RETRATOS.
Leo que el nuevo alcalde de Cádiz,
llamado cariñosamente Kichi, cambia el
retrato de Juan Carlos I por el del anarquista Salvochea.
¡Qué heave!
Sigo leyendo y resulta que
Salvochea fue alcalde de Cádiz durante la Primera República.
¡Eso cambia! Pues muy bien ¿no?
Si Salvochea fue un ilustrísimo alcalde, con un corazón de oro, que fundió su
fortuna personal para asistir a los más desasistidos (me he documentado
oportunamente en Wikipedia) y el actual alcalde sintoniza ¡es lo propio que la imagen
de tan ilustre antecesor luzca en las paredes de su despacho!
Luego dice el alcalde que su despacho
es mayor que su propia casa.
Ergo si tiene un despacho tan
grande ¿para qué sacar el retrato de Juan Carlos I? ¡Pues que tenga los dos!
¿Será por sitio?
A mí no me van a hacer caso,
claro, pero eso es lo que me parece razonable. Porque lo suyo sería que en este
país cupiera cómodamente toda la buena gente: republicanos, monárquicos,
creyentes, ateos, moros, judíos, cristianos, católicos, protestantes,
derechosos, izquierdosos, centrados. Y esos dos retratos serían un signo de esa
concordia. ¡Todos en paz y armonía! Vamos, digo yo.
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