÓ LOS OJOS.

Eso decía mi querida madre refiriéndose a que un cuidado desmedido puede producir el efecto contrario al perseguido con tanto afán.

Lo recuerdo porque cuando los super-patriotas españoles se exceden demasiado en salvaguardar la unidad de España, producen tal reacción en los nacionalistas de las diversas regiones que los vuelven independentistas.

Mientras que si no los soliviantan se logra un equilibrio en el que todos cooperan en el legítimo progreso de la nación española. Claro que cada uno barre para lo suyo...¡Pero eso lo hacen todos!

Aquí hay una paradoja porque ¿Cómo están más sujetos? ¿Sueltos o amarrados?

Os pongo un ejemplo de esta clase de paradojas "libertarias": la BITÁCORA.

Su definición: "Armario o cajón fijo a la cubierta cercano al timón en el que se pone la brújula"

Pero ¿cómo se pone la brújula en ese armario o cajón?

¿Bien atornillada?

¡Pues no!

Sino que la brújula tiene un eje y se balancea gracias a ese eje respecto a un  aro metálico al que está conectado. Este aro está conectado del mismo modo con un segundo aro pero con su eje en sentido perpendicular al anterior. Y lo mismo respecto, no a un tercer aro, sino a media esfera que flota en un líquido.

Ni que decir tiene que es libérrima la situación de la brújula en la bitácora.

Pues en lo más crudo de una tempestad cuando un barco está a punto de zozobrar por sucesivos vuelcos por la proa, por la popa, por estribor o por babor, tan solo hay un elemento que permanece inmóvil:

¡La brújula!

Y ¡gracias a que está libre y no está sujeta! Porque de estar sujeta ¡sería inútil en los momentos más críticos!

España, en sus momentos más gloriosos durante el Reinado de la Casa de Austria, cuando era más grande, ya que se extendía por todo el Mundo, era una confederación de Estados bajo la autoridad suprema de la Corona.

Pero bajo la autoridad de la Casa de Borbon se impuso un férreo centralismo cuyo efecto inmediato fue el desmoronamiento del imperio.

Claro que el imperio se hubiera desmoronado en cualquier caso, porque el horno no estaba para imperios...Ahora es otra cosa.

La moraleja de este cuento es que hay que saber "nadar y guardar la ropa" y fijarse en algunos indicios:

Que al aflojar la férula a los nacionalismos disminuye el afán independentista ¡a la vista está! Porque el apoyo popular a los independentistas ha disminuido a ojos vista.

Tenerlos en la trena o escapáos ¡no sirve de nada! Tenemos que estar todos tirando del mismo carro.

Porque creo que los independentistas, por lo menos los nuestros, son nacionalistas llevados a la desesperación.

Si no nos relajamos un poco ¡aquí no hay quien viva! 


 

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