EL BIPEDISMO
IMPERFECTO.
Los humanos somos los únicos
mamíferos bípedos.
Los únicos que caminamos erguidos
sobre los pies.
Otros antropoides también lo
hacen pero aún más imperfectamente que nosotros. Porque su forma natural de
locomoción es ir colgados de los árboles
agarrándose de las ramas con las manos. No con dos ¡sino con cuatro! porque no
tienen dos manos y dos pies, sino cuatro manos.
Lo dicho, somos los únicos
mamíferos bípedos ¡pero no los únicos vertebrados bípedos!
Porque vertebrados bípedos son
todas las aves ¡de las que hay una infinidad de espacies!
Y a diferencia de nosotros son
bípedos perfectos.
Lo nuestro es un desafío a la
física y a la anatomía.
Porque caminamos erguidos. A
diferencia de la aves que caminan con el tronco paralelo al suelo, como los
cuadrúpedos. Pero, a diferencia de estos, no se apoyan en cuatro extremidades,
sino solo en dos, como nosotros, teniendo libre las otras dos, como nosotros.
Que no utilizan como nosotros para manipular, sino para otras cosas, principalmente
para volar ¡menudo chollo! Y si no pueden volar las tienen para otros usos,
como los pingüinos para nadar o las avestruces para favorecer el equilibrio en
las carreras.
Si comparamos nuestras piernas
con las patas de las aves vemos que tenemos muslo, pantorrilla y pie, mientras
que las aves tienen "contramuslo", muslo y pata. El "contramuslo"
lo tienen pegado al tronco y separado tienen el muslo y la pata. Funcionalmente
los "contramuslos" les sirven para acercar el arranque de las
extremidades motrices a la mitad del cuerpo en favor del equilibrio, el muslo
de las aves se corresponde verdaderamente con nuestra pantorrilla pero tiene la
función de nuestro muslo y la pata tiene dos partes con dos funciones, una
correspondiente a nuestra pantorrilla y otra correspondiente a nuestro pie.
Además de tener las aves una estructura mucho más equilibrada que la nuestra
tienen un cuello muy largo y una larga cola que les permite equilibrarse más
eficazmente.
De cara al equilibrio lo nuestro
es un peligro. No hace mucho, caminando de prisa se me enganchó un tacón en un
suelo irregular y caí de bruces. Totalmente indefenso paré el golpe con la
nariz y con una caída de judo repartí con los brazos los efectos del trauma. Ya
me ha pasado tres veces, pero me he recuperado bien, y los terribles moratones
se me han pasado pronto ¡es que tengo algo de Lobezno!
Como ya he dicho nuestra anatomía no
ayuda. El tener una "columna vertebral" ondulada pero erguida
asentada sobre la pelvis, que está encaramada en lo alto de las piernas en una posición
más bien de circo. Mientras que por lo general los otros mamíferos tienen el
espinazo paralelo al suelo con cuatro cómodos apoyos en sus cuatro extremidades.
Disfrutando además de un cuello más largo que el nuestro y una cola,
propiamente dicha, que como en las aves favorecen su equilibrio y sus
movimientos.
Nuestra difícil anatomía tiene
dos mecanismos musculares fundamentales y muy característicos: Por una parte
los glúteos, que son nuestros músculos mayores que tienen la titánica función
de mantener erguido nuestro tronco sobre nuestras piernas y por otra parte el
trapecio. Músculo romboidal que tiene múltiples funciones: en el eje vertical
sujetar la cabeza sobre el extremo superior de la columna vertebral soportando
toda clase de movimientos y por el otro extremo agarrándose firmemente al espinazo. Y en el eje horizontal sujetan parcialmente los brazo. Y,
por si fuera poco, le afecta mucho las preocupaciones y las tensiones psíquicas
y se tensa terriblemente.
Lo que pasa es que se acostumbra uno a todo, pero si lo piensa uno un poco ¡somos muy raritos!
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