Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

sábado, 19 de noviembre de 2022

El talento no tiene género.

¡QUE NO TE ENTERAS CONTRERAS!

Yo no soy feminista ni falta que me hace.

Porque sé perfectamente que entre tíos y tías hay una gran diferencia por abajo.

Y muy poca, si es que hay alguna, por arriba.

De modo que perseguir el igualitarismo inferior es tarea inútil, porque no hay tal.

Como huelga perseguir el igualitarismo superior porque la diferencia no es entre géneros sino entre individuos. Porque hay tíos y tías listísimos y tíos y tías estúpidos hasta decir ¡basta!

De modo que yo no pierdo el tiempo buscando mujeres geniales porque sé perfectamente que las hay.

Pero lo que me llama la atención es que a los buscadores de genios femeninos se les escape la Margulis, dicho lo de escapar en fino, porque en basto sería que no tienen ni puta idea de su existencia.

Muchos, al leer esto, diréis, ¿Quién es la Margulis?

¿Ves? ¡NPI!

Según lo entiendo yo, es la sucesora de Darwin.

Es decir que la secuencia evolucionista, según lo veo, tiene tres hitos:

Lamarck, nacido en 1744, Darwin, nacido en 1809 y Margulis nacida en 1938.

De este trío el bueno es Darwin, el malo Lamark y la ignorada Margulis.

El bueno es Darwin porque es el "inventor" del evolucionismo. Es decir que unos seres cambian y se transforman en otros seres distintos por alteraciones genéticas casuales.

Pero el "inventor" no fue Darwin sino Lamarck, muchos años antes. Porque fue el primero en afirmar que los distintos seres vivos son el producto de cambios evolutivos de sus antepasados.

La "metedura de pata" de Lamarck fue afirmar que esa evolución era intencionada. Y a los que creen que en la evolución hay voluntariedad les llaman lamarckistas.

El caso es que he leído, y ahora no recuerdo dónde, que Darwin era lamarckista, puesto que creía que alguna intención hay en la evolución.

Aparte de estos tres hitos hay un cuarto que es el de los neodarwinianos. Que son más papistas que el papa, y se emperran en que la evolución es rigurosamente azarosa y que, por ejemplo, no hay que descartar que si se pusieran a combinar millonadas y millonadas de palabras surgiría el Quijote de punta a rabo...

¡Hombre no!

Y aquí viene la Margulis, que afirma que si bien los cambios genéticos son azarosos hay VOLUNTAD de aprovechar lo conveniente y desechar lo inconveniente. Y eso ocurre gracias a la SIMBIOSIS. Luego esta sabia conecta con Lamarck. O sea, que se "progresa" haciendo buenas alianzas.

Que la simbiosis no es un fenómeno aislado que se manifiesta exclusivamente en los líquenes, sino que afecta a todo el mundo. Nosotros mismos somos simbiontes con la flora intestinal, de modo que si no hubiera esa cooperación o no podríamos digerir los alimentos o los digeriríamos de mala manera.

Y más aún. Como es sabido hay dos clases de células: la procariotas y la eucariotas. Las primeras no tienen núcleo y las segundas sí. Y a partir de la Margulis se sabe que el núcleo de las eucariotas no es otra cosa que una procariota que "infestó" a otra procariota, transmitiendo esa "infección" a sus descendientes y estos a los suyos y por ello las células de esa estirpe se transformaron en eucariota. 

Todo esto ha surgido porque he visto en FACEBOOK la imagen del bicho de la ilustración que incorpora los cloroplastos de las algas que come y resultando un animal que puede hacer la función clorofílica y beneficiarse de ella como si fuera una lechuga.

O sea ¡que viva la Margulis!

 

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