MI AMIGO RÁBIDA
HUELVA.
Tengo un "migo de Face
Book" que se llama Rábida Huelva.
No es un hombre ni una mujer. Es
una casa, es el Instituto La Rábida de Huelva.
Los "amigos" de Face
Book no son amigos en sentido literal. aunque la mayoría de mis "amigos de
F. B." son verdaderamente amigos míos.
El ser "amigo de F. B."
supone un "plus". Es como si acentuara la amistad. La redefiniera, la
desempolvara. De modo que cuando se encuentra uno con un "amigo de F.
B." da más alegría, porque esa es una situación preferencial.
Pero claro, cuando el amigo no es
una persona, sino una casa, como es el caso del Instituto La Rábida, la
situación resulta más chocante. Aunque quien dé vida a ese "amigo" sí
que es una persona, o varias personas. Pero ninguna de las personas que
habitában ese Instituto la Rábida cuando yo lo habité.
Ese instituto fue algo
fundamental en mi vida. Allí comencé a navegar orientado en este mundo. Yo
había sido un niño triste, infeliz. Y no es porque estuviera falto de cariño.
Mis padres me adoraban. Pero, seguramente esa desazón se debió a que en mi
calle, la Calle Velarde, no había más niños que yo.
Me llevaron al mejor colegio
imaginable, al Colegio Francés, donde estuve muchos años. Pero no me sentía a
gusto. Porque no dejaba de ser aquel un paradigma extraño. Menos mal que al
final de mi vida colegial me llevaron al Colegio Ferroviario.
Mi clase no era propiamente del
Ferroviario, sino que la había alquilado Don Francisco Vizcaíno, un maestro
represaliado que allí daba sus clases, al estilo predictatorial, adictatorial y
netamente laico.
Recuerdo de esas clases muchas
cosas, como las lecturas del Quijote y los dictados que eran de libros
apasionantes: "Platero y yo",."El cartero del rey y la luna
nueva" de Rabindranath Tagore en la traducción de Zenobia Camprubi, "Flor de leyendas" de Casona.
Esa clase pertenecía a la
modalidad pedagógica de "enseñanza integrada" que consiste en que se agrupan
alumnos de diversas edades. En esa clase los mayores enseñaban algunas materias
a los más pequeños, como, por ejemplo geografía en los mapas.
Debido a esas diferencias de edad
un día, al inicio de la cuesta del instituto, me encontré a un antiguo
compañero que ya estaba en el instituto y me dijo:
"Los profesores del Instituto
saben más que Don Francisco."
¡Imposible! pensé, porque Don
Francisco sabía todo lo que me parecía que se podía saber: Matemáticas, lengua,
literatura, historia, geografía...¿Qué más se puede saber?!
Bueno, pues cuando estuve en el
Instituto pude comprobar que aquellos profesores sabían más que Don Francisco ¡mucho
más!
No estaba el instituto totalmente
a salvo de las influencias del régimen ¡estamos hablando de los años cincuenta!
los primeros dos tercios de esa década nada menos. Pero, salvo
"impurezas", en aquella casa reinaba la razón y la verdad científica.
No voy a aburrir ahora a nadie
con batallitas del instituto. Pero allí fue donde aprendía a ser libre y a ser feliz.
Paisaje de felicidad que, salvo terribles lagunas, habito ininterrumpidamente
desde entonces.
A partir de aquello me parecía
que no había mejor profesión en el mundo que la de Catedrático de Instituto.
Profesión que alcancé en su día tras durísimas oposiciones, y ejercí durante
muchos años. Hasta que en un momento aciago la fulminaron, haciendo desaparecer
el Cuerpo correspondiente, con lo que me fui voluntariamente con la música a
otra parte. Pero tampoco con esto voy a dar más brasa.
He visto, más bien escudriñado,
las cientos de fotos de mi amigo el Rábida de Huelva, a ver qué huellas de mi
tiempo podría descubrir. Y salvo el perfil exterior del Instituto apenas si he
podido reconocer algo más. Porque salí de allí hace casi 60 años, cuando aún no
estaba terminado el edificio completamente.
Solo un reproche: ¡Habría que
poner pie a más fotos!
Ah! Y a los habitantes del
Instituto La Rábida ¡muchas felicidades! Porque vivís en el mejor de los
mundos.
1 comentario:
Me ha gustado. Beso
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