OPORTUNISTAS.
Dicen en las bodas: "Quien
tenga algo que objetar que lo diga ahora. Si no, que calle para siempre".
Yo eso lo veo bien.
Ergo antes de que hubieran
investido de concejal a Zapata tendrían que haber sacado a relucir sus trapos
sucios ¡no después! Después tan solo deberían obrar los trapos ensuciados con
posterioridad a su investidura. Lo que está pasando me parece marrullero y
tramposo. Y no es que me mueva mi simpatía por el edil, de cuya existencia no
tenía la menor noción.
Pues si hace nada menos que
cuatro años que tal concejal escribió el desafortunado tuiter ¿a qué viene
decirlo ahora, el primer día que se estrena como concejal? Pues que lo hubieran
dicho antes. En la campaña ¿no?: "Mira Carmena que si sales de alcalde y
pones a este de concejal se la va a cargar".
O si hubiera metido la pata hoy
mismo "ex novo"
¡Pero esa memoria de elefante!
¡Vamos hombre!
Yo, que en el tema del humor tengo
cierta experiencia, creo que el humor nunca es punible. Y no lo digo porque
crea que los humoristas tengan patente de corso, sino porque la propia
naturaleza del humor lo impide. Porque los chistes nunca son verdaderos. Lo que se dicen los chistes nunca
es verdad. Por lo que es imposible calumniar con un chiste. Con el humor nunca se puede afirmar nada. Lo único que se puede es proponer una idea.
Ergo un humorista nunca afirma
nada. Puede parecer que afirma, pero nunca afirma nada. Nunca puede decirse que
lo que diga en su plano profesional es verdadero o que es falso. Propone a
quien recibe el chiste una idea para pensar, para que la contraste con sus
propias ideas. La propuesta puede ser acertada o fallida, aguda u obtusa. Si es
aguda provoca una carcajada, si es obtusa una mueca de repudio. De eso va el
humor, nada más, y nada menos, que de eso.
En mi vida he asistido a pocas
conferencias, pero algunas han sido inolvidables. Tal es el caso de la
pronunciada por el arquitecto Víctor d'Ors, hijo de don Eugenio, acerca del
humor, hace un cerro de años.
Seguía don Víctor con el rollo de
su padre de lo sublime, lo bello y lo gracioso. De modo que, me parece
recordar, lo sublime es extraordinariamente conmovedor, lo bello muy conmovedor
y lo gracioso conmueve muy notablemente, porque desencadena una respuesta somática
¡la risa! Tanto que a veces es espasmódica, la carcajada. Con un buen chiste se
parte uno de risa. Desde luego ni lo sublime ni lo bello provocan respuestas
tan claramente perceptibles.
Lo que pasa es que hay propuestas
que molestan, es como el chiste del gallego que ve a un par de chicas y les
dice
¿Preguntar ofende?
No, pregunte, pregunte.
¿Son ustedes putas?
Pues es que hay cosas que se sabe
que a una parte de la población no les puede gustar ¡Que no les puede hacer ni
puta gracia! A los judíos que han sufrido tantísimo con el holocausto ¿Cómo les
va a hacer gracias que se bromee con eso? Ni a los musulmanes que se blasfeme. Con
eso no digo que esté justificado matar a los blasfemos. Pero lo suyo sería
cortarse un pelo!¡Es de sentido común! Así lo veo yo, pero ya sé que en esto no
hay unanimidad.
Pero si además el concejal Zapata
ha pedido perdón. Se muestra arrepentido. Jura y perjura que eso no se
corresponde con su manera de pensar y de sentir ¿Qué más quieren?
Lo que sospecho es que hay mucho
aguafiestas. Y muchos que aprovechan que el Tinto y el Odiel pasan por Huelva
para dispararle a la nueva Corporación por debajo de la línea de flotación.
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