LA LEYENDA BLANCA.
Que sean ingleses, holandeses, e
incluso franceses los que echen pestes de España y de su historia es
comprensible, porque Inglaterra, Holanda y Francia son naciones que a lo largo
de la historia han competido con España en influir en el mundo. De modo que la
propaganda detractora, llamada "LEYENDA NEGRA", ha calado en la
población de estos países y de ahí la mala prensa que en esas poblaciones tiene
nuestro país.
Yo lo entiendo. Y no me parece
mal. Si me aprietan puede parecerme hasta bien. Es ley de vida ¡Tu salud o la
mía!
Pero que los propios españoles
sean ardientes defensores de la leyenda negra...francamente...¡me parece de
gilipollas!
¿Por qué esa aversión?
¡Hombre! porque llegamos (llegaron
nuestros antepasados) matando a todo el mundo...
¿Cómo lo sabes?
¡¿Cómo?! ¡Es de cajón!
Pues no. Llegaron primero unos
pocos, luego unos pocos miles ¡muy pocos miles! hasta que poco a poco aquellos
territorio fueron pasando a ser territorios de la Corona de España. Y las
poblaciones de nativos e inmigrados pasaron a ser poblaciones españolas
mestizas. Pasó lo que antes había pasado en la Península Ibérica, antes carente
de estado y luego, como Hispania, parte del Imperio Romano.
¡Podrían haberlos dejado
tranquilos con su civilización!
No estaban tan tranquilos, ni
todos eran tan civilizados. Los había con una finísima cultura que evidenciaban
sus estudios astronómicos con los que lograron sofisticados y perfectos
calendarios. Y los había que vivían en las más profundas tinieblas del
paleolítico llevadas al siglo XVI, o sea, anteayer.
Esos pueblos tan civilizados mantenían
una paz precaria guerreando contra sus enemigos colindantes a los que
apresaban, sacrificaban ¡y se comían en caníbales banquetes rituales! en
terribles aquelarres de cientos de miles de víctimas. Para muchos la llegada de
los españoles supondría una liberación...
Los españoles ¡con mucha
celeridad! fundaron bibliotecas, universidades e imprentas adelantándose en
muchos años a los británicos.
Por eso lo oportuno sería
documentarse uno debidamente. Y se puede hacer, supongo, de muchas maneras. Yo
os propongo una que es facilísima: Leyendo el libro "EL REINO DE LAS LUCES" de Ignacio Gómez de Liaño, que no
es el conocido juez sino un magnífico poeta, De POESÍA CONCRETA principalmente
y un brillante filósofo.
Ese libro versa sobre los asuntos
antes anunciados, dentro del marco del reinado de Carlos III. Comienza cuando
este monarca lo es del Reino de Nápoles y Sicilia y lidera las excavaciones de
Ponpeya y Herculano En un alarde de
modernidad científica, tan alejada de la brutalidad que atribuyen a España y a
los españoles sus enemigos seculares.
Luego, como monarca de las
Españas vuelve a liderar excavaciones, en este caso los templo y pirámides precolombinas.
Cuenta también detalladamente como
los Estados Unidos pudieron independizarse de Inglaterra gracias a la ayuda de
España para luego extenderse por México y otros territorios de la Nueva España
¡ironías de la vida!
Eso y mucho más es lo que viene
en dicho libro.
Muchos errores he cometido, y aún espero cometer más. Pero no el de tirar a tontas y a locas piedras a mi
propio tejado.
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