LA COMBUSTIÓN AMABLE.
La manera tradicional de generar
energía es mediante la combustión del carbono: la del carbón vegetal, la madera
y la de los combustibles fósiles: carbón mineral, petróleo y gas natural.
Combustión que se ha vuelto indeseable porque produce CO2. Y su uso masivo produce
este gas masivamente y se cree que con ello se acentúa el efecto invernadero y
por ello el calentamiento global que tiene pocos partidarios. Por lo que se
está pensando en una alternativa.
Parece que se está consiguiendo
sustituir esa combustión indeseable por formas de generar energía alternativas
que no son contaminantes, como la energía eólica, la fotovoltaica y la de
saltos de agua principalmente. También está la energía nuclear pero esa me
parece que es mucho peor que la procedente de los combustibles fósiles porque
contamina de forma infinitamente más peligrosa.
Pero con la producción de energía
alternativa no queda resuelto el problema porque se necesita la energía en el
tiempo y en el lugar de su consumo y para eso se han ideado los acumuladores
eléctricos.
Artilugios que generalmente no se
critican pero seguramente son criticables porque son producto de explotaciones
mineras contaminantes y seguramente alienantes socialmente. Y en cualquier caso
adecuados tan solo para mecanismos pequeños y portátiles. Es inconcebible una navegación
marítima o aérea o el funcionamiento de grandes fábricas con baterías. Incluso
su aplicación en automovilismo, que está bastante desarrollada, tiene el
inconveniente de que el tiempo para repostar, media o una hora, es demasiado
largo en comparación con el necesario con combustibles convencionales.
Se quiera o no se quiera ver, en la
acumulación de electricidad eficiente hay un obstáculo que es necesario superar.
¿Cuál podría ser la solución para
acumular energía?
Pues seguramente otra clase de
combustión no contaminante. La del hidrógeno.
El hidrógeno es muy abundante en
nuestro planeta, pero asociado al oxígeno formando agua.
Y para separar el hidrógeno del
oxígeno hay que suministrar energía. Con lo cual no se gana nada, por lo que no
sirve como fuente de energía, pero sí sirve como sistema de acumulación, porque
el hidrógeno se puede guardar, transportar y usar como combustible en el lugar
y tiempo convenientes. Lo malo del hidrógeno es que explota con facilidad ¡pero
doctores tiene la ciencia que domeñen esa fiera!
Pero lo más interesante es que la combustión del hidrógeno se puede decir que es amable porque en vez de producir humo y el indeseable anhídrido carbónico como el carbón, el petroleo o el gas natural produce seráficas nubes de vapor de agua.
Pero lo más interesante es que la combustión del hidrógeno se puede decir que es amable porque en vez de producir humo y el indeseable anhídrido carbónico como el carbón, el petroleo o el gas natural produce seráficas nubes de vapor de agua.
Esto no es una idea peregrina, porque
parece que se está desarrollando adecuadamente, lo que no está es suficientemente universalizado
y seguramente se estará ralentizando por la industria en expansión de los
acumuladores de litio y otros semejante.
De esto se habla poco, pero me
parce evidente que el futuro energético está ineludiblemente ligado al hidrógeno.
No
sé qué pensáis.
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