TAN SOLO SE VIVE UN
DÍA.
Dicen que las moscas del vinagre
tan solo viven un día.
Si se pone uno en su lugar ¡le da
el telele! ¡Un solo día! Qué horror!¡Qué espanto!
Pero si se piensa bien, uno vive
un día, pero muchas veces. Aunque un solo día cada vez.
Pero claro, son tantas veces que
se pierde la cuenta. Y se agrupan en conjuntos de 365, a los que llamamos años.
Y uno de cada cuatro tiene un día más. Los días son como cuentas de un collar y
los años como collares. Y como no son tantos los collares que se pueden formar,
es más fácil llevar la cuenta.
¡Pero eso no es así! Porque nadie
puede llevar cuenta de su vida anual ¿Qué hice, o qué pude hacer, hace 25 años? ¡Y yo qué sé! Pero sé qué hice, o qué pude hacer, a las 11 de
la mañana de cualquiera de los días vividos. Mirar el reloj, como veremos.
¿Qué hago yo, por ejemplo, cada
uno de los días vividos y, probablemente, de los que viviré?
Levantarme a la 8 de la mañana.
Porque si, por ejemplo, me despierto a la 7 me quedaré achantado en la cama
hasta las 8. Ir al baño, hacer mi verónica diaria, que consiste en abrir el
grifo del agua caliente, mojarme los ojos y pegar sobre ellos un trozo doblado
de papel higiénico, que desprenderé súbitamente con lo que me libraré de las
legañas formadas durante la noche. Que es una práctica higiénica de mi invención
que me parece muy recomendable.Luego iré a desayunar y después
volveré al cuarto de baño a completar mi higiene diaria y afeitarme. Con lo
que me siento a punto de acometer mis faenas cotidianas. Que antes estaban
pautadas por mi viva laboral y hoy por mi vida post-laboral, como pintor
libérrimo, y la interminables tareas en el jardín y otras labores de mantenimiento.
A las 11, más o menos, miro el reloj ¡No sé para qué, porque siempre son las
11! Sigo lo que trajera entre manos y a las 12 y pico hago mi segunda ingesta,
que es como la repetición del desayuno. Sigo con lo mío y en torno a la 3
almuerzo, veo el telepeñazo y saber y ganar y vuelta al tajo o lo que sea. A la
7 la 4ª ingesta. Sigo con lo que trajera entre manos y. a las 10 y pico cenamos,
tele, recogida de la cacharrería y a las 12 a la piltra.
Esa es mi vida: "nazco"
a las 8 de la mañana, "muero" a media noche, y mañana, si
procede, "renazco".
Es mi vida ¡y la de todo el
mundo! Si no es como la de la mosca del vinagre ¡que venga dios y lo vea!
Llevo vividas más de 28.000 vidas diarias. Y aun me quedarán muchas, espero. No tantas ¡pero qué más
da! Y cuando no me queden no estaré para lamentarlo...
Me diréis: ¡Que fantasía la tuya!
Pues no, fantasía la de los que cuentan
años. Pensando que tienen los que ya no tienen, porque han pasado, y angustiados
al pensar que le quedan menos. O sea, pocos.
Panta Rhei ¡no hay más!
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