Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 9 de abril de 2021

¡Lo que vale es la firma!

EL VALOR Y EL PRECIO  EN EL ARTE.

El valor del arte es el aprecio que cada individuo tiene por las piezas artísticas. Determinado por la emoción que tales piezas le producen. 

Es algo totalmente subjetivo.

El precio es la cantidad de dinero que tiene que pagar quien quiera adquirir piezas artísticas. 

Luego el precio es objetivo. 

Porque cada uno de esos objetos cuesta un precio fijado por el que vende o lo que se acabe acordando entre el que vende y el que compra.

Indebidamente se suele igualar ambos conceptos, de modo que se identifica lo valioso con lo caro y lo carente de valor con lo barato.

Respecto a este asunto la cosa se complica porque se le pone precio a una pieza no por su valor intrínseco, por la emoción que en el comprador experimenta, y la que el comprador espera que despierte en el público erudito y en el público en general, sino por el prestigio del autor.

Lo malo es que no siempre está claro quién es el autor.

Porque la autoría no siempre está debidamente acreditada.

Debido a que a veces el autor tiene un taller y puede no saberse si una obra es de su mano totalmente o solo parcialmente o se ha producido en su taller por sus ayudantes sin que el prestigioso autor hubiese puesto su mano en ella. Tal es el caso reciente del cuadro "Salvator mundi" adquirido por el polémico príncipe saudita Salman para el museo del Loure de Abu Dabi que se suponía de Leonardo da Vinci cuando la adquirió por 450 millones de dólares y que ahora los expertos no acaban de acreditar esa autoría.

Otro caso reciente, que no está motivado por el taller de procedencia sino por la semejanza estilística, es el "Ecce homo" que se suponía obra de algún discípulo del Españoleto iba a subastar en Ansorena con un precio de salida de 1.500€ y que ahora se sospecha que pudiera ser del mismísimo Caravaggio. Y en tal caso el precio que le correspondería sería astronómico.

Si uno mira los cuadros y queda conmocionado de la calidad que destilan es lógico que su precio sea la repera, y si no, pues no.

Pero que los mismos cuadros tengan un precio enorme o no tan enorme dependiendo de la garantía de la que se disponga relativa a su autoría deja muy claro

que lo que gravita en el mundo del arte no es el valor,  sino el precio.

 Aunque no se vaya a comprar.

Porque el que el público sepa, por ejemplo, que de venderse la Gioconda no habría en el mundo nadie con bastante dinero para comprarlo.

Eso hace que el público que visita el Louvre se amontone en torno a ese cuadro como las moscas se petan en la miel.




 

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