Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 7 de abril de 2021

Se puede mirar con los ojos de otro.



CIEGO, PERO NO IGNORANTE.

A propósito de una foto que publiqué en Facebook en la que hay un kiosco de la ONCE decorado con un texto en Braille impreso, no en relieve, con lo que los ciegos no lo pueden leer porque no lo ven y si lo tocan no notan nada. Ni los videntes porque no saben Braille. Comentaba mi amigo Gregory que tampoco lo podrían leer la mayoría de los ciegos porque son una minoría los que saben Braille, tan solo los ciegos de nacimiento o los que sufrieron la pérdida de la visión muy jóvenes que lo aprendieron a tiempo, porque el sistema es verdaderamente difícil y la pereza suele ser grande y obstaculiza el conocimiento..

Eso me recordó que yo llevaba al Museo del Prado y a otras exposiciones a mi amigo Juan que es ciego de nacimiento y como lo educaron debidamente en la ONCE domina el Braille.

Parece un despropósito, pero es que mi amigo Juan es un artista puesto que es músico, violinista. Y todas las artes tienen un tronco estético común, la música, la pintura, la arquitectura y todo.

Por otra parte las conversaciones artísticas no siempre se producen ante las obras de arte. Generalmente ante imágenes que son reproducciones de parecido más o menos remoto con la obra  original. Por ejemplo, una imagen proyectada en blanco y negro del Partenón  vista en Madrid poco tiene que ver con el Partenón visto en la Acrópolis de Atenas.

Luego mis percepciones de ese monumento en las clases de historia del artes de mi querido maestro Don Enrique Lafuente Ferrari en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid a partir de sus explicaciones y de la proyección de esos oscuros cristales no distarían gran cosa de las de mi querido amigo Juan cuando yo le describía los cuadros que teníamos delante, que el debido a su ceguera no podía ver.

Se puede pensar que la percepción de mi amigo siempre sería peor que la mía 

¡Pues no!

En el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid cuando estaba en el edificio de la Biblioteca Nacional hicieron la primera exposición de Picasso después de la Guerra Civil, que era de grabados y fuimos a verla. Ante una de esas estampas me puse a describírsela a mi amigo y le voy diciendo que hay unas figuras humanas que son unas más grandes y otras más pequeñas...

¿No estarán en perspectiva? me dijo.

¡Pues sí!

Yo no me había dado cuenta ¡pero él sí!

Es que cada uno se forma una imagen de una realidad observada a partir de lo que ve ¡y de lo que sabe!

Y mucha de la gente que se agolpa en los museos ve menos de lo que allí hay que mi amigo el ciego si es que tiene a alguien que se lo cuente.

 

 

 

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