EL VERDADERO
CONOCIMIENTO ES SUBJETIVO.
Tan solo se sabe lo que se conoce
por uno mismo. Lo que se experimenta, lo que se ve, lo que se degusta o saborea,
lo que se huele, lo que se toca, lo que se oye. Y todo ello cotidianamente. O
muchas veces al menos.
El conocimiento transmitidos oralmente
o por escrito no es verdadero conocimiento. Puede ser verdad, pero hay que
comprobarlo sensiblemente. Mientras no se experimente no se tiene constancia de
ello y no constituye verdadero conocimiento.
No constituyen verdadero conocimiento
tan solo los relativos al ámbito natural. También los correspondientes al artificial.
Porque la música, y el arte en general deparan conocimiento verdadero. Como las
matemáticas y las ciencias en general.
Ergo no se adquiere conocimiento solo
experimentando ingenuamente. Sino que frecuentemente son necesarias las teorías,
pero los resultados hay que experimentarlos para que puedan constituir
verdadero conocimiento. No basta con que te lo digan, te lo aseguren o te lo
juren.
De lo que se deduce que el
verdadero conocimiento es subjetivo. Y por ende no es objetivo, como se suele decir
y creer.
Pero hay cosas cuya experiencia
no está al alcance de cualquiera, como la teoría del Big Bang o la del
Calentamiento Global no constituyen verdadero conocimiento. Ambas tienen
autoridades defensoras y detractoras, y suelen convencer las que llegan más
insistentemente a los oídos del público pasivo.
No hemos podido estar en el
momento inicial del Big Bang. Ergo no podemos tener conocimiento verdadero de
eso. Ni siquiera conozco de primera mano las observaciones de las que se
infieren esas sospechas. Ni el entramado teórico que las sustentan. Ergo ni
para mí ni para mucha gente eso puede ser conocimiento verdadero.
Respecto al Calentamiento Global
tampoco constituye para mí un conocimiento verdadero. El planeta se calienta y
se enfría parcialmente muchas veces a lo largo del año y hasta del día. Si a
pesar de todo hay un calentamiento global es algo que se escapa a mi
experiencia. Puede que se caliente o que se enfríe, como parece que ha ocurrido
muchas veces, pero es algo que no puedo conocer con certeza. Puede que no pueda
negarlo, pero tampoco afirmarlo.
¡No hay más cera que la que arde!
Y para saber que arde hay que verla arder.
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