Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 22 de abril de 2021

No dar la cara.


EL DON DE LA INVISIBILIDAD.

¿Qué don me gustaría poseer?

Indudablemente el don de la invisibilidad.

Pero la invisibilidad que me gustaría no sería una invisibilidad permanente y absoluta, sino manejada por mí.

Para no dar la cara si no quiero.

Para poder tirar la piedra y esconder la mano.

De modo que cuando quisiera me pondría en "modo visible" o en "modo invisible".

A mí me gusta hacer cosas y enseñarlas.

Hacer pinturas y dibujos y enseñarlos.

En un plano profesional, publicando en impresos o haciendo exposiciones.

Pero también me gusta hacer esas cosas en un plano "amateur".

Mis cuadros "profesionales" son geométricos y no figurativos.

Dibujos profesionales ya no hago, porque ninguna empresa me busca ni tampoco yo las busco.

Y cuando los hacía eran inventados, humorísticos y no naturalistas.

Pero siempre he hecho y hago dibujos y cuadros del natural. Que enseño informalmente, desprovistos de carácter profesional.

Y los hago porque me gusta hacerlos, porque me da la gana.

Y los enseño en mi blog o en facebook, pero nunca en una sala de exposiciones.

También hago fotos, aunque no soy un fotógrafo. Porque sé que no lo soy. Ya que para ser un fotógrafo hay que saber más de fotografía de lo que yo sé.

Y también me gusta redactar. Y en mi blog (salterio blogspot) tengo más de ochocientas entradas

Siempre en un plano amateur, aunque con alguna excepciones, porque he publicado presentaciones en catálogos propios y algunos ajenos.

Pero, como digo, me gusta enseñar lo que hago, pero no me gusta mostrarme a mí mismo.

Mi paradigma por lo tanto es parecido al del que mueve marionetas  o  figuras de guiñol.

Y en ningún caso quiero ser actor.

¿Por timidez?

Pudiera ser.

Pero no soy un tímido propiamente dicho, porque me he ganado la vida como profesor. Dando la cara cada día que tenía clase ante cuarenta o sesenta alumnos y no me ponía nervioso.

Y, desde luego, me gusta vivir mi vida sin que me fisgoneen.

 

 

 


 

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