INMORTALES.
La mayoría de los seres vivos son
inmortales. Porque las bacterias y las arqueas lo son. Y en nuestro planeta son
mayorías. Y fuera de nuestra planeta posiblemente, si es cierto lo que sospecha
Fred Hoyle, que el polvo interestelar se compone principalmente de
microorganismos vivos. Desde luego en nuestro medio natural están en todas
partes. Nos infectan y enferman a veces, pero siempre son nuestros socios,
vivimos con ellos simbióticamente, y sin ellos no podríamos vivir.
No es que sean absolutamente
inmortales, porque si se matan se mueren. Se pueden matar con antibióticos, y
las arqueas exponiéndolas al oxígeno. Pero los microorganismos si no se matan
no se mueren por sí mismos, sino que se dividen, se eternizan y no mueren
nunca.
Pero los ignoramos porque son
invisibles. Que no es una adecuada manera de hablar, porque propiamente no es que ellos no sean visibles, sino
que nosotros no podemos verlos ¡que
es otra cosa! A ellos no les pasa nada. A nosotros sí, porque somos cortos de
vista y tenemos que valernos de microscopios para tener imágenes de ellos.
Pero cuando surgieron los seres
pluricelulares, que se reproducen sexualmente, surgió con ellos la muerte.
Porque producido el descendiente el ascendiente sobra, se mustia y se muere.
Desde la hormiga más minúscula
hasta la ballena más enorme, pasando por nosotros mismos, somos gigantes
comparados con los microorganismos. Somos, sexuados y con ello mortales.
La reproducción por división, que
incluye gemación y esqueje produce individuos idénticos,
copias exactas del mismo individuo. El mismo multiplicado. Mientras que los
hijos de una madre y un padre son distinto de los dos, no son copias de sus
padres, Pueden ser parecidos, pero son diferentes.
Cuando uno ha nacido de sí mismo,
y sus hermanos son uno mismo no se puede hablar con propiedad de muerte. Pero
cuando alguien que procede de la interacción de dos gametos diferentes, y no se
divide, se muere, se muere del todo.
Entre los pluricelulares no creo
que haya inmortales. Pero candidatos muchos. Porque todo vivo es un candidato a
inmortal.
¿Cómo sería un humano inmortal?
Sería indistinguible de los
mortales.
Pero claro, la inmortalidad se
refiere al segundo paréntesis de los dos que comprenden la vida de cada ser pluricelular,
porque si afectara también al primero no sería inmortal, sino eterno. Y de esos
no creo que haya ninguno, ni que pueda haberlo.
Un inmortal de tan solo 200 años
parecería un viejo, un anciano. O una anciana ¡claro! Aparentaría tener menos
edad de la que tuviera.
Dicen que cada 25 años surge una
nueva generación. Es decir que un individuo puede vivir su generación y en
torno a los 25 años generar hijos, pertenecientes ya a la siguiente generación.
Pero claro, no se tiene que palmar al cumplirse la generación en la que lo
generaron a uno, sino que puede seguir viviendo fácilmente una segunda, y
alcanzar los 50, Y sin mucha dificultad una tercera y alcanzar los 75. Y es
menos raro de lo que parece culminar una cuarta. Es bastante corriente alcanzar
y hasta superar la mitad de la cuarta generación. Pasar de la cuarta suele ser
un récord. Y culminar la quinta parece imposible ¡pero hay quien se ha quedado
en puertas! Parece que hay que ser mujer, que fume y que beba poco, que no
ponga en riesgo su vida y su salud ¡pero al final muere!
Porque parece que está programada
la fecha de caducidad, ya que los perros viven menos que los humanos, dicen que
un año en un hombre equivale a ocho en un perro. Las moscas viven poquísimo ,
las hay de un día, pero sin contar su vida larvaria, que es más duradera. Las
tortugas y las ballenas viven mucho más que la gente. Y encontraron una almejas
que vivían del orden de 500 años, se averigua contando los arcos anuales, pero
cuesta precisar. De modo que para datar con exactitud uno de estos acéfalos ¡lo
mataron! También hay árboles que viven miles de años. El que se cree más viejo
es un pino de California de más de 4.700 años.
Candidatos a inmortal, hemos
quedado que somos todos los que estamos vivos. Pero también hemos quedado en
que alcanzar las 5 generaciones, 125 años, está muy crudo.
¿Cuál sería la percepción de un inmortal?
Pues que la gente que conociera se
iría muriendo. De modo que se enteraría que un día se habría muerto un jefe de
estado, otro día un famoso artista, otro un filósofo importante, otro un
admirable orador. Pero claro, son cosas que oye, que le dicen, pero que no ha
visto. Puede haber visto representaciones, imágenes, pero eso no es ver.
Pero en el plano más próximo
puede haber conocido a uno o a más de sus bisabuelos. Convivido bastante con
sus abuelos. Pero ve que va muriendo gente, sus bisabuelos, sus abuelos, los
amigo de estos, sus padres, los amigos de sus padres. Ya no solo asiste a los
entierros de sus amigos, sino a los amigos de sus hijos. Con 150 años ya no le
quedará ningún nieto, ni ningún amigo de sus nietos. Con 175 ningún biznieto, y
casi ningún contemporáneo de estos.
¿Quedará solo en esta vida? No
necesariamente, porque podría continuar haciendo nuevas amistades. aunque sus
tataranietos habrán muerto de viejo también. Pero los hijos, y los nietos de
estos, podrían mantener con él buena relación familiar.
De conservar buena memoria o si ha
tenido la precaución de llevar un diario se lo rifarían como testigo viviente
de la historia.
Pero para ser testigo de la
historia no hace falta ser inmortal, porque la historia se ha escrito con testimonios
de mortales. Pero, claro, los historiadores no son verdaderos testigos. Por lo
que la historia verdaderamente no es verdadera.
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