EL SUPERSIMIO.
Me acabo de leer un libro que me
ha encantado y que os recomiendo vivamente. Tiene por título "De animales a dioses" Breve
historia de la humanidad. El autor es Yuval Noah Harari. De la editorial
Debate. Este es un profesor de Israel ¡Un chaval! nació en el 76 y su nombre o
sus apellidos se parecen un poco a Noé, el del Diluvio y al monte Ararat, donde
encalló el Arca después del famoso y tremendo temporal. Yuval, en cambio, no me
dice nada.
Pero, claro, lo que lee uno es la
traducción, que es de Joandomènec Ros, que debe haber hecho un gran trabajo,
porque el libro ha quedado estupendo.
Es una historia, poco detallada,
del homo sapiens. Que lleva sobre la
faz de la Tierra (jodiéndole la faz a la Tierra) tan solo 70. 000 años. A lo
sumo 100.000. O sea, que la humanidad es solo unas mil veces más vieja que cada unos de los humanos. Al inicio de su implantación habría no menos de media docena de
especies humanas. Desde hace mucho no queda más que una ¡mira qué casualidad!
El tiempo de vida de nuestra
especie es mucho más breve del que me parecía, porque claro ni los
autralopitecos ni el Hombre de Pekin, ni los neardentales eran homo sapiens. Y parece ser que el hombre
de 70 ó 100.000 años no era distinto del actual, porque no ha podido operar
evolución alguna por falta de tiempo o de otras contingencias. O sea que somos
lo que éramos entonces. Pero han pasado varios periodos, que aquí resumo yo a
mi modo, que es mucho peor que el del libro.
El periodo más antiguo fue, como
se sabe, el Paleolítico. De conducta nómada se dedicaba la humanidad a la caza
y a la recolección. Debió ser aquella una vida sana, libre y divertida. Andaría
como puta por rastrojo ¡pero bien! La población humana del mundo debió ser
reducida, tanto como su esperanza de vida. Ya perturbarían bastante el medio
natural, porque dominaban el fuego y los "incendios intencionados"
claro que no fueron los primeros, porque los neardentales ya conocían y practicaban
esa técnica.
En el siguiente periodo, en el
neolítico "sentaron la cabeza", se hicieron sedentarios, siguieron
con el tema de los incendios e inventaron la agricultura. Creció mucho la
población, y es de suponer que la mala leche.
Del siguiente periodo, el
histórico ¡qué voy a decir! es el nuestro. A última hora maquinista, donde el trabajo ya no
se realiza exclusivamente de modo personal, ni siquiera con el auxilio de
animales, sino mediante máquinas movidas por motores ¡pero sigue siendo
predominantemente agrícola y minero!
Y en el último momento entró en danza la
informática, con el efecto que no es necesario ponderar.
La capacidad de transformar el
mundo ha sido progresiva. Transformar ¿en qué? ¡En una granja! Los agricultores
hacen del mundo una granja, y los conservacionistas-ecologistas también. Cuando
capturan animales salvajes, los anestesian y duermen, los miden, les colocan un
collar con un GPS y los sueltan. O los curan si están heridos, los estabulan y
luego los sueltan. O fuerzan la fertilidad de especies "en riesgo de
extinción" ¿Qué están haciendo? ¡Pues una granja! El mundo salvaje ya no
es tal ¡Es una granja! (Bueno, todo este rollo de la granja no lo dice Yubal, sino
mío, lo digo en su descargo).
Lo que si dice Yubal es que hay
un rasgo donde el homo sapiens parece que ha fracasado, en conseguir la
felicidad. Según todos los parámetros el crecimiento ha sido espectacular,
salvo en el de la felicidad, que este autor parece cifrar en el budismo
auténtico. Que consiste en aceptar las cosas como son. Dejando la ambición de
lado. Y en eso se parece bastante al estoicismo, al epicureísmo y el cinismo
clásicos, que no son hedonistas, como sus nombres parecen indicar, sino que
trata principalmente de evitar a toda costa el sufrimiento. Así es también el taoísmo.
También estoy de acuerdo en esto.
No estoy tan a favor del crecimiento sin límites como de la reducción del sufrimiento
universal.
¡A lo mejor esto sería la guinda!
3 comentarios:
Nada especial que decir salvo que me pica la curiosidad por el libro.
En linea parecida o complementaria, tengo en casa cuatro tomos (no les he metido el diente) que se titulan: "Viaje a la complejidad" de editorial, Biblioteca Nueva. Interviene mucha gente, pero coordinan: Nicolás Caparrós y Rafael Cruz Roche. He picoteado y creo que te interesarían.
Un beso, Ángela.
¿Pues seguramente! Oye, pásate por la Galería Odalys (antes Soledad Lorenzo) donde hay una colectiva con un cuadro mío. Perdona q no te invitara pero es q no me dieron invitaciones de papel. Bss
Veo tu entrada con mucho retraso. Recibo las invitaciones pero no las leo, salvo que quede con Pepa o alguien. Sola no me gusta ir. Si estoy a tiempo voy. Hace poco he cenado con Soledad y los Uslé, pero ni jota de la nueva galería.
Beso, Ángela
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